martes, 30 de julio de 2024

NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN Y SU BENDITO ESCAPULARIO. DÍA 30º "REFRENA LA IMPETUOSA CORRIENTE DE UN RÍO"

  



ORACIONES INICIALES

               Por la señal de la Santa Cruz  de nuestros enemigos  líbranos Señor  Dios Nuestro.

               En el Nombre del Padre, del Hijo  y del Espíritu Santo. Amén.

               ¡Oh Virgen Santísima Inmaculada, belleza y esplendor del Carmen! Tú, que miras con ojos de particular bondad al que viste Tu Bendito Escapulario, mírame benignamente y cúbreme con el manto de Tu maternal protección. Fortalece mi flaqueza con Tu Poder, ilumina las tinieblas de mi entendimiento con Tu Sabiduría, aumenta en mí la Fe, la Esperanza y la Caridad. Adorna mi alma con tales gracias y virtudes que sea siempre amada de Tu Divino Hijo y de Ti. Asísteme en vida, consuélame cuando muera en Tu amabilísima presencia, y preséntame a la Augustísima Trinidad como hijo y siervo devoto Tuyo, para alabarte eternamente y bendecirte en el Paraíso. Amén.


PARA MEDITAR HOY

               Daniel de la Virgen María (+1678, Amberes, Bélgica), nos refiere que en el lugar llamado Roberto, a tres millas de Trento, el río Lenno creció tantísimo por efecto de las lluvias torrenciales, que venía desbordado y haciendo muchísimos estragos, que era una espantosa ruina para toda la comarca. 

               Viendo los vecinos ser insuficientes todos los medios naturales para conjurar tamaño peligro y precaverse de aquella inevitable ruina, acudieron al Señor, haciendo constantes rogativas, mas no por eso decrecían las aguas ni cesaba el caudal del río de hacer cada vez más estragos; no acertando con el medio por el cual Dios Nuestro Señor deseaba darles la paz y el consuelo. 

               Mas he aquí que, acudiendo con reiteradas súplicas a la oración los Religiosos del Monasterio Carmelita de Roberto, se dignó la Virgen Santísima inspirárselo. El Prior de dicho convento, Padre Jerónimo de Dóminis, tomó el Escapulario, lo bendijo solemnemente en la iglesia en presencia de todo el pueblo y, seguidamente, marchó en procesión con toda la Comunidad a las márgenes del río. Allí, seguido de una inmensa multitud de Fieles, hizo una fervorosa oración a Dios y a Su bendita Madre, pidiéndole se dignase manifestar en tan inminente peligro su valiosísima protección, ya que había dicho a Su Siervo San Simón "ser Su bendito Escapulario señal de salud en los peligros", y que por su virtud se sirviera refrenar las corrientes impetuosas de aquel río desbordado. Dicho esto, con vivísima fe, arrojó al agua el bendito Escapulario. Y, ¡oh prodigio!, apenas tocó el agua el celestial vestido de María, se notó al punto que las frenó y las puso a raya, pues todos advirtieron con estupor y asombro que se fueron sensible y paulatinamente recogiendo y estrechando hasta quedar reducidas al cauce normal y natural del río.


"Prodigios del Escapulario
por el Padre Rafael María López-Melús, O. Carm.


ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA
para pedir Su protección a través
del Bendito Escapulario




Reza ahora, despacio y con piedad TRES AVEMARÍAS
a Nuestra Santa Madre la Virgen del Carmen

JACULATORIA
para repetir con frecuencia hoy

Dulce Reina del Carmelo, causa de nuestra alegría,
quiero cantar el consuelo de llamarte Madre mía.

               Terminamos este Ejercicio signándonos en el Nombre del Padre, del Hijo  y del Espíritu Santo. Amén. 



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