jueves, 13 de junio de 2024

EJERCICIO PIADOSO EN HONOR DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. Día 13: SI TÚ RESPONDES POR ELLAS

   



               Por la señal de la Santa Cruz + de nuestros enemigos + líbranos Señor + Dios Nuestro.

               En el Nombre del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.


ACTO DE CONTRICIÓN

               Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.

               Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra Bondad y Misericordia infinita, que me los perdonareis, por los Méritos de vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro Santo Amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.


ORACIÓN INICIAL 

               Oh queridísimo y Divino Corazón de mi Jesús, ¡qué caricias Te haría si Te poseyera! ¡Cómo Te abrazaría! Oh Corazón todo amable, mil veces Te besaría y me pondría de rodillas para adorarte; mil veces Te apretaría estrechamente contra mi pecho, a fin de abrasarme con las llamas con que Tú Te abrasas. Oh Corazón Sagrado, Corazón encendido, Corazón abrasado, Corazón Divino, que has respirado y suspirado tantas veces por mí; no quiero de aquí en adelante respirar sino por Ti. ¡Oh Buen Jesús!, separa de mi pobre corazón todo lo que Te desagrade, y hazlo manso, sencillo y humilde.


MEDITACIÓN DIARIA
(Extraída de los escritos de Santa Margarita María de Alacoque)


                Un día le manifiesta Jesucristo los castigos que va a imponer a ciertas almas, las que más la maltrataban. Oh Salvador mío –exclama–, descargad sobre mí toda vuestra cólera y borradme del libro de la vida antes de perder a esas almas que tan caras os han costado. —Pero es que ellas no cesarán de afligirte. —No importa, Dios mío, con tal de que os amen a Vos. —Déjame obrar; no las puedo sufrir más. —No, Señor; no os dejaré hasta que las hayáis perdonado. —Está bien; consiento, si tú respondes por ellas. —Si, Dios mío; pero yo no os pagaré sino con vuestros propios bienes, que son los tesoros de vuestro Sagrado Corazón. Con esto quedó contento el Justo Juez.



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ORACIÓN FINAL 

               Renueva completamente el estado de mi alma, oh mi Divino Jesús, y toma entera y perfecta posesión de todo mi ser, el cual dedico y consagro en perfecto holocausto de amor a Tu amable Corazón. Haz de mi pobre y mezquino corazón un paraíso de Tus delicias, con las flores y frutos de las sólidas virtudes de humildad, mansedumbre, sencillez; abrásalo sobre todo en un vivo y ardiente deseo de Tu Amor; que el único objeto de todas mis aspiraciones sea agradarte, a fin de que en el momento en que me saques de esta vida, no muera de otra muerte que la de Tu Amor y por Tu Amor. Así sea.


               Terminamos este Ejercicio signándonos en el Nombre del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.



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