sábado, 9 de agosto de 2025

TRADICIONAL SABATINA a Nuestra Señora y Madre la Santísima Virgen del Carmen

 

               LA SABATINA es como piadosamente se llama a las oraciones que se dedican a Nuestra Señora del Carmen los Sábados, por la Promesa que Ella misma pronunciara, asegurando la liberación del Purgatorio de los devotos de Su Escapulario en ese mismo día tras su muerte. (1)




Acto de Consagración


               Virgen del Carmen, llevamos sobre nuestro pecho Vuestro Santo Escapulario, signo de nuestra consagración a Vuestro Corazón Inmaculado. Madre querida, somos Vuestros hijos, unos hijos de Vuestra entera pertenencia.

                Nuestra consagración, Señora, nos exige una entrega sin reservas a Vuestra Sagrada persona, una dedicación generosa a Vuestro servicio, una fidelidad inquebrantable a Vuestro amor y una solicita imitación de Vuestras virtudes. Queremos vivir, conforme al viejo ideal carmelitano: en Vos, con Vos, por Vos y para Vos. 

               Gracias a Vuestro Bendito Escapulario, Virgen del Carmelo, somos miembros de Vuestro cuerpo místico del Carmelo y participamos de la consagración comunitaria de la Orden a Vos, que Sois su cabeza. Nuestra consagración se une pues, a la Orden de toda la Familia Carmelitana y acrecienta así su valor y eficacia. 

               Santa María, Abogada y Mediadora de los hombres, no podríamos vivir nuestra consagración con olvido de quienes son Vuestros hijos y nuestros hermanos. Por eso, nos atrevemos a consagraros la Iglesia y el mundo, nuestras familias y nuestra amada Patria.

               Os consagramos especialmente los que sufren en el alma o en el cuerpo: los pecadores, los tentados, los perseguidos, los marginados, los presos, los desterrados, los enfermos, los hambrientos.

               Madre y Reina del Carmelo, por nuestra consagración somos del todo Vuestros ahora en el tiempo; que los sigamos siendo también un día en la Eternidad. Así sea.


ANGELICAL SALUTACIÓN 
a Nuestra Señora del Carmen


              1ª. Madre mía del Carmen, bendita seáis; los Ángeles, los Santos y los Justos os llenen de alabanzas, porque me habéis dado Vuestro Bendito Escapulario.

   Dios te salve, María, llena eres de gracia etc.

               2ª. Madre mía del Carmen, bendita seáis; los Arcángeles, y los Santos y los Justos os llenen de alabanzas, porque con Vuestro Bendito Escapulario me habéis hecho especialísimo hijo Vuestro. 

   Dios te salve, María, etc.

                3ª. Madre mía, Madre de mi corazón y Reina de mi amor, os doy mi alma, mi vida, mi corazón, y quiero que os alaben las Virtudes y todas las criaturas, porque con Vuestro Bendito Escapulario me habéis infundido la esperanza de que os veré en el Cielo.

   Dios te salve, María, etc.

                4ª. Madre mía del Carmen, bendita seáis una y mil veces; las Dominaciones, los Santos y los Justos os llenen de alabanzas, porque con Vuestro Bendito Escapulario me defendéis de las tentaciones del enemigo. 

   Dios te salve, María, etc.

               5ª. Madre mía del Carmen, bendita seáis; los Tronos, los Santos y los Justos os llenen de alabanzas, porque con Vuestro Bendito Escapulario me protegéis contra todos los peligros. 

   Dios te salve, María, etc.

               6ª. Madre mía del Carmen, bendita seáis; los Serafines, los Santos y los Justos os llenen de alabanzas, porque con Vuestro Bendito Escapulario Sois salud de mi alma. 

   Dios te salve, María, etc.

               7ª. Madre mía del Carmen y Reina de mi corazón, bendita seáis; los Querubines, los Santos y los Justos os llenen de alabanzas, porque con Vuestro Escapulario Sois la paz y la alegría de mi alma. 

   Dios te salve, María, etc.


