miércoles, 3 de diciembre de 2025

CENTENARIO DE LA NOVENA DE LOS 24 GLORIAS A SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS


Santa Teresita de Lisieux
100 años derramando su lluvia de rosas


Los devotos de Santa Teresita festejamos hoy 
el Centenario de la Novena de los 24 Glorias


                    Era el 3 de Diciembre de 1925 cuando el Padre Anton Putigan (1) comenzó una Novena en honor de Santa Teresita del Niño Jesús; la Santa Carmelita, fallecida en 1897 estaba de actualidad en aquellos días ya que había sido Canonizada el 17 de Mayo de ese mismo año, por el Papa Pío XI; el buen Sacerdote se encomendó a la Santa Carmelita pidiendo una gracia particular importante que nunca trascendió.

                    Con esta intención comenzó a rezar durante la Novena, 24 Glorias, en acción de gracias a la Santísima Trinidad por los favores concedidos a Santa Teresita del Niño Jesús durante los 24 años de su existencia terrenal. El Padre Putigan pidió una señal de la Santa para entender que su Novena era escuchada: esta señal sería recibir una rosa fresca y entreabierta. En el tercer día de la Novena, una persona busca al Sacerdote y le ofrece una rosa encarnada...¿casualidad?. Los católicos le llamamos Providencia.

                    El día 24 de Diciembre del mismo año, el Padre Putigan, comenzó una segunda Novena y pedía ahora como señal una rosa blanca. En el cuarto día de la Novena, la Hermana Vitalis, enfermera en un hospital, le trajo una rosa blanca diciendo:

                     - Aquí está una rosa blanca que Santa Teresita envía a su Paternidad.

                  Sorprendido, pregunta el Padre Putigan: 

                     - ¿De dónde viene esta rosa?

                  La Hermana Vitalis le comenta:

                     - Fui a la Capilla donde se encuentra adornada una imagen de Santa Teresita, y al aproximarme al Altar de la Santita, cayó a mis pies esta rosa. Quise colocarla de nuevo en el jarrón pero me acordé de traerla a Vd.

                  El Padre Putigan alcanzó las gracias pedidas en la Novena; resolvió entonces propagarla y así formó una cruzada de oraciones en honor a Santa Teresita.

                  La Novena de los 24 Glorias se suele hacer desde el día 9 al 17 de cualquier mes, participando así en la comunión de oraciones de los que la rezan esos días, pero se puede hacer igualmente en cualquier otra fecha; los más devotos de Santa Teresita preferimos dedicarle a diario los 24 Glorias...


Poco antes de morir Santa Teresita otra Carmelita 
de Lisieux le abrió su corazón para decirle que 
la echaría mucho de menos; Teresita se mostró 
sonriente con ella, asegurándole su asistencia 
desde la Vida Eterna con estas palabras
"será como una lluvia de rosas..."

Para mejor rezar los 24 Glorias en honor de Santa Teresita 
se ha ideado una sencilla corona compuesta por 24 cuentas


 
PLANTILLA PARA IMPRIMIR
LA DEVOCIÓN DE LOS 24 GLORIAS

Anímate a ser propagador de Santa Teresita:
imprime para ti y para otros la siguiente estampa
y repártela entre tus amigos, conocidos, almas piadosas...
Santa Teresita sabrá recompensar este apostolado en su favor



NOTA

                    1) El Padre Anton Putigan ingresó en la Compañía de Jesús en 1879 y sería ordenado Sacerdote en 1893. Por su profundo conocimiento sobre Los Balcanes llegó a convertirse en asesor personal del Archiduque Francisco Fernando de Austria, a quien le administró el Sacramento de la Extremaunción tras el atentado de Sarajevo, en 1914. El Padre Putigan moriría en Viena, el 4 de Septiembre de 1926, a los 67 años de edad y 33 de Sacerdocio, dejando un legado de fundaciones marianas, la edición de dos revistas católicas y la conocidísima Novena de los 24 Glorias en honor de Santa Teresita, plegaria que se ha extendido por diversos países y que ha ayudado a dar conocer la figura de la Santa de las Rosas.





Tradicional Novena en Honor de la INMACULADA CONCEPCIÓN de María Nuestra Señora. Día 5

  



Tradicional Novena en Honor de la 
Inmaculada Concepción
de María Nuestra Señora

Día 5

                      Para rezar esta Novena buscaremos un momento de intimidad con Nuestra Santa Madre la Virgen María; lo ideal sería rezar ante un Sagrario, en una iglesia o capilla, pero si no es posible, podremos recogernos en nuestra casa, en silencio, arrodillados, buscando la Presencia Santísima de María; confía a Ella tus preocupaciones, cargas y demás problemas. Ofrécele tus limitaciones y tus deseos de felicidad... María, como buena Madre, sabrá guiarte y proporcionarte todo cuanto necesites.


Por la señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos + líbranos Señor + Dios Nuestro. 

En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.


               Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque Os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.

               Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y así como lo suplico, así confío en Vuestra Bondad y Misericordia infinita, que me los perdonaréis, por los Méritos de Vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en Vuestro Santo Amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.

ORACIÓN INICIAL

               Dios Te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen Soberana y Perfecta, elegida para Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de Tu Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por Ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser Madre del Nuevo Pueblo que Jesucristo ha formado con Su Sangre.

                A Ti, Purísima Madre, Restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos Tuyos y de Tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado. 

                Acuérdate, Virgen Santísima, que has sido hecha Madre de Dios, no sólo para Tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a Tu protección e implorado Tu socorro haya sido desamparado.

               No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco quiero dejarte a Ti, antes bien cada día quiero crecer más en Tu Verdadera Devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la tercera, una buena muerte. Además, Te ruego me des la gracia particular que Te pido en esta Novena, si es para mayor Gloria de Dios, conquistar Tu amor y obtener el bien de mi alma. 

ORACIÓN DEL DÍA 5

               Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro, así como desde el primer instante de Su Concepción diste a María más gracia que a todos los Santos y Ángeles del Cielo, así Te rogamos humildemente por intercesión de Tu Madre Inmaculada nos inspires un aprecio singular de la Divina Gracia que Tú nos adquiriste con Tu Sangre y nos concedas el aumentarla más y más con nuestras buenas obras y con la recepción de Tus Santos Sacramentos, especialmente el de la Comunión.

Reza ahora, con piedad y devoción las Tres Avemarías:

          - María, Reina Inmaculada, por el Poder que Te concedió Dios Padre...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.

          - María, Reina Inmaculada, por la Sabiduría que Te concedió Dios Hijo...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.

          - María, Reina Inmaculada, por la Misericordia que Te concedió Dios Espíritu Santo...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.


ORACIÓN FINAL



Y terminamos signándonos en el Nombre del Padre, 
y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.




martes, 2 de diciembre de 2025

Tradicional Novena en Honor de la INMACULADA CONCEPCIÓN de María Nuestra Señora. Día 4

  



Tradicional Novena en Honor de la 
Inmaculada Concepción
de María Nuestra Señora

Día 4

                      Para rezar esta Novena buscaremos un momento de intimidad con Nuestra Santa Madre la Virgen María; lo ideal sería rezar ante un Sagrario, en una iglesia o capilla, pero si no es posible, podremos recogernos en nuestra casa, en silencio, arrodillados, buscando la Presencia Santísima de María; confía a Ella tus preocupaciones, cargas y demás problemas. Ofrécele tus limitaciones y tus deseos de felicidad... María, como buena Madre, sabrá guiarte y proporcionarte todo cuanto necesites.


Por la señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos + líbranos Señor + Dios Nuestro. 

En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.


               Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque Os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.

               Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y así como lo suplico, así confío en Vuestra Bondad y Misericordia infinita, que me los perdonaréis, por los Méritos de Vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en Vuestro Santo Amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.

ORACIÓN INICIAL

               Dios Te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen Soberana y Perfecta, elegida para Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de Tu Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por Ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser Madre del Nuevo Pueblo que Jesucristo ha formado con Su Sangre.

                A Ti, Purísima Madre, Restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos Tuyos y de Tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado. 

                Acuérdate, Virgen Santísima, que has sido hecha Madre de Dios, no sólo para Tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a Tu protección e implorado Tu socorro haya sido desamparado.

               No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco quiero dejarte a Ti, antes bien cada día quiero crecer más en Tu Verdadera Devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la tercera, una buena muerte. Además, Te ruego me des la gracia particular que Te pido en esta Novena, si es para mayor Gloria de Dios, conquistar Tu amor y obtener el bien de mi alma. 

ORACIÓN DEL DÍA 4

               Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro, así como libraste a María del pecado y le diste dominio perfecto sobre todas Sus pasiones, así Te rogamos humildemente, por intercesión de Tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de ir domando nuestras pasiones y destruyendo nuestras malas inclinaciones, para que Te podamos servir con verdadera libertad de espíritu y sin imperfección ninguna.

Reza ahora, con piedad y devoción las Tres Avemarías:

          - María, Reina Inmaculada, por el Poder que Te concedió Dios Padre...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.

          - María, Reina Inmaculada, por la Sabiduría que Te concedió Dios Hijo...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.

          - María, Reina Inmaculada, por la Misericordia que Te concedió Dios Espíritu Santo...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.


ORACIÓN FINAL



Y terminamos signándonos en el Nombre del Padre, 
y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.




lunes, 1 de diciembre de 2025

Tradicional Novena en Honor de la INMACULADA CONCEPCIÓN de María Nuestra Señora. Día 3

  



Tradicional Novena en Honor de la 
Inmaculada Concepción
de María Nuestra Señora

Día 3

                      Para rezar esta Novena buscaremos un momento de intimidad con Nuestra Santa Madre la Virgen María; lo ideal sería rezar ante un Sagrario, en una iglesia o capilla, pero si no es posible, podremos recogernos en nuestra casa, en silencio, arrodillados, buscando la Presencia Santísima de María; confía a Ella tus preocupaciones, cargas y demás problemas. Ofrécele tus limitaciones y tus deseos de felicidad... María, como buena Madre, sabrá guiarte y proporcionarte todo cuanto necesites.


