domingo, 1 de enero de 2023

LXXX Aniversario de Sor María Teresa Desandais

  

              “Quisiera hacer comprender a las almas que Mi Amor Misericordioso no es una cosa nueva, es lo que Mi Iglesia enseñó desde el principio... es el Amor del Salvador, su manifestación en la Ley Nueva... No quiero Yo que los que en él crean y abracen esta devoción esperen encontrar en ella alguna nueva forma de espiritualidad” 


Nuestro Señor a Sor María Teresa Desandais



               En el siglo se llamó Adriana y nació en Dreux (Eure-et-Loir), en 1876. Educada en la Fe Católica desde niña, quedó huérfana a los seis años y a los nueve ya estaba determinada a ser esposa virginal de Cristo. Su piedad y confianza en Dios la llevó con 20 años de edad a ingresar en el Monasterio de la Visitación de Dreux (Francia). Tomó el Santo Hábito el 4 de Mayo de 1897, cambiando su nombre civil por el religioso de María Teresa.

               A partir de 1900 fue bendecida con una serie de revelaciones místicas sobre el Amor Misericordioso de Jesús. Comenzó a escribir dichas experiencias sobrenaturales bajo el pseudónimo de "Sulamitis" (en referencia a la doncella del Cantar de los Cantares).

                En 1902 escribirá “El tesoro escondido” un opúsculo que habla de los méritos ganados por Jesús para nosotros, la Cruz es su camino. Ese mismo año escribe la oración Ofrenda al Amor Misericordioso, pero no será sólo la escritura donde proyecte su revelaciones místicas, será la pintura uno de sus canales privilegiados, escribiendo y pintando al dictado.

               En 1904, sin tener conocimiento particular de pintura, pintó el cuadro del “Amor Misericordioso”: Cristo crucificado, con los ojos en el Cielo y en el fondo una gran Hostia con las siglas JHS; del Corazón de Jesús irradian unos rayos de luz que iluminan la Biblia que se encuentra al pie del Crucifijo con el versículo: "Amaos los unos a los otros como Yo os he amado"; también al pie de la Cruz se encuentra una corona real que indica el despojo de Nuestro Señor de Su Gloria Divina para asumir nuestra naturaleza mortal convirtiéndose en Siervo.

               Desde 1915 la actividad literaria de Sor María Teresa fue aumentando considerablemente, y hacia el final de la Primera Guerra Mundial la doctrina del Amor Misericordioso, así como la imagen, ya se encontraba difundida por Francia y parte de Europa. En España, para poder difundir el mensaje del Amor Misericordioso, Sor María Teresa contó con la ayuda del Padre Juan Arintero González OP, Dominico español, publicando los mensajes en su revista  “Vida Sobrenatural” a partir de 1922.

               En 1918 Sor María Teresa leyó la vida de Sor Benigna Consolata, que había fallecido dos años antes. Fue para ella un momento importante que recogió en su Autobiografía: “Cuando apareció la vida de Sor Benigna sentí una gran alegría ya que en ella vi la respuesta del Amado: ahí me hizo comprender que Él la había escogido para abrir después el camino a Teresa del Niño Jesús”.

              Sor María Teresa vivió en el Monasterio de la Visitación de Dreux hasta 1940. Más tarde, a causa de la Segunda Guerra Mundial, la Comunidad se trasladó a Vouvant, provincia de la Vendée, donde ejercería el cargo de Superiora; después de una vida de dedicación y ocultación, murió en olor de Santidad el 1 de Enero de 1943, Primer Viernes de Mes; tenía 66 años de edad y 44 como esposa de Cristo.

               En estos años la obra del Amor Misericordioso se difundió por toda España y contó con la aprobación de muchos Obispos y en particular con la bendición del Papa Pío XI, que indulgenció la fórmula de la Ofrenda al Amor Misericordioso. El culto se celebraba principalmente en la Basílica de Nuestra Señora de Atocha, Madrid, donde, por encargo del Padre Arintero se instaló un gran cuadro pintado por "Sulamitis". El 20 de Julio de 1936, a los dos días de comenzar la Guerra Civil Española, la Basílica fue incendiada y el cuadro ardió; los Frailes Dominicos que custodiaban el templo fueron martirizados por odio a la Fe Católica.

