miércoles, 14 de noviembre de 2018

TODOS LOS SANTOS Y BIENAVENTURADOS DE LA ORDEN DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN


«Muchas veces y de diversas maneras, los Santos Padres 
dejaron establecido el modo como cada uno 
ha de vivir en obsequio de Jesucristo y servirle fielmente 
con corazón puro y buena conciencia»

(De la Regla del Carmelo)





                La Santa Iglesia Católica y en particular la Orden del Carmen -la Antigua Observancia y los Descalzos- hace memoria hoy de todos sus Santos y Bienaventurados que ya gozan de la Visión Beatífica en el Cielo.

                Durante su vida en este mundo, se constituyeron en verdaderos carmelitas, puesto que fueron moldeados bajo la figura maternal de Nuestra Señora la Virgen María; tuvieron la dicha de haber vivido en intimidad con Ella y de Ella ser verdaderos Apóstoles y Esclavos. De Nuestra Señora aprendieron a vivir en Cristo y sólo de Su Amor; en Ella se inspiraron para entregar su vida a la Iglesia Católica y a las almas...

                Que el ejemplo de estos Santos, sirva para suscitar nuevas generaciones de santidad en estos tiempos de Apostasía generalizada; jóvenes santos de hoy, que revestidos del Bendito Escapulario del Carmen, testimonien lealtad a la Doctrina Católica de siempre, aunque esa santidad haya de ser vivida en las catacumbas de la resistencia.




                La Gran Familia del Carmelo se divide en dos partes: Religiosos y Cofrades. Los Religiosos, que forman la parte principal de la Orden, se dividen a su vez en Orden Primera (frailes), Orden Segunda (Monjas) y la Orden Tercera (seglares, solteros, casados y viudos). Mientras que los Cofrades, son todos aquellos que llevan impuesto el Bendito Escapulario y que, sin pertenecer propiamente a la Orden, se benefician de las gracias espirituales de la misma: Santas Misas, oraciones, sacrificios...todo lo que los religiosos carmelitas consigan de provecho espiritual, redunda en los Cofrades del Escapulario.

                Oremos pues hoy, a lo largo del día, por todas esas buenas almas que un día en este mundo participaron del Espíritu del Carmelo y que ahora se encuentran retenidas en el Bendito Purgatorio. Tengamos esa caridad para con esas Almas que tan devotas fueron de Nuestra Señora y de Su Escapulario; tal vez cuando tengamos que partir de este mundo, nosotros también necesitaremos con seguridad de las oraciones de otros hermanos.

               Si ha leído este artículo y aún no lleva impuesto el Escapulario de Nuestra Señora del Carmen, ¿a qué espera para llevarlo? El Escapulario NO ES un talismán ni actúa por sí solo; necesita de un sacerdote católico que se lo imponga y cumplir con tres requisitos: vestir el Escapulario día y noche,guardar castidad según el estado del cofrade y rezar a diario el Santo Rosario. 

               Se presupone que en todo lo demás, el Cofrade del Escapulario del Carmen ha de procurar ser un católico ejemplar, cumpliendo la Santa Ley de Dios y las disposiciones de la Santa Madre Iglesia.






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