Por la señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos + líbranos Señor + Dios Nuestro. 

En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.


               Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque Os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.

               Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y así como lo suplico, así confío en Vuestra Bondad y Misericordia infinita, que me los perdonaréis, por los Méritos de Vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en Vuestro Santo Amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.

ORACIÓN INICIAL

               Dios Te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen Soberana y Perfecta, elegida para Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de Tu Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por Ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser Madre del Nuevo Pueblo que Jesucristo ha formado con Su Sangre.

                A Ti, Purísima Madre, Restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos Tuyos y de Tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado. 

                Acuérdate, Virgen Santísima, que has sido hecha Madre de Dios, no sólo para Tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a Tu protección e implorado Tu socorro haya sido desamparado.

               No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco quiero dejarte a Ti, antes bien cada día quiero crecer más en Tu Verdadera Devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la tercera, una buena muerte. Además, Te ruego me des la gracia particular que Te pido en esta Novena, si es para mayor Gloria de Dios, conquistar Tu amor y obtener el bien de mi alma. 

ORACIÓN DEL DÍA 3

               Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro, así como preservaste a María de todo pecado venial en toda Su Vida, y a nosotros nos pides que purifiquemos más y más nuestras almas, para ser dignos de Ti, así Te rogamos humildemente, por intercesión de Tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de evitar los pecados veniales y de procurar y obtener cada día más pureza y delicadeza de conciencia.

Reza ahora, con piedad y devoción las Tres Avemarías:

          - María, Reina Inmaculada, por el Poder que Te concedió Dios Padre...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.

          - María, Reina Inmaculada, por la Sabiduría que Te concedió Dios Hijo...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.

          - María, Reina Inmaculada, por la Misericordia que Te concedió Dios Espíritu Santo...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.


ORACIÓN FINAL



Y terminamos signándonos en el Nombre del Padre, 
y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.




domingo, 30 de noviembre de 2025

Tradicional Novena en Honor de la INMACULADA CONCEPCIÓN de María Nuestra Señora. Día 2

  



Tradicional Novena en Honor de la 
Inmaculada Concepción
de María Nuestra Señora

Día 2

                      Para rezar esta Novena buscaremos un momento de intimidad con Nuestra Santa Madre la Virgen María; lo ideal sería rezar ante un Sagrario, en una iglesia o capilla, pero si no es posible, podremos recogernos en nuestra casa, en silencio, arrodillados, buscando la Presencia Santísima de María; confía a Ella tus preocupaciones, cargas y demás problemas. Ofrécele tus limitaciones y tus deseos de felicidad... María, como buena Madre, sabrá guiarte y proporcionarte todo cuanto necesites.


Por la señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos + líbranos Señor + Dios Nuestro. 

En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.


               Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque Os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.

               Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y así como lo suplico, así confío en Vuestra Bondad y Misericordia infinita, que me los perdonaréis, por los Méritos de Vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en Vuestro Santo Amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.

ORACIÓN INICIAL

               Dios Te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen Soberana y Perfecta, elegida para Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de Tu Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por Ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser Madre del Nuevo Pueblo que Jesucristo ha formado con Su Sangre.

                A Ti, Purísima Madre, Restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos Tuyos y de Tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado. 

                Acuérdate, Virgen Santísima, que has sido hecha Madre de Dios, no sólo para Tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a Tu protección e implorado Tu socorro haya sido desamparado.

               No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco quiero dejarte a Ti, antes bien cada día quiero crecer más en Tu Verdadera Devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la tercera, una buena muerte. Además, Te ruego me des la gracia particular que Te pido en esta Novena, si es para mayor Gloria de Dios, conquistar Tu amor y obtener el bien de mi alma. 

ORACIÓN DEL DÍA 2

               Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro, así como preservaste a María de todo pecado mortal en toda Su Vida y a nosotros nos das gracia para evitarlo y el Sacramento de la Confesión para remediarlo, así Te rogamos humildemente, por intercesión de Tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de no cometer nunca pecado mortal, y si incurrimos en tan terrible desgracia, la de salir de él cuanto antes, por medio de una buena Confesión.

Reza ahora, con piedad y devoción las Tres Avemarías:

          - María, Reina Inmaculada, por el Poder que Te concedió Dios Padre...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.

          - María, Reina Inmaculada, por la Sabiduría que Te concedió Dios Hijo...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.

          - María, Reina Inmaculada, por la Misericordia que Te concedió Dios Espíritu Santo...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.


