viernes, 29 de enero de 2021

NUESTRA MEJOR MORADA ESTÁ EN LAS LLAGAS DE CRISTO, por San Francisco de Sales

                

               ...puesto que encuentro tantos bienes en las Llagas de mi Jesús, quiero seguir el consejo de San Buenaventura y tomo la resolución de hacer tres tiendas, no sobre el Tabor, pues Pedro no sabía lo que decía cuando hacía esta proposición a Jesús, sino en lo alto del Calvario donde el propio Señor nos ha preparado estas tres moradas en Sus Divinas Llagas. 




               La primera estará en las Llagas hechas a los pies de mi Salvador. Besaré con un vivo agradecimiento estos pies atravesados por amor a mí; allí aprenderé a alejar mis pies de todos los caminos que conducen a las locas alegrías del mundo; allí comprenderé la dicha de caminar... siguiendo las huellas... de los pasos de Jesús. 

               La segunda será las Llagas de Sus manos. Veré en ellas estas manos abiertas para recibirme, estos brazos extendidos para acogerme, sacaré de ello la fuerza y el poder que reside en estas manos adorables. “Es en estas manos donde se oculta la fuerza”, dice Habacuq.

               La tercera, la más ancha, la más querida por mi corazón, será la Llaga que la lanza hizo en Su Costado. Estableceré mi morada en el Divino Corazón traspasado por mí. Junto a este hogar ardiente, sentiré reanimarse la llama de amor hasta ahora tan debilitada ¡Ah! Señor, vuestro Corazón es la verdadera Jerusalén; permitidme elegirlo para siempre para el lugar de mi reposo: “Es el lugar que he elegido para morar para siempre jamás.” 



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