Oración


              Señor Dios Nuestro, que habéis honrado a la Orden del Carmen con la advocación especial de la Bienaventurada y siempre Virgen María, Madre de Vuestro Hijo; conceded a cuantos hoy celebramos su recuerdo que, guiados por Su ejemplo y protección, lleguemos hasta la cima del monte de la perfección que es Cristo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.


NOTA

              1) La "BULA SABATINA", o la confirmación del Privilegio de ser liberado del Purgatorio si en vida se ha usado el Escapulario del Carmen y se ha observado la Santa Ley de Dios y los preceptos de la Iglesia Católica:

                "...a mí estando suplicando arrodillado se mostró la Virgen carmelita diciéndome el siguiente discurso: Juan, Juan, Vicario de Mi amado Hijo, como Yo te libraré de tu adversario, te hago Papa Vicario con la ayuda de mis súplicas dirigidas a Mi dulcísimo Hijo, lo que yo obtuve graciosamente: tú debes conceder la gracia y la confirmación amplia para Mi Santa y devota Orden de los Carmelitas comenzado por Elías y Eliseo en el monte Carmelo... Y el día en que tales partan de este mundo y vayan al Purgatorio, Yo, como Madre, descenderé graciosamente el Sábado después de su muerte y los que encuentre en el Purgatorio los libraré y los llevaré al Monte Santo de la Vida Eterna..." (De la "Bula Sabatina", del Papa Juan XXII, 3 de Marzo de 1322)




jueves, 7 de agosto de 2025

PRIMER JUEVES, OREMOS POR LA SANTIDAD SACERDOTAL

  


                    El Jueves es el día tradicionalmente dedicado a recordar a los Sagrados Ministros de Dios; día elegido por Nuestro Señor Jesucristo el Jueves Santo, cuando instituyó el Sacerdocio, y con él y por él, la Sagrada Eucaristía, renovación incruenta del Sacrificio del Calvario, que se renueva por todo el orbe cada día, sin cesar. 

                  Práctica particularmente laudable es la de los Primeros Jueves de Mes, en el que se hacen especiales ejercicios de piedad para pedir por los Sacerdotes y Religiosos, así como por las vocaciones, para que el Señor envíe operarios a Su mies y extiendan Su Reino en el mundo entero.

                  El Sacerdote ordenado tiene un carácter indeleble, que lo hace ontológicamente Hombre-Sacerdote: su ministerio implica una forma y estado de vida y no un ejercicio transitorio. No se puede ser, como hoy en día se pretende, una suerte de “Sacerdote a tiempo parcial”, un simple funcionario de lo sagrado sujeto a nómina y a horarios. El Sacerdote lo es las veinticuatro horas de cada día de su existencia, aunque no se encuentre ejerciendo su Sacerdocio. Y seguirá siendo Sacerdote por toda la eternidad, ya sea que se salve o que tenga la desgracia de condenarse.




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                    Sin los Sacerdotes estaríamos desamparados espiritualmente. No tendríamos la Misa ni los Sacramentos, es decir que no dispondríamos de los medios ordinarios para salvarnos. La Vida Católica no podría desarrollarse normalmente sin ellos. Allí donde han faltado o faltan por diversas circunstancias (por falta de clero, por persecución, por abandono) los Fieles sufren y languidecen espiritualmente, aunque ciertamente, Dios no abandona a Sus hijos. Por eso es tan importante rezar por las vocaciones y por la santificación y perseverancia del Clero: para que haya muchos Sacerdotes que santifiquen al Pueblo de Dios y lleven las almas al Cielo. La Santidad no es indispensable para que el Sacerdote Católico ejerza eficazmente su Ministerio: nuestra salvación no depende de la bondad o maldad de los Sacerdotes, que no son sino los instrumentos a través de los cuales Jesucristo actúa; ya darán cuenta a Dios de su vida personal. Pero qué duda cabe que un Sacerdote santo edifica, consuela y llama a la Santidad.