ORACIÓN FINAL



Y terminamos signándonos en el Nombre del Padre, 
y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.




sábado, 29 de noviembre de 2025

Tradicional Novena en Honor de la INMACULADA CONCEPCIÓN de María Nuestra Señora. Día 1

 



Tradicional Novena en Honor de la 
Inmaculada Concepción
de María Nuestra Señora

Día 1

                      Para rezar esta Novena buscaremos un momento de intimidad con Nuestra Santa Madre la Virgen María; lo ideal sería rezar ante un Sagrario, en una iglesia o capilla, pero si no es posible, podremos recogernos en nuestra casa, en silencio, arrodillados, buscando la Presencia Santísima de María; confía a Ella tus preocupaciones, cargas y demás problemas. Ofrécele tus limitaciones y tus deseos de felicidad... María, como buena Madre, sabrá guiarte y proporcionarte todo cuanto necesites.


Por la señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos + líbranos Señor + Dios Nuestro. 

En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.


               Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque Os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.

               Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y así como lo suplico, así confío en Vuestra Bondad y Misericordia infinita, que me los perdonaréis, por los Méritos de Vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en Vuestro Santo Amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.

ORACIÓN INICIAL

               Dios Te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen Soberana y Perfecta, elegida para Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de Tu Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por Ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser Madre del Nuevo Pueblo que Jesucristo ha formado con Su Sangre.

                A Ti, Purísima Madre, Restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos Tuyos y de Tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado. 

                Acuérdate, Virgen Santísima, que has sido hecha Madre de Dios, no sólo para Tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a Tu protección e implorado Tu socorro haya sido desamparado.

               No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco quiero dejarte a Ti, antes bien cada día quiero crecer más en Tu Verdadera Devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la tercera, una buena muerte. Además, Te ruego me des la gracia particular que Te pido en esta Novena, si es para mayor Gloria de Dios, conquistar Tu amor y obtener el bien de mi alma. 

ORACIÓN DEL DÍA 1

               Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro. Así como preservaste a María del pecado original en Su Inmaculada Concepción y a nosotros nos hiciste el gran beneficio de librarnos de él por medio de Tu Santo Bautismo, así Te rogamos humildemente nos concedas la gracia de portarnos siempre como buenos Cristianos, regenerados en Ti, Padre nuestro Santísimo.

Reza ahora, con piedad y devoción las Tres Avemarías:

          - María, Reina Inmaculada, por el Poder que Te concedió Dios Padre...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.

          - María, Reina Inmaculada, por la Sabiduría que Te concedió Dios Hijo...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.

          - María, Reina Inmaculada, por la Misericordia que Te concedió Dios Espíritu Santo...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.


ORACIÓN FINAL



Y terminamos signándonos en el Nombre del Padre, 
y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.




viernes, 28 de noviembre de 2025

SANTA CATALINA LABOURÉ, Vidente de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa

 

                   Nació el 2 de Mayo de 1806, en la granja de Fain, situada en Fains les Moutiers, Francia; será inscrita en el registro con el nombre de Catalina, pero la llamarán familiarmente Zoé. Cuando apenas alcanza la edad de poder ayudar, la mandarán a cocinar, coser, ordeñar y a realizar todas las tareas domésticas. Quedó huérfana a los nueve años y así es enviada, junto a su hermana Marie Antoniette, a casa de un tío donde permanecen alrededor de dos años, abandonadas a su suerte.

                   De regreso a casa, ocupa el puesto de la madre en la dirección de la granja, teniendo sólo once años. Se levanta al amanecer y se acuesta tarde: además de ordeñar, se encarga de la lechería, donde se prepara la mantequilla y los quesos. También se encarga del gallinero, de la fruta y de la verdura, el alimento para los animales y para los hombres. 

                   Catalina será desde siempre un alma muy piadosa, por eso va con frecuencia a la Iglesia para rezar arrodillada por mucho tiempo, que le ocasionó una artrosis que padecerá de por vida. Ayunaba los Viernes y los Sábados.




                   A los dieciocho años tuvo un sueño profético, donde un viejo Sacerdote le informa de que Dios tiene proyectos para su vida. Más tarde descubrirá que este Sacerdote es San Vicente de Paúl. Con diecinueve años Catalina es aún analfabeta y su padre la inscribe en un instituto de Châtillon, donde es obligada a seguir cursos elementales con pequeñas de diez años, que la juzgaban estúpida. Ella, sintiéndose incómoda no comprende y abandona el curso.

                   De vuelta a casa reemprende la vida acostumbrada, pero anida en su corazón el deseo de hacerse monja. A los veintiún años, anuncia a su padre su intención de entrar en las Hijas de la Caridad: el padre se niega. La envía a París para que encuentre distracciones, luego a Châtillon para labrarse un futuro, pero todo es inútil.

                  A los veinticuatro años, 22 de Enero de 1830, Catalina Labouré inicia su Postulantado de tres meses junto a las Hijas de la Caridad, donde aprende a leer, a escribir y a servir a los pobres.

                   El 21 de Abril entra en la Casa Madre de la Congregación en Rue-du-Bac, donde vestirá el hábito de novicia, y de inmediato se le destina a desarrollar trabajos pesados, se despierta a las cuatro de la mañana las privaciones le cuestan poco, acostumbrada como estaba al rigor de su granja.

