El conocido como Santo Cristo Desamparado de la Madre María Rafols, fue profanado por tres malhechores que lo habían robado del Convento Dominico de Zaragoza, que pensaron que era de oro. Sin embargo, al comprobar que la imagen no era del preciado metal, en lugar de conformarse con dejarlo en cualquier parte, se ensañaron con él: lo hirieron en la cabeza con un clavo muy grueso, a pedradas rompieron la cruz; le arrancaron el brazo izquierdo al tiempo que le partían el derecho.
Para rematar el sacrilegio, lo tiraron a una hoguera que providencialmente se apagó, por lo que los truhanes -sin temor de Dios alguno- optaron por tirarlo a un estanque de agua de un molino. Entonces, contra todo pronóstico y en contra de las leyes de la gravedad, la imagen del Santo Cristo Desamparado flotó en el agua. Pero el milagro aún no había concluido, pues desde la imagen santa escucharon "Aún viendo este milagro no creéis?" . En ese momento, uno de los tres profanadores, cayó rodillas en tierra, pidiendo perdón como un niño y rezando la famosa jaculatoria que dice "Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza".
Los compañeros lo amenazaron muerte por haber rezado y llenos de ira lo lanzaron al mismo estanque donde habían querido deshacerse del Cristo y se hundió por no saber nadar. Pero prodigio sin igual fue ver que su compañero emergía del estanque con el Santo Cristo en las manos mientras la imagen sangraba abundantemente.
Llenos de pavor, los ladrones impenitentes, se lo arrancaron de las manos y cavando un hoyo en tierra, lo sepultaron, como para enterrar en sus conciencias el robo y posterior sacrilegio de la imagen de Nuestro Señor. El hecho aconteció en la madrugada del 14 de Septiembre de 1809, conmemoración de la Exaltación de la Santa Cruz.
La Congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, fundadas por la Madre María Rafols (1), adquirió la casa natal de la Fundadora así como algunas tierras aledañas, con el fin de crear un centro de caridad y formación, al mismo tiempo que se proponían la construcción de una hermosa iglesia dedicada a Nuestra Señora del Pilar, advocación mariana muy ligada a la Historia de la Madre Rafols. Tiempo después, se hicieron unas obras para cercar la finca y plantar un jardín.
El 15 de Noviembre de 1929, el peón Juan Aman, que trabajaba en el lugar con otros cuatro obreros, estaba abriendo una zanja cuando de improviso descubrió un crucifijo. Al cogerlo, observó que su mano estaba manchada de sangre. Pensó que sin darse cuenta se había hecho una herida, pero al limpiarse se dio cuenta de que no tenía el menor rasguño, así que no se trataba de su propia sangre.
Llamó a sus compañeros y asombrados comprobaron que esta procedía del Cristo. Se lo comunicaron inmediatamente a Doña Teresa Puig Rafols, que constató el prodigio. Al parecer, el Cristo sangraba por la pierna izquierda. Cuando los obreros difundieron la noticia, la casa natal de María Rafols recibió la visita de numerosas personas que deseaban ver con sus propios ojos el evento milagroso. Finalmente, el crucifijo de bronce fue llevado a la Casa Noviciado de Zaragoza.
En Febrero de 1931, la reverenda Madre General, Felisa Guerra, viajó hasta Roma y mostró el crucifijo al Papa Pío XI, quien lo tomó en sus manos y lo examinó durante un buen rato con sumo interés y gran devoción. El Pontífice además rezó ante la imagen en su oratorio privado y le concedió indulgencias.
ALGUNAS REVELACIONES de la Madre María Rafols
"Yo haré que en estas cercanías que tan profanado he sido, se le levante un trono de amor donde todos los pecadores que con fe Me invoquen alcanzarán perdón, y que muchas almas puras y castas Me desagraviarán ejerciendo por todas partes la caridad. ¡Tengo una sed ardiente de ser amado de los hombres! Y qué pocos, hija Mía, son los que me corresponden de verdad..."
19 de Abril del año 1815
"Hija Mía, en los tiempos venideros, cuando esta Imagen Mía esté a la veneración de los fieles, Me habrán hecho grandes profanaciones en muchas imágenes Mías, de Mi Madre Santísima y de los Santos; pero como amo tanto a los hombres y deseo tanto su salvación, que por sola Mi Misericordia Yo haré resucitar de la tierra esta Imagen Mía para que en Ella Me desagravien de tantas ofensas y sacrilegios: quiero muchos actos de reparación y Me serán tan agradables estos actos de reparación y desagravios que Me hagan ante esta Imagen, que Yo derramaré grandes gracias a todos los que con verdadera fe y humildad y contrición acudan a Mí. Mi Padre Eterno se complacerá mucho siempre que se le adore y venere haciendo interiormente actos de contrición por sí y por los pobres pecadores".
También quiere mi Jesús que cuando se edifique el templo en Villafranca le dediquen una Capilla a esta Imagen, colocándola en el centro sobre una cruz grande, y no han de colocar en ese altar ninguna otra Imagen; pero ha de estar en tal forma que los fieles puedan verla y adorarla. De tal forma ha de estar hecho el relicario, que no lo puedan coger, porque me inspira el Corazón de Jesús que los perseguidores de la Religión, al ver los portentosos milagros que por mediación de esta Imagen se obrarán, intentarán robarla nuevamente. De modo que han de procurar que esté bien sujeta y resguardada por medio de un cristal recio.
La podrán sacar del relicario o camarín, los días de Viernes Santo, catorce de Septiembre y el día quince de Noviembre, y siempre que el señor Obispo de Barcelona lo crea de utilidad para el bien de las almas. Como, por ejemplo, en tiempos de ejercicios, peregrinaciones, etc. Cuando se saque esta veneranda Imagen del relicario para adorarla, que la adoren de rodillas y que esté Bien custodiada por sacerdotes.
La Imagen de la Virgen del Pilar la deben poner también, en forma que los fieles la puedan adorar a semejanza de la de Zaragoza.
Pidan todos y cooperen en lo que esté de su parte para que el Reinado del Corazón de Jesús venga pronto a su amada España; tan pronto como Él lo desea…"
Revelación del 31 de Julio de 1836
NOTA
1- La Madre María Rafols Bruna murió para este mundo el 30 de Agosto de 1853, próxima a cumplir los 72 años y 49 de ser Hermana de la Caridad de Santa Ana. En 1926 se le abrió Proceso de Beatificación, setenta y tres años después de su muerte. Entre 1926 y 1932 son hallados documentos escritos por ella hace ya más de un siglo, textos que le han sido dictados directamente por el Sagrado Corazón, consejos espirituales, una especie de testamento espiritual, una larga y minuciosísima relación de su muerte. Pero sobre todo en los dos últimos documentos, hallados en 1931 y 1932 (escritos en 1815 y 1836), aparecen sorprendentes dotes proféticas sobre muchos hechos que ocurrieron en los años recientes anteriores a su hallazgo y publicación, como la institución de la Fiesta de Cristo Rey por el Papa Pío XI, la predicción de las persecuciones religiosas que han de poner a prueba la fe de los católicos españoles, la persecución a la Compañía de Jesús iniciada por la República, la Consagración oficial de España al Corazón de Jesús, las luchas sociales que han de agitar la vida de las naciones, el fruto espiritual que ha de seguir del conocimiento de estos escritos, los pormenores de la profanación y hallazgo de la milagrosa Imagen del Cristo Desamparado, entre otros.
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