San José se quedó perplejo observando el estado de María; siendo justo y virtuoso, no acusa, pero, por humildad, imagina que debe separarse de María.
El Ángel, en nombre de Dios, le descubre el Misterio y su misión en la Tierra; acerca de ese Misterio, ¡qué alegría y qué honra para el Patriarca!
El Ángel le da la instrucciones de imponer al Dios Humanado, el Nombre con que sería conocido: el Santísimo Nombre de Jesús. ¡Qué alegría saber que va a cuidar del Salvador del Mundo!
FRUTO: Guardar de sospechas y juicios temerarios.
INVOCACIÓN: Haced, San José, que Jesús sea, para mí, verdadero Salvador. Amén.
ORACIÓN: Oh Dios, que por inefable Providencia te dignaste escoger a San José por Esposo de Tu Madre Santísima; concédenos, te pedimos, que merezcamos tener por intercesor en el Cielo, a aquél que veneramos en la tierra como Protector. Tú, que vives y Reinas por los siglos de los siglos. Amén.
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