                    El 25 de Abril es el día del traslado de las reliquias de San Vicente de Paúl y el féretro permanece expuesto a la veneración de los fieles durante una semana. Catalina percibe la presencia del Santo Fundador y dialoga con él. En esta ocasión, y durante tres días consecutivos, se le aparece, sobre un pequeño relicario, en la capilla de las hermanas en Rue- du-Bac, el corazón de San Vicente.

                    Pasan algunos días y Catalina, durante la Santa Misa ve que la Hostia recién Consagrada por el Sacerdote, se transforma en el Rostro de Cristo; este fenómeno que durará hasta el final de su noviciado.

                    En la noche del 18 de Julio de 1830, Catalina es despertada por un Ángel en las facciones de un niño, vestido de blanco: la conduce a la Capilla, donde aparece la Santa Virgen en una aparición corporal; el diálogo entre ambas duraría más de dos horas. Nuestra Señora habla a Santa Catalina sobre el futuro y anuncia tiempos dolorosos para Francia y vaticina la muerte del Arzobispo de París para cuarenta años después. Catalina confía al Padre Aladel, su confesor, lo que ha visto pero el sacerdote no cree estas profecías catastróficas. Las palabras de la Virgen se confirmarán con la insurrección de París.

                    Pasan cuatro meses y el 27 de Noviembre, la Virgen reaparece mientras Catalina está en oración en la Capilla. Mientras transcurre la visión una voz interior le dice: "Haz grabar una medalla según este modelo". Informado de la visión el Padre Aladel, califica a Catalina como una chica exaltada.

                    Algunos días después, ya en el mes de Diciembre, Santa Catalina, como de costumbre, está rezando en la Capilla cuando la Virgen María se le vuelve a aparecer para confirmar a la vidente lo que le había manifestado en la anterior aparición: por último le informa que ya no se hará ver más, pero oirá su voz durante las oraciones.

                    En Otoño, Catalina comienza a sentir, otra vez, durante las oraciones las misteriosas elocuciones interiores. La Virgen insiste a Catalina para que hable al Padre Aladel, para que realice la medalla. Sólo tras la intervención del Arzobispo de París, Monseñor Quélen, se concede el consentimiento para acuñar la medalla y difundirla. Padre Aladel procede a ello. Los primeros ejemplares estarán disponibles para principios de Marzo de 1832: dos años han transcurrido en vano.

                   Estalla el cólera en París y mueren muchas víctimas, la medalla se distribuye y se revela como una ayuda entra el cólera y todos los males físicos, hasta tal punto de calificarla como "Medalla Milagrosa". En dos años se reparten veinte millones de copias y el éxito continua aumentando: es un triunfo popular. Santa Catalina continúa con una vida escondida y silenciosa: cura a los ancianos y les convierte.

                   En las Iglesias se multiplican las estatuas y las representaciones de las Apariciones de 1830; el Arzobispo de París hace venerar a la "Señora de la Medalla Milagrosa" y obtiene del Papa Gregorio XVI el solemnizar el 8 de Diciembre como la Fiesta de la Inmaculada Concepción.

                  En 1870, Napoleón III abdica en Sedan y se proclama la República. Francia asaltada por los prusianos se transforma en un campo de batalla: el asedio a París durará todo un año. La Casa Madre se convierte en ayuda urgente y Catalina deberá, con gran esfuerzo, garantizar 1200 menús diarios. Se va hacia la guerra civil con violencia, ejecuciones sumarias fomentadas por el odio hacia las clases acomodadas.

                   El 30 de Abril la situación se hace insostenible y las Hermanas deben dejar la Casa Madre a pesar de que Catalina profetiza el fin de la sublevación, que tuvo lugar el 31 de Mayo. Antes del fin, el 30 de Abril el Arzobispo de París, Monseñor Darboy, será ejecutado por los revolucionarios, como había sido vaticinado. Hubo muchas víctimas entre los religiosos.

                   En Septiembre de 1876  comienza a tener problemas cardíacos, las crisis que la mantienen en cama persisten, pero íntimamente siente que vivirá hasta final de año. En Diciembre se disloca una muñeca y la percepción de ser inútil la desmoraliza, robándole las últimas fuerzas. Debe guardar cama, pero la Hermana encargada de llevarle los alimentos y las medicinas, se olvida de encender el fuego casi siempre: así es privada de todo, hasta de lo necesario. La dejan sola todo el día.

                    El 30 de Diciembre Catalina pide la extremaunción. Aunque todos piensan que es demasiado pronto, ella insiste. El 31 a las 6:30 se dan cuenta de que Catalina está muriendo. La Comunidad se arrodilla en el cabezal de la moribunda y reza las invocaciones de la Medalla Milagrosa, Catalina se abandona, sin sufrimientos, entre los brazos de la Madre Celestial.