                   El quinto Precepto General de la Santa Madre Iglesia manda “contribuir al sostenimiento de la Iglesia de Dios” (antiguamente se decía “pagar los diezmos y las primicias”, que viene a ser lo mismo). Quiere decir que los Fieles tienen el deber de mantener el Culto Católico y a sus Ministros, que es por quienes nos viene la gracia. Es natural, pues como dice San Pablo: “tiene el operario derecho a su salario” y los Sacerdotes son los operarios de la Viña del Señor. También dice el Apóstol de las Gentes que “quien sirve el Altar que viva del Altar”, por lo cual los Sacerdotes, que son los Ministros del Altar tienen el derecho a vivir de él, del cual, por cierto, nos beneficiamos todos.

                   Ahora bien, contribuir al sostenimiento de la Iglesia se hace de dos maneras: material y espiritualmente. Se contribuye materialmente aportando dinero, bienes y trabajo en la medida de las posibilidades reales de cada quien. Debemos considerar siempre si en conciencia hacemos todo lo que podemos. Muchas veces no somos generosos con la Iglesia mientras somos capaces de gastarnos dinerales en caprichos, vicios o cosas superfluas. Tengamos siempre en cuenta que, como pasa con nosotros, los sacerdotes no viven del aire y que tienen necesidad de nuestra asistencia material. A cambio ellos nos dan los medios de salvación. Realmente, salimos ganando siempre porque los fieles les damos bienes perecederos, mientras ellos nos dan la posibilidad de ganar el bien duradero de la vida eterna.

                   Pero también espiritualmente podemos sostener a la Iglesia y a sus Ministros: encargando Misas, ofreciendo nuestras oraciones y difundiendo propaganda a favor de las vocaciones. En esta categoría de limosna, entra la práctica de los PRIMEROS JUEVES DE MES, en los cuales invertimos una pequeña parte de nuestro tiempo para orar por los Sacerdotes, Religiosos, vocaciones y misiones, es decir, para mantener vivo el organismo de nuestra Religión Católica. 

                   Acostumbrémonos a santificar los Jueves Sacerdotales, ofreciendo en ellos nuestras preces y nuestros pensamientos, el rezo meditado del Santo Rosario... Es la mejor manera de preparar el Primer Viernes, consagrado al Corazón Divino según el cual queremos que sean nuestros Sacerdotes. 




martes, 5 de agosto de 2025

LAS ROSAS DE SANTA TERESITA: ALMAS VÍCTIMAS, HIJAS ESPIRITUALES DE LA SANTA CARMELITA DE LISIEUX. BIENAVENTURADO TEÓFANO VÉNARD

 

                    Había pasado casi un año desde que Santa Teresita leyó sobre el entonces Venerable Padre Teófano Vénard, Mártir, y le rezó una novena para su curación. Continuó sintiendo gran devoción por él y conservaba una imagen suya en la enfermería. También había deseado profundamente una reliquia suya, pero no la había recibido, así que la aceptó como la Voluntad de Dios. Esto cambió el 6 de Septiembre, cuando la Madre María le trajo la reliquia que tanto deseaba. Santa Teresita la besó repetidamente y le explicó por qué lo amaba tanto: "Théophane Vénard es un pequeño Santo; su vida no estuvo marcada por nada extraordinario. Sentía una ardiente devoción a Nuestra Madre Inmaculada y un tierno amor por su familia. Y yo también amo a mi familia con tierno amor; no comprendo a los santos que no comparten mis sentimientos...".




                    Aquí hay un extracto de lo que Santa Teresita copió de las últimas cartas del Beato Teófano Vénard; estas cartas expresan los mismos sentimientos que tenía la Santa carmelita en su corazón, razón por la cual le tenía tanta devoción al jóven Mártir.

            "No encuentro nada en la tierra que me haga verdaderamente feliz; los deseos de mi corazón son demasiado vastos, y nada de lo que el mundo llama felicidad puede satisfacerlos. El tiempo pronto se acabará para mí; mis pensamientos están fijos en la eternidad. Mi corazón está lleno de paz, como un lago tranquilo o un cielo sin nubes. No me arrepiento de esta vida en la tierra. Tengo sed de las aguas de la Vida Eterna...

