sábado, 5 de febrero de 2022

LA OVEJA DE MARÍA INMACULADA, por la Madre Ángeles Sorazu

  



               La oveja escogida está señalada con el signo del Dulce Nombre de María y de la Santa Cruz, simbolizados en el hábito que lleva; y en su cuello ostenta el Santo Rosario.

MARÍA

               Con este signo, oveja Mía, tú serás la que espantarás al lobo infernal. Huirá éste al verte investida de Mi Hábito y Rosario santos, porque adivinará, a pesar suyo, que la oveja que lleva grabado Mi Santo Nombre y la Cruz de Mi Divino Hijo nos pertenece singularmente, pues es la misma oveja quien, libre y espontáneamente, se entregó a nosotros en la vida religiosa.

               Sé fiel, ovejita Mía, secunda los designios Míos en tu religiosa vocación, y los lobos infernales no entrarán en el cercado de tu aprisco, cuyas puertas guardo.

ALMA

               ¡Oh María, tierna Madre y Pastora mía!, como oveja Tuya ya llevo en mí, esculpido Tu Nombre bendito con la Cruz, insignia del Buen Pastor; sobre mis méritos fui favorecida con la vocación religiosa y la admisión de esta Orden bendita, y asociada a Tus hijas. Y ahora te dignas favorecerme con la imposición de Tu Santo Hábito, signo de Santidad, para que el Cielo y la tierra me reconozcan por tuya y al verme exclamen: he aquí una alma de nuestra Reina, fiel trasunto de Su virtudes.

               ¡Qué dichosa me siento al verme con esta librea de Santidad y sellada con Tu Nombre bendito y adornada con Tu escudo y Rosario santos, formando parte de Tu caro rebaño! ¡Qué tranquila y segura bajo Tus auspicios!

               Bajo Tu égida y amparo ¿qué tengo que temer de tantos enemigos conjurados contra mí paras tentarme y apartarme, si pudieran, del estado de perfección que voluntariamente he abrazado?

               Yo no puedo perderme, ni ser presa del lobo infernal, a no ser que yo misma lo quiera y salve la cerca de Tu aprisco que del mundo me separa. No lo permitas; Madre mía, morir mil veces quiero, antes que ser infiel a la vocación con que te dignaste favorecerme.

               El sello de los escogidos llevaré siempre conmigo, que es del amor de Jesús y María constante y fiel testigo.


Del Libro "Opúsculos Marianos" 
revisados y anotados por el Padre Nazario Pérez, SI


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