                    Fue beatificada por el Papa Pío XI el 28 de Mayo de 1933 y posteriormente canonizada por el Papa Pío XII el 27 de Julio de 1947: sus reliquias están expuestas en la Capilla en que tuvieron lugar las Apariciones. 


DEL DISCURSO DEL PAPA PÍO XII a los peregrinos 
llegados a Roma por la Canonización de Santa Catalina Labouré


                ¡Qué lección para el orgullo del mundo y para su hambre de ostentación! El amor propio hace como que se disimula y se viste de las apariencias del celo, pero es siempre el mismo, quien, como en otros tiempos junto a Jesucristo, susurra al oído el ” Manifesta teipsum mundo” (“Date a conocer al mundo”). Catalina Labouré ha llevado a cabo maravillosa y fructuosamente esta misión en la obscuridad, donde ha vívido cuarenta y seis años. Ahora ha llegado para ella la hora anunciada por el Apóstol: “Porque muertos estáis ya y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando aparezca Cristo, que es vuestra vida, entonces apareceréis también vosotros, con El, gloriosos”. (Col. 3, 3-4).

                 En la Gloria, donde resplandece con plena luz allá arriba. junto a Jesucristo y a su Madre; en la Gloria, con la que brilla también acá abajo, por donde pasó ignorada, ella sigue siendo la mensajera de la Inmaculada. Está a vuestro lado, sacerdotes de la Misión e Hijas de la Caridad, infundiéndoos el fervor de vuestra santa vocación; está junto a vosotras, Hijas de María, que ella tanto amó y de la que es constante protectora, exhortándonos a la fidelidad, a la pureza, a la piedad y al apostolado; está junto a vosotros todos, pecadores, enfermos, débiles y afligidos, que levantáis los ojos repitiendo con confianza la invocación: “i Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos!”.

                Por su intercesión las más abundantes gracias lloverán sobre vosotros a quinos de todo corazón damos, como prenda de las gracias divinas, Nuestra Bendición Apostólica”.




jueves, 27 de noviembre de 2025

RECIBIRÁN GRANDES GRACIAS, la Medalla Milagrosa de Nuestra Santa Madre

 


LA VIDENTE: SANTA CATALINA LABOURÉ

                   Nació el 2 de Mayo de 1806, en Fain-les-Moutiers, Borgoña ( Francia ). Entró a la vida religiosa con la Hijas de la Caridad el 22 de Enero de 1830 y después de tres meses de postulantado, 21 de Abril, fue trasladada al noviciado de París, en el número 140 de la Rue du Bac.

                   Durante los nueve meses de su Noviciado, Sor Catalina fue bendecida con muchas gracias sobrenaturales, entre ellas la de ver todos los días al Señor en el Santísimo Sacramento.

                   El Domingo de la Santísima Trinidad, 6 de Junio de 1830, el Señor se mostró durante el Evangelio de la Misa como un Rey, con una cruz en el pecho. De pronto, los ornamentos reales de Jesús cayeron por tierra, lo mismo que la cruz, como unos despojos despreciables. "Inmediatamente - escribió Sor Catalina - tuve las ideas mas negras y terribles: que el Rey de la tierra estaba perdido y sería despojado de sus vestiduras reales. Sí, se acercaban cosa malas ".

                  El Domingo 18 de Julio 1830, víspera de la Fiesta de San Vicente de Paúl, la Maestra de Novicias les había hablado sobre la devoción a los Santos, y en particular a la Reina de todos ellos, María Santísima. Sus palabras, impregnadas de fe y de una ardiente piedad, avivaron en el corazón de Sor Labouré el deseo de ver y de contemplar el rostro de la Santísima Virgen. Como era víspera de San Vicente, les habían distribuido a cada una un pedacito de lienzo de un roquete del Santo. Catalina, movida por la piedad, se lo tragó y se durmió pensando que San Vicente, junto con su Ángel de la Guarda, le obtendrían esa misma noche la gracia de ver a la Virgen como era su deseo… 

EL ÁNGEL LA DESPIERTA PARA IR A VER A NUESTRA SEÑORA

                   Y así ocurrió cuando cerca de las once y media de la noche, oyó que por tres veces la llamaban por su nombre. Se despertó y apartando un poco las cortinas de su cama miró del lado que venía la voz y vio entonces un niño vestido de blanco -que parecía tener como cuatro o cinco años- que le dijo: "Levántate pronto y ven a la Capilla; la Santísima Virgen te espera".

                   Sor Catalina vacila; teme ser notada de las otras novicias; pero el niño responde a su preocupación interior y le dice: "No temas; todas duermen muy bien. Ven yo te aguardo". Se viste con presteza y se pone a disposición de su misterioso guía, "que permanecía en pie sin separarse de la columna de su lecho."

                   Vestida Sor Catalina, el niño comienza a andar, y ella lo sigue. Por donde quiera que pasaban las luces se encendían. El cuerpo del niño irradiaba vivos resplandores y a su paso todo quedaba iluminado.