            Dentro de poco, mi alma habrá abandonado esta tierra, habrá terminado su exilio, habrá concluido su combate. Voy al Cielo. Estoy a punto de entrar en la Morada de los Bienaventurados: para ver lo que el ojo nunca ha visto, para oír lo que el oído nunca ha oído, para gozar de lo que el corazón humano no ha concebido... He llegado a la hora tan anhelada por todos nosotros. Es cierto que Nuestro Señor elige a los pequeños para confundir a los grandes de esta tierra. No confío en mi propia fuerza, sino en Aquel que, en la Cruz, venció los poderes del Infierno.

            Soy una flor de primavera que el Divino Maestro recoge para Su placer. Todos somos flores, plantadas en esta tierra, y Dios nos recogerá a su debido tiempo, algunas antes, otras después... Yo, pequeña flor de un día, ¡soy la primera en ser recogida! Pero nos volveremos a encontrar en el Paraíso, donde la alegría eterna será nuestra porción".

                    El Bienaventurado Teófano Vénard fue un misionero francés que sirvió en Indochina. Fue arrestado en Vietnam el 30 de Noviembre de 1860 y declarado culpable de proselitismo poco después. Permaneció en prisión hasta su decapitación el 2 de Febrero de 1861 en Tonkín, Vietnam, cuando contaba 31 años de edad. Durante su encarcelamiento, entre Diciembre y Enero, el Padre Teófano escribió numerosas y hermosas cartas a familiares y otras personas. La Hermana Teresa se refiere a estas cartas anteriormente. Camino a su ejecución, el verdugo le preguntó qué le daría si le permitía morir pronto, a lo que el joven Sacerdote respondió: «Cuanto más dure, mejor». En 1909 fue beatificado por el Papa San Pío X.



lunes, 4 de agosto de 2025

TERESA NEUMANN Y LAS ALMAS DEL PURGATORIO. Parte 2ª

 

            Teresa Neumann fue una mística nacida el 8 de Abril de 1898, en Konnersreuth, en la región de Baviera, Alemania; a partir de Marzo de 1926 Jesús Nuestro Señor quiso asociarla a Su Pasión, mediante el don de los sagrados estigmas, heridas que permanecerían visibles y sangrantes hasta el último día de su vida, el 18 de Septiembre de 1962. El Señor la agració además con otros muchos dones místicos, como la inedia, la hierognosis o el poder comunicarse con las Almas del Purgatorio.



                    Teresa Neumann rezó muchísimo por la conversión de las almas a la Fe Católica, y aunque ocurre que rara vez podemos ver el fruto real y profundo de las oraciones, gracia reservada más que para la Vida Eterna, la Divina Providencia a veces dispone que podamos saborear el triunfo de las súplicas ya aquí en este mundo. Tal fue lo que aconteció con Bruno Franz Xaver Rothschild, primogénito de una familia de judíos devotos, farmacéutico de profesión en Viena, tristemente famoso por haber proferido blasfemias en el fragor de una campaña política; Bruno quería casarse con una joven católica, pero esa intención de unirse en matrimonio a alguien que no fuese también judío era rechazado constantemente por su familia. 

                    Bruno, que había oído hablar sobre Teresa Neumann y de sus dones místicos, decidió viajar a Konnersreuth, con objeto de que Teresa le aclarara lo que debía hacer. La estigmatizada le escuchó muy tranquila pero pronto le anunció que la cuestión que le proponía no tenía razón de ser, pues su novia había muerto. Bruno no la podía creer, pero regresó a Viena a toda prisa y se encontró que, su amada efectivamente había muerto en un accidente mortal. Entonces resolvió volver a la casa de Teresa Neumann y comenzó a prepararse para convertirse a la Fe Católica. Recibió el Santo Bautismo y la Primera Comunión de manos del Padre Naber, en la iglesia parroquial de Konnersreuth, el 10 de Agosto de 1928, adoptando el segundo nombre de "Pablo"; Teresa Neumann ejercería de madrina.

