miércoles, 24 de julio de 2024

NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN Y SU BENDITO ESCAPULARIO. DÍA 24º "LO SALVÓ EN EL MAR DE MÉXICO"

  



ORACIONES INICIALES

               Por la señal de la Santa Cruz  de nuestros enemigos  líbranos Señor  Dios Nuestro.

               En el Nombre del Padre, del Hijo  y del Espíritu Santo. Amén.

               ¡Oh Virgen Santísima Inmaculada, belleza y esplendor del Carmen! Tú, que miras con ojos de particular bondad al que viste Tu Bendito Escapulario, mírame benignamente y cúbreme con el manto de Tu maternal protección. Fortalece mi flaqueza con Tu Poder, ilumina las tinieblas de mi entendimiento con Tu Sabiduría, aumenta en mí la Fe, la Esperanza y la Caridad. Adorna mi alma con tales gracias y virtudes que sea siempre amada de Tu Divino Hijo y de Ti. Asísteme en vida, consuélame cuando muera en Tu amabilísima presencia, y preséntame a la Augustísima Trinidad como hijo y siervo devoto Tuyo, para alabarte eternamente y bendecirte en el Paraíso. Amén.


PARA MEDITAR HOY

               Navegando con un grupo de amigos, Don Tristán de Arellano, pariente próximo del Virrey, por los años de 1610, en México de la Nueva España, les sobrecogió de repente un recio huracán, que volcó la embarcación, cogiendo a todos bajo ella, por lo cual perecieron ahogados todos los tripulantes quedando con vida únicamente Don Tristán de Arellano. Él, al ver cómo se hundía, acudió al punto, con gran fe, a nuestra Madre Santísima del Carmen, cuyo Escapulario vestía con gran devoción desde muy niño y por cuyo medio esperaba ser socorrido y salvado por Nuestra Señora. 

               Y, en efecto, manifestó haber estado bajo el agua más de media hora, en la cual, lleno de aflicción y congoja estrechaba contra su corazón el bendito Escapulario de María, haciendo innumerables promesas a la Santísima Virgen si le sacaba con bien de tan terrible trance. 

               Por fin, tras larga espera de luchar con el viento y el agua, que a él se le antojaran siglos, acudiendo varias canoas en su auxilio, logró al fin su deseada salvación, hallando, con gran estupor suyo y de sus salvadores, que, aunque todos sus vestidos estaban empapados, el Santo Escapulario permanecía seco. 

               Tan pronto como logró hallarse en tierra, voló al Convento de los Carmelitas y, postrado ante el altar de la Virgen, hizo promesa de abandonar el mundo y consagrarse a la Santísima Virgen como Hermano de obediencia para rendirle toda su vida perennes acciones de gracias a la Madre dulcísima que le librara de una muerte temporal y eterna mediante Su milagroso y bendito Escapulario.


"Prodigios del Escapulario
por el Padre Rafael María López-Melús, O. Carm.


ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA
para pedir Su protección a través
del Bendito Escapulario




Reza ahora, despacio y con piedad TRES AVEMARÍAS
a Nuestra Santa Madre la Virgen del Carmen

JACULATORIA
para repetir con frecuencia hoy

Dulce Reina del Carmelo, causa de nuestra alegría,
quiero cantar el consuelo de llamarte Madre mía.

               Terminamos este Ejercicio signándonos en el Nombre del Padre, del Hijo  y del Espíritu Santo. Amén. 



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