PREPARACIÓN
Este ejercicio piadoso en honra del Glorioso San José apenas te llevará unos minutos; procura hacerlo teniendo cerca una imagen suya, que bien puede ser la que acompaña este artículo. Luego, recogido de las preocupaciones cotidianas, intenta adentrarte en espíritu en la casa de Nazareth, y situado en medio de la Sagrada Familia, contempla la figura paternal de San José, que cuida al Niño, lo besa, lo educa, lo mima... ¿qué podrá negar Jesús Nuestro Señor al que así lo acunó en Su Santa Infancia?
Por la señal + de la Santa Cruz, etc.
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois, Bondad infinita y porque os amo sobre todas las cosas, (se golpea el pecho 2 veces) a mi me pesa, pésame, Señor, de todo corazón de haberos ofendido; yo os propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, y apartarme de todas las ocasiones de ofenderos; confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Os ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como os lo suplico, así confío en Vuestra Divina Bondad y Misericordia infinita, me los perdonaréis, por los merecimientos de Vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracias para enmendarme y perseverar en Vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén.
OFRECIMIENTO
Glorioso Patriarca San José, eficaz consuelo de los afligidos y seguro refugio de los moribundos; dignaos aceptar el obsequio de este Ejercicio que voy a rezar en memoria de vuestros Siete Dolores y Gozos. Y así como en vuestra feliz muerte, Jesucristo y Su Madre María os asistieron y consolaron tan amorosamente, así también Vos, asistidme en aquel trance, para que, no faltando yo a la fe, a la esperanza y a la caridad, me haga digno, por los méritos de la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y vuestro patrocinio, de la consecución de la vida eterna, y por tanto de vuestra compañía en el Cielo.
DOLORES Y GOZOS DE SAN JOSÉ
-Segundo Dolor: Al ver al Divino Niño Jesús en la pobreza.
"Vino a los suyos, y los suyos no le recibieron" (Evangelio de San Juan, cap. 1, vers.11)
-Segunda Alegría: al escuchar la armonía del Coro de los Ángeles y observar la Gloria de esa noche.
"Fueron deprisa y encontraron a María, a José y al Niño reclinado en el pesebre" (Evangelio de San Lucas, cap. 2, vers.16)
Oh Bienaventurado Patriarca, Glorioso San José, escogido para ser Padre Adoptivo del Hijo de Dios hecho hombre: el Dolor que sentisteis viendo nacer al Niño Jesús en tan gran pobreza se cambió de pronto en Alegría celestial al oír el armonioso concierto de los Ángeles y al contemplar las maravillas de aquella Noche tan resplandeciente.
Por este Dolor y aquella Alegría, alcanzadnos que después del camino de esta vida vayamos a escuchar las alabanzas de los Ángeles y a gozar de los resplandores de la Gloria Celestial.
Ahora, reza con piedad un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria, para terminar diciendo
San José, modelo y patrono de aquellos que aman al Sagrado Corazón de Jesús, ruega por nosotros.
Y terminamos este ejercicio piadoso signándonos en el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
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