               La misión de María Teresa Desandais fue enseñar a los hombres a conocer a Jesucristo, Amor Misericordioso. Para ello debía suscitar en el mundo una legión de almas pequeñas que siguieran la estela de Santa Margarita María, Santa Teresita de Lisieux y Sor Benigna Consolata, para ofrecerse como Víctimas al Amor Misericordioso de Dios y conseguir de este modo el Reinado de la Caridad de Cristo en el mundo y el triunfo de Su Santa Iglesia.


"Quiero una Asociación del Amor Misericordioso 
para corresponder a Mi Plan Divino 
y satisfacer los deseos de Mi Corazón"


Nuestro Señor a Sor María Teresa Desandais
29 de Enero de 1919




¿Qué es la Obra del Amor Misericordioso?

               Esta Asociación no tiene más Centro que el Corazón de Jesús. El Registro donde están inscritos los nombres, es el mismo Sagrado Corazón.

               El Director, es el Espíritu Santo, que con la cooperación de la Santísima Virgen, transformará las almas poco a poco para hacerlas vivir de la Caridad Evangélica (Amor y Misericordia) que es la vida misma del Corazón de Jesús.

               Bien se la podría llamar la precursora de esta obra, como lo es también en pos de ella Sor Benigna Consolata, Religiosa Salesa, de la que el mismo Jesús ha manifestado que la había escogido para abrir el camino de su Amor Misericordioso después de Santa Teresita, y la llamó su secretaria.

               Pero ni Santa Teresita ni Sor Benigna Consolata habían recibido la misión de extender esta devoción, como la recibió P. M. Sulamitis, alma privilegiada, escogida por el mismo Jesús. Esta hermosa obra empezó a propagarse en Francia, lugar donde reside esta bendita alma, bajo la dirección del Padre Juan Arintero OP.

               P. M. Sulamitis es un seudónimo que encubre el verdadero nombre de esta devota alma, escogida de Dios. Ella es la voz del que clama en el desierto, como la de un nuevo precursor, por la cual Dios nos llama, nos invita, nos amonesta; es la voz de un alma enamorada y pequeñita mano de la que Dios quiere servirse para recordarnos sus preceptos y su Amor; la eterna historia y el perenne esfuerzo de Jesús que los hombres conozcan su amor. Para informar nuestras almas en este espíritu e inflamarlas en el celo de esta cruzada evangélica, nada tan a propósito como las obritas y folletos, ya numerosos de esta alma piadosa que escribe a religiosos, sacerdotes, padres de familia, jóvenes y toda suerte de personas de todos los estados y condiciones.


(De la revista “Acción Antoniana” de los Franciscanos de Valencia, 
Septiembre de 1932, número 140, con licencia eclesiástica)


EL REMEDIO SUPREMO ES JESÚS...

(de las Revelaciones a la Madre Desandais)

               La Obra del Amor Misericordioso, es un gran regalo de la diestra del Excelso, que no ha sido abreviada a pesar de nuestras ingratitudes, es la que salvará a España, salvará al mundo entero. Él nos dice:

               Confiad en Mí; no os abandonaré; tened confianza, os lo repito, a pesar de todo; aunque el universo entero pareciese bambolearse, ahí estoy Yo, que Soy el Salvador, no perdáis la paz de vuestras almas; venid a Mí todos, Yo os aliviaré, con vosotros estoy hasta la consumación de los siglos con tal de que permanezcáis Conmigo en Caridad. La Caridad, he ahí el Mandamiento supremo de Mi Santa Ley.

              El remedio supremo, eficaz, inmejorable, insustituible, es Jesús, Jesús más conocido, amado, mejor imitado, intensamente vivido, esta es la devoción y la Obra del Amor Misericordioso, es el mismo Corazón de Jesús bien comprendido, su devoción mejor interpretada y aun completada y perfeccionada.




               Santa Teresita del Niño Jesús se ofreció como víctima bajo este dulce Nombre de Amor Misericordioso; y que esto sea muy del agrado divino lo muestra el hecho sorprendente de la gloriosa glorificación que Dios otorgó a la Santa. Ella, formada delicadamente por el Espíritu Santo en la Escuela del Amor y de la Confianza, es la que recibió el encargo de mostrar a las almas el camino de la sencillez evangélica y la Infancia Espiritual, que nos llevase a creer y a corresponder a las tiernas efusiones del Amor Misericordioso del Corazón de Jesús; ¿no es ella acaso la primera víctima del holocausto al Amor Misericordioso?




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