jueves, 16 de noviembre de 2023

VÍCTIMA DE JESÚS, REY INMORTAL, de las Revelaciones al Hno. Estanislao José

 



               En los primeros días del año 1922, ya al fin de su Noviciado, le mostraron los Corazones Eucarísticos tres filas muy largas de personas que conservaban en su pecho la Sagrada Eucaristía de una a otra Comunión, o se estaban preparando a este soberano favor. 

               La primera fila la formaban almas que se preparaban para ello, la mayoría de ellas sin saberlo, todas muy bien dispuestas, fervorosas y con virtudes sólidas. 

               La segunda fila eran almas que ya conservaban la Sagrada Hostia en su pecho, y las veía el Hermano cómo algunas se adelantaban de puesto y otras retrocedían y hasta le perdían por entibiarse en el servicio de Dios. "En esta fila estaba mi alma -dice el mismo Hermano Estanisalo José- en el quinto puesto y me ha prometido el Señor que me pondrá el primero, si soy fiel a la gracia durante estos días que me quedan de Noviciado".

               Dejemos que cuente él mismo lo que le pasó por estos días: "El Demonio, envidioso y lleno de ira por las almas que le arrebataba, quiso matarle. Estando en la meditación se me apareció de una manera que daba miedo verle. Yo llamé a mi poderoso amigo San Miguel y le pedí que matara al Enemigo que venía a devorarme. San Miguel enseguida le metió como un puñal en la garganta y le dejó rendido, echándole al profundo del Infierno. Al poco rato se presenta Luzbel con multitud de demonios y me dice mi Hermanito: "Cuidad que viene Luzbel con mucha tropa, pon en guardia toda tu compañía". 

               Yo puse a mi Hermanito delante con mi Purísima Madre, y a los Ángeles que me acompañan alrededor mío y poniéndose enfrente debatieron a Luzbel y a todos sus secuaces impidiendo que me hicieran mal. 

               Luego al mando de San Miguel y junto con la maldición de la Madre y de mi Hermanito, se echan los Ángeles sobre ellos y los precipitaron en el fondo del Abismo. Terminada esta batalla me dice San Miguel: "Adora al Rey Inmortal de los siglos, humíllate delante de Él y dale gracias por la multitud de favores que se ha dignado concederte". 

               Después me llevaron a la Presencia del Padre Eterno, y Éste, a los ruegos de mi Purísima Madre, me dio la bendición y me prometió oiría siempre mis súplicas y para que en todo momento Le agrade me cambiaría mi corazón traidor, inclinado al mal, y que en su lugar pondrá el de Su Santísimo Hijo Jesús con estas palabras: "Víctima de Jesús, Rey Inmortal". 


"Hermano Estanislao José, un joven heroico desconocido"

Hno. Ginés de María Rodríguez f.s.c.


               Olimpio Fernández Cordero nació el 23 de Septiembre de 1903, por lo que este año recordamos el 120 aniversario de su natalicio; vio la vida en Bustillo de la Vega, una pedanía de la provincia de Palencia (España). Desde muy pequeño dio claras muestras de una sincera piedad y de gran temor de Dios. Cuando estaba próximo a cumplir los 18 años ingresó en el Noviciado de Los Hermanos de La Salle de Bugedo (Burgos). Tornó su nombre por el de Estanislao José; según sus coetáneos siempre se comportó como un perfecto religioso. 

               Nuestro Señor y la Virgen Purísima se manifestarían a este joven consagrado para sumergirlo en una gran realidad sobrenatural: la Presencia de María Virgen en el Santísimo Sacramento del Altar, unida mística y realmente a Su Divino Hijo, desde que lo llevó en Sus entrañas virginales, hasta que los sostuvo entre Sus brazos tras el descendimiento de la Cruz, actuando así como Sagrario, Corredentora y Víctima junto a Nuestro Señor. Por eso, porque todo hijo tiene carne y sangre de su madre, en la Santísima Humanidad de Cristo, presente en el Sagrario junto a Su Alma y Divinidad, encontraremos también a María Virgen.



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