                    En el transcurso de un éxtasis, Teresa Neumann vaticinó al joven converso que sería Sacerdote de Cristo... Poco después Bruno estudió Teología y terminaría ordenándose Sacerdote el 29 de Junio de 1932, en Eichstätt, ejerciendo como Ministro de Cristo unos pocos meses, ya que murió de forma súbita, por un infarto que sufrió el 24 de Diciembre, próximo a cumplir los 33 años. 

                    La familia de Bruno, debido a la conversión de su hijo al Catolicismo, no quiso ocuparse del cadáver, por lo que finalmente el neo sacerdote sería enterrado en el cementerio de Konnersreuth. Teresa aseguró que el Padre Bruno Rothschild había ido al Cielo después de siete horas de Purgatorio y que el Señor le había hecho morir así para evitarle los sufrimientos de un campo de concentración nazi.



sábado, 2 de agosto de 2025

TÚ, AL MENOS, PROCURA CONSOLARME. Primer Sábado de mes: desagravio al Inmaculado Corazón de María

      


                    Si dedicamos el Primer Sábado de cada mes a desagraviar al Inmaculado Corazón de María no es por un capricho humano sino por un urgente pedido de Nuestra Señora, que nos advierte como Madre Buena del mal camino que han tomado aquellos que viven en el peor de los pecados: la ingratitud a Dios. La Virgen desea nuestro amor y también nuestro consuelo hacia Su Inmaculado Corazón, herido por el pecado del mundo.

                    Transcurridos algunos años tras las Apariciones de Nuestra Señora en Fátima, Lucía, la única superviviente de los tres niños que contemplaron a la Virgen Santa, contaba con apenas 18 años cuando decidió irse con la Congregación de las Hermanas Doroteas; ingresó como postulante en el convento que la Orden tenía en Pontevedra (España) y en donde Nuestra Señora fue a revelarle la primera parte del plan de Dios para la salvación de los pecadores en nuestro tiempo de rebelión contra Dios: la Comunión Reparadora de los Primeros Sábados de mes.

                    Lucía, refiriéndose a ella misma, describe el encuentro en tercera persona:

                    El día 10 de Diciembre de 1925, se le apareció la Santísima Virgen y al lado, suspenso en una nube luminosa, un Niño. La Santísima Virgen, poniéndole una mano en el hombro, le mostró al mismo tiempo un Corazón que tenía en la otra mano, cercado de espinas. Al mismo tiempo le dijo el Niño:

                    ‘Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre que está cubierto de espinas que los hombres ingratos continuamente le clavan, sin haber quien haga un acto de reparación para arrancárselas.’

                    Enseguida dijo la Santísima Virgen:

                    ‘Mira, hija Mía, Mi Corazón, cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan continuamente con blasfemias e ingratitudes. Tu, al menos, procura consolarme y di que todos aquellos que durante cinco meses, en el Primer Sábado se confiesen, reciban la Santa Comunión, recen la tercera parte del Rosario y me hagan 15 minutos de compañía, meditando en los Misterios del Rosario, con el fin de desagraviarme, yo prometo asistirles en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para la salvación de sus almas.’


¿Por qué Cinco Sábados?


              Después de haber estado Sor Lucía en oración, Nuestro Señor le reveló la razón de los cinco Sábados de reparación: "Hija Mía, la razón es sencilla: se trata de 5 clases de ofensas y blasfemias proferidas contra el Inmaculado Corazón de María:

         Primer Sábado: Las blasfemias contra Su Pura e Inmaculada Concepción.

         Segundo Sábado: Las blasfemias Contra Su Virginidad.

         Tercer Sábado: Las blasfemias contra Su Maternidad Divina, rehusando al mismo tiempo recibirla como Madre de los hombres.

         Cuarto Sábado: Los que procuran públicamente infundir en los corazones de los niños, la indiferencia, el desprecio y hasta el odio hacia la Madre Inmaculada.

         Quinto Sábado: Los que la ultrajan directamente en Sus sagradas imágenes.