jueves, 30 de diciembre de 2021

REZAR CON UN SALMO...

 



Salmo 94


               ¡Dios de las venganzas, Yahvé; Dios de las venganzas, muéstrate!' Álzate, Juez de la tierra; da a los soberbios su merecido.'

               ¿Hasta cuándo los impíos, ¡oh Yahvé! hasta cuándo los impíos triunfarán, hablarán proterva y jactanciosamente y discursearán con arrogancia todos los obradores de iniquidad?

               Aplastan, Yahvé, a tu pueblo, oprimen a tu heredad.

               Asesinan a la viuda y al peregrino, y a los huérfanos dan muerte.

               Y se dicen: “No ve Yahvé, no entiende el Dios de Jacob.”

               Entended, necios del pueblo; vosotros, fatuos, ¿cuándo seréis cuerdos?'

               El que hizo el oído, ¿no va a oír?; y el que formó el ojo, ¿no va a ver?'

               El que instruye a las gentes, ¿no va a reprender? El que enseña al hombre la sabiduría...

             Conoce Yahvé los pensamientos de los hombres (y sabe) cuan vanos son.

             Bienaventurado el hombre a quien tú educas, ¡oh Yahvé! al que instruyes por tu ley, para que esté tranquilo en los días aciagos, en tanto que se cava para el impío la fosa.

               Pues no abandona Yahvé a su pueblo, no desampara su heredad, sino que devolverá la justicia al juicio, y en pos de ella irán los rectos de corazón.

               ¿Quién se levantará por mí contra los malvados? ¿Quién estará conmigo contra los obradores de iniquidad?

               Si Yahvé no me hubiera ayudado, por poco habitaría ya mi alma en la morada del silencio.

               Apenas decía yo: “Vacilan mis pies,” tu piedad, ¡oh Yahvé! me sostenía.

               Y en las muchas angustias de mi corazón, alegraban mi alma tus consuelos.

               ¿Puede ser acaso. aliado tuyo el tribunal de malvados que forja la iniquidad bajo pretexto de ley?

               Conspiran contra el alma del justo y condenan la sangre inocente.

               Pero Yahvé es para mí una ciudadela, y mi Dios es la Roca de mi salvación.

                El arrojará sobre ellos su misma perversidad, y con su misma malicia los aniquilará; los hará perecer Yahvé, nuestro Dios.



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