                   Al llegar a la puerta de la capilla la encuentra cerrada; pero el niño toca la puerta con su dedito y aquella se abrió al instante. Dice Catalina: "Mi sorpresa fue mas completa cuando, al entrar a la capilla, vi encendidas todas las velas y los cirios, lo que me recordaba la Misa de medianoche". 

                   El niño la llevó al presbiterio, junto al sillón destinado al Padre Director, donde solía predicar a las Hijas de la Caridad, y allí se puso de rodillas, y el niño permaneció de pie todo el tiempo al lado derecho. La espera le pareció muy larga, ya que con ansia deseaba ver a la Virgen. Miraba ella con cierta inquietud hacia la tribuna derecha, por si las hermanas de vela, que solían detenerse para hacer un acto e adoración, la veían.

                   Por fin llegó la hora deseada, y el niño le dijo: "Ved aquí a la Virgen, vedla aquí".

                   Sor Catalina oyó como un rumor, como el roce de un traje de seda, que partía del lado de la tribuna, junto al cuadro de San José. Vio que una señora de extremada belleza, atravesaba majestuosamente el presbiterio, "fue a sentarse en un sillón sobre las gradas del altar mayor, al lado del Evangelio". Sor Catalina en el fondo de su corazón dudaba si verdaderamente estaba o no en presencia de la Reina de los Cielos, pero el niño le dijo: "Mira a la Virgen".

"LOS MOMENTOS MÁS DULCES DE MI VIDA..."

                    Entonces el niño le habló, no como niño, sino como el hombre más enérgico y palabras muy fuertes: -"¿Por ventura no puede la Reina de los Cielos aparecerse a una pobre criatura mortal en la forma que más le agrade?"  Santa Catalina nos confiesa: “Entonces, mirando a la Virgen, me puse en un instante a Su lado, me arrodillé en el presbiterio, con las manos apoyadas en las rodillas de la Santísima Virgen. Allí pasé los momentos más dulces de mi vida; me sería imposible decir lo que sentí".

                   Ella me dijo cómo debía portarme con mi Director, la manera de comportarme en las penas y acudir (mostrándome con la mano izquierda) a arrojarme al pie del Altar y desahogar allí mi corazón, pues allí recibiría todos los consuelos de que tuviera necesidad. Entonces le pregunté que significaban las cosa que yo había visto, y Ella me lo explicó todo".




CONFIDENCIAS DE NUESTRA SEÑORA A SANTA CATALINA LABOURÉ

                   “Dios quiere confiarte una misión; te costará trabajo, pero lo vencerás pensando que lo haces para la Gloria de Dios. Tú conocerás cuán bueno es Dios. Tendrás que sufrir hasta que lo digas a tu Director. No te faltarán contradicciones; mas te asistirá la gracia; no temas. Háblale a tu Director con confianza y sencillez; ten confianza no temas. Verás ciertas cosas; díselas. Recibirás inspiraciones en la oración.

                   Los tiempos son muy calamitosos. Han de llover desgracias sobre Francia. El trono será derribado. El mundo entero se verá afligido por calamidades de todas clases (al decir esto la Virgen estaba muy triste). Venid a los pies de este Altar, donde se prodigarán gracias a todos los que las pidan con fervor; a todos, grandes y pequeños, ricos y pobres.

                   Deseo derramar gracias sobre tu Comunidad; lo deseo ardientemente. Me causa dolor el que haya grandes abusos en la observancia, el que no se cumplan las Reglas, el que haya tanta relajación en ambas Comunidades a pesar de que hay almas grandes en ellas. Díselo al que esta encargado de ti, aunque no sea el Superior. Pronto será puesto al frente de la Comunidad. El deberá hacer cuanto pueda para restablecer el vigor de la Regla. Cuando esto suceda otra comunidad se unirá a las de ustedes.

                   Vendrá un momento en que el peligro será grande; se creerá todo perdido; entonces Yo estaré contigo, ten confianza. Reconocerás Mi visita y la protección de Dios y de San Vicente sobre las dos Comunidades. Mas no será lo mismo en otras Comunidades, en ellas habrá víctimas… (la Virgen llora al aclarar esto). El clero de París tendrá muchas víctimas…morirá el Señor Arzobispo.

                   Hija Mía, será despreciada la Cruz, y el Corazón de Mi Hijo será otra vez traspasado; correrá la sangre por las calles ( la Virgen no podía hablar del dolor, las palabras se anudaban en su garganta; semblante pálido). El mundo entero se entristecerá.” Ella piensa: ¿cuándo ocurrirá esto? y una voz interior asegura: cuarenta años y diez y después la paz.

                   La Virgen, después de estar con ella unas dos horas, desaparece de la vista de Sor Catalina como una sombra que se desvanece.

NUESTRA SEÑORA ADVIRTIÓ Y TODO SE HA CUMPLIDO

                   Es necesario aclarar que todas las profecías que Nuestra Señora enunció a Santa Catalina, se fueron cumpliendo:

              Vemos así como la misión de Dios pronto le fue indicada con la revelación de la Medalla Milagrosa.

