miércoles, 21 de noviembre de 2018

LA PRESENTACIÓN DE NUESTRA SEÑORA, la Virgen Niña en el Templo





                Habiendo celebrado el 8 de Septiembre la Natividad de la Virgen maría y cuatro días después Su Santísimo Nombre, honramos hoy la Presentación en el Templo de aquella Niña de bendición. Esas tres fiestas del Cielo Marial son como un eco del Ciclo Cristológico, que celebra también el Nacimiento de Jesús, Su Santísimo Nombre y Su Presentación en el Templo el día de la Candelaria.

                La Fiesta de la Presentación de la Virgen Niña tiene sus orígenes en una piadosa tradición, cuyas raíces se hunden en los evangelios apócrifos; en ellos se cuenta cómo la Virgen María fue presentada en el Templo de Jerusalén a la edad de tres años, viviendo allí con otras doncellas y piadosas mujeres. Todo esto se viene conmemorando en Oriente desde el siglo VI y hasta habla de ello el Emperador Miguel Comeno en una Constitución de de 1166.

                Un gentil hombre francés, Canciller en la Corte del Rey de Chipre, habiendo sido enviado a Avignon en 1372, en calidad de embajador ante el Papa Gregorio XI, le contó la magnificencia con que en Grecia celebraban esta fiesta de la Presentación el 21 de Noviembre. El Papa decidió entonces introducirla en Aignon y posteriormente, el Papa Sixto V la impuso a toda la Iglesia.




               El Dios omnipotente posee un tesoro o almacén riquísimo en el que ha encerrado lo más hermoso, refulgente, raro y precioso que tiene, incluido Su propio Hijo. Este inmenso tesoro es María, a quien los Santos llaman el Tesoro del Señor, de cuya plenitud se enriquecen los hombres.

               Dios Hijo comunicó a Su Madre cuanto adquirió mediante Su Vida y Muerte, Sus méritos infinitos y virtudes admirables, y la constituyó Tesorera de cuanto el Padre le dio en herencia. Por medio de Ella aplica Sus méritos a sus miembros, les comunica Sus virtudes y les distribuye Sus gracias. María constituye Su canal misterioso, Su acueducto, por el cual hace pasar suave y abundantemente Sus Misericordias...




               Dios Espíritu Santo comunicó Sus Dones a María, Su fiel Esposa, y la escogió por Dispensadora de cuanto posee. Ella distribuye a quien quiere, cuanto quiere, como quiere y cuando quiere todos Sus Dones y Gracias. Y no se concede a los hombres ningún don celestial que no pase por Sus manos virginales. Porque tal es la Voluntad de Dios, que quiere que todo lo tengamos por María. Porque así será enriquecida, ensalzada y honrada por el Altísimo la que durante Su Vida se empobreció, humilló y ocultó hasta el fondo de la nada por Su profunda humildad. Estos son los sentimientos de la Iglesia y de los Santos Padres.

               María impera en el Cielo sobre los Ángeles y Bienaventurados. En recompensa a Su profunda humildad, Dios le ha dado el poder y la misión de llenar de Santos los tronos vacíos, de donde por orgullo cayeron los ángeles apóstatas. Tal es la Voluntad del Altísimo, que exalta siempre a los humildes (1): que el Cielo, la tierra y los abismos se sometan, de grado o por fuerza, a las órdenes de la humilde María, a quien constituyó Soberana del Cielo y de la tierra, Capitana de Sus Ejércitos, Tesorera de Sus riquezas, Dispensadora de Sus gracias, realizadora de Sus portentos, reparadora del género humano, Mediadora de los hombres, Exterminadora de los enemigos de Dios y Fiel Compañera de Su Grandeza y de sus Triunfos.


Tratado de la Verdadera Devoción a María
San Luis María Grignión de Montfort



NOTAS ACLARATORIAS

1- Evangelio de San Lucas, cap. 1, vers. 52


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.