sábado, 22 de mayo de 2021

LA PURÍSIMA MARÍA, CORREDENTORA DE LAS ALMAS. Parte 4

  



               La misma Virgen Madre tuvo que ser redimida, aunque con redención preventiva y total. Pero a esta Madre así redimida, precisamente para que fuese dignísima Madre de Dios, la llamó Dios a esta Obra Ministerial de Jesús, con la misma amplitud que Él, pero en un plano inferior, dentro del mismo orden sobrenatural. 

               ¿Por qué fue así? ¿Por qué no obró Jesucristo la Redención con independencia de toda criatura? ¿Por qué quiso asociar a Su Obra a una Madre?. Porque quiso: Quia ipse voluit. Tan libre fue en Su Oblación como en elegir la forma de hacerse Hostia, que fue naciendo de mujer: Factus ex  muliere. Pero el hecho de esta asociación del Hijo con la Madre para el rescate del mundo es tan visible en la Historia de la Revelación y de la Redención, que no dudamos llamarlo uno de los puntos salientes de nuestra Religión divina.

               Porque asociándose el Redentor a una Madre, recibían el orden natural y sobrenatural su perfección máxima en una pura criatura, que por ser Madre de Dios, debía ser la Obra Excelsa de Sus manos y como la suprema glorificación de las Obras de Dios ad extra.

               Nuestro Señor Jesucristo, asociado a a una Madre Amable, que es toda suavidad y piedad, los redimidos tenemos en la Corredentora, Madre del Redentor y nuestra, como un paso a nivel para ir al Redentor y por Él a Dios. Porque así la fuerza activa de la Redención, levanta sólidamente a hombre y a mujer, el Hombre y la Mujer por antonomasia, como solidariamente les había hundido la fuerza activa de pecar, que les perdió.  


Cardenal Enrique Tomás y Gomá 




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