              También comprobamos como una semana después de esta aparición estallaba la Revolución. París sufrió saqueos, asesinatos y finalmente, era destronado Carlos X, sustituido por el "rey ciudadano" Luis Felipe I, gran maestro de la masonería.

              Con respecto al Superior, el Padre Aladel, se cumplió que fuese nombrado en 1846 Director de las Hijas de la Caridad.

              En 1870 (a los 40 años) llegó el momento del gran peligro, con los horrores de la Comuna y el fusilamiento del Arzobispo Monseñor Darboy y otros muchos sacerdotes.

              La última Profecía, donde la Santísima Virgen dijo entre lágrimas aquello de “será despreciada la Cruz, y el Corazón de Mi Hijo será otra vez traspasado; correrá la sangre por las calles. El mundo entero se entristecerá” cabría pensar que se cumplió por las muchas guerras que han asolado la humanidad, especialmente las dos mundiales… pero humildemente opino que ese desprecio de la Cruz, el traspasar el Corazón de Cristo que anuncia Nuestra Señora, hace referencia a una cuestión más espiritual que temporal; creo que la Virgen profetizó con aquellas palabras la Apostasía que actualmente sufre la Santa Iglesia después del nefasto "Concilio Vaticano II".

APARICIÓN DEL 27 DE NOVIEMBRE DE 1830

               La tarde del Sábado 27 de Noviembre de 1830, Sor Catalina se encontraba haciendo su meditación diaria, cuando le pareció oír el roce de un traje de seda que le hizo recordar la aparición anterior.

               Entonces aparece la Virgen Santísima, vestida de blanco con mangas largas y túnica cerrada hasta el cuello. Cubría Su cabeza un velo blanco que sin ocultar Su figura caía por ambos lados hasta los pies. Cuando después Santa Catalina quiso describir Su rostro, solo acertó a decir que era la Virgen María en su mayor belleza.

               Sus pies se posaban sobre un globo blanco, del que únicamente se veía la parte superior, y aplastaban una serpiente verde con pintas amarillas. Sus manos, elevadas a la altura del corazón sostenían otro globo pequeño de oro, coronado por una crucecita.

               La Santísima Virgen mantenía una actitud suplicante, como ofreciendo el globo. A veces miraba al cielo y a veces a la tierra. De pronto Sus dedos se llenaron de anillos adornados con piedras preciosas que brillaban y derramaban su luz en todas direcciones, circundándola en este momento de tal claridad, que no era posible verla.

              Tenía tres anillos en cada dedo; el mas grueso junto a la mano; uno de tamaño mediano en el medio, y uno mas pequeño, en la extremidad. De las piedras preciosas de los anillos salían los rayos, que se alargaban hacia abajo; llenaban toda la parte baja.

               Mientras Sor Catalina contemplaba a la Virgen, Ella la miró y dijo a su corazón:

              “Este globo que ves (a los pies de la Virgen) representa al mundo entero, especialmente Francia y a cada alma en particular. Estos rayos simbolizan las gracias que Yo derramo sobre los que las piden. Las perlas que no emiten rayos son las gracias de las almas que no piden.”

               Con estas palabras La Virgen se da a conocer como la mediadora de las gracias que nos vienen de Jesucristo. El globo de oro (la riqueza de gracias) se desvaneció de entre las manos de la Virgen. Sus brazos se extendieron abiertos, mientras los rayos de luz seguían cayendo sobre el globo blanco de sus pies.




LA MEDALLA MILAGROSA

               En este momento se apareció una forma ovalada en torno a la Virgen y en el borde interior apareció escrita la siguiente invocación: "María sin pecado concebida, rogad por nosotros, que recurrimos a Vos"

               Estas palabras formaban un semicírculo que comenzaba a la altura de la mano derecha, pasaba por encima de la cabeza de la Santísima Virgen, terminando a la altura de la mano izquierda .

              Oyó de nuevo la voz en su interior: "Haz que se acuñe una Medalla según este modelo. Todos cuantos la lleven puesta recibirán grandes gracias. Las gracias serán mas abundantes para los que la lleven con confianza".

              La Aparición, entonces, dio media vuelta y quedo formado en el mismo lugar el reverso de la Medalla. En el aparecía una M, sobre la cual había una Cruz descansando sobre una barra, la cual atravesaba la letra hasta un tercio de su altura, y debajo los Corazones de Jesús y de María, de los cuales el primero estaba circundado de una corona de espinas, y el segundo traspasado por una espada. En torno había doce estrellas.

              La misma Aparición se repitió, con las mismas circunstancias, hacia el fin de Diciembre de 1830 y a principios de Enero de 1831. Nuestra Señora dijo a Catalina: "En adelante, ya no me verás , hija mía; pero oirás Mi voz en la oración".

              Un día que Sor Catalina estaba inquieta por no saber que inscripción poner en el reverso de la Medalla, durante la oración, la Virgen le dijo: "La "M" y los dos Corazones son bastante elocuentes".