domingo, 17 de agosto de 2025

EL PADRE CUETO, OBISPO DE LOS CANARIOS

  


              Fray José Cueto y Díez de la Maza, nació en Riocorvo, Santander (España) en 1839, en el seno de una familia profundamente cristiana. A los 17 años ingresa en el Convento de los Frailes Dominicos de Ocaña. 

              Su vida como religioso dominico transcurrió entre Ocaña, Filipinas, Ávila y Canarias. Itinerario geográfico y espiritual, enriquecido con su elocuente predicación, producción literaria -obtuvo diversos premios, entre otros, por sus obras "La Fe y la Razón" y "Breve estudio sobre el dogma y la libertad"-, su sabiduría en la cátedra como Profesor de Teología y de Derecho Canónico, y como santo y solícito Pastor en la Diócesis de Canarias, de la que fue Obispo durante 17 años.

              Resaltó en él, de manera llamativa, la virtud de la Caridad, expresada en su amor y solicitud hacia los pobres, los enfermos, los presos y necesitados de Dios. El P. Cueto fue preconizado Obispo el 1 de Junio de 1891 y consagrado en Ocaña, el 27 de Septiembre de 1891. Hizo su entrada de Obispo en Las Palmas el día 22 de Noviembre de 1891.

              Hizo norma de su conducta y de su gobierno la doctrina del amor. Tomando para sí el lema de San Juan Crisóstomo: "Sé austero para contigo y benigno para con el prójimo".

             No tuvo más fin durante el tiempo que vivió entregado a su Diócesis de Canarias, que vaciar de sí mismo su corazón para que entrasen en él todos aquellos que la Divina Providencia le había dado por hijos.

              En sus Visitas Pastorales, hechas con gran dificultad por los peligros del mar y lo escabroso del terreno, se mostró siempre como "el enviado del Cielo, el Ángel de la Caridad y de la Paz". Las numerosas obras sociales que se crearon durante su pontificado en la Diócesis de Canarias, por iniciativa suya, dan testimonio de ello. Y así lo percibió el pueblo resumiendo su paso por las islas con estas palabras: “El Padre Cueto era antes que nada un gran corazón. Su corazón nos explica todas las acciones de su vida”.

              Preocupado porque sus Fieles estuviesen suficientemente atendidos espiritualmente, logró que se establecieran en la Diócesis los religiosos Franciscanos, Paúles, Cistercienses, Hermanos de la Escuelas Cristianas, Hermanitas de los pobres y las Siervas de María. El 12 de Junio de 1895, junto con la Madre Pilar Prieto, funda la Congregación de las Dominicas de la Sagrada Familia, dedicada a la educación de la juventud y a la caridad, mediante la predicación de la Palabra de Dios, en íntima unión con el espíritu dominicano. 

              En Octubre de 1896 el Obispo organizaría una peregrinación que culminaría ante los pies de la Patrona, la Virgen del Pino, para rogar por el fin de la Guerra de Cuba, iniciada un año antes; el Prelado de los canarios donaría entonces su cruz pectoral y el anillo episcopal, finas piezas en oro, amatistas y brillantes, para el ajuar de la Patrona.

              El 26 de Mayo de 1900, el Obispo Cueto confirmó en la Fe Católica a la entonces niña Lorenza Díaz Bolaños, en la Parroquia de Santa María de Guía; aquella muchachita sería años después esposa de Cristo, como Hija de la Caridad, condición que le valdría para convertirse en Mártir durante la Cruzada de 1936.

              Con el beneplácito del Papa San Pío X, el Obispo dominico coronó canónicamente a la Virgen del Pino, el 7 de Septiembre de 1905; lo hizo en medio de una celebración multitudinaria que albergó a unos 30.000 canarios en torno a la Basílica de Teror.

              El "Padre Cueto", como cariñosamente le llamamos los canarios, entró en la Vida Eterna en la capital de su Diócesis, Las Palmas de Gran Canaria, en olor de santidad, el 17 de Agosto de 1908. Sus venerables restos reposan mientras esperan la resurrección de la carne, en la Capilla de la Comunidad Dominica de San José, Casa Madre de la Orden fundada por él mismo.



viernes, 15 de agosto de 2025

LA GLORIOSA ASUNCIÓN DE NUESTRA SEÑORA a los Cielos en cuerpo y alma

 



                    Llegamos al coronamiento de los privilegios de Nuestra Señora la Virgen María: Su Gloriosa Asunción en cuerpo y alma al Cielo y Su Coronación en él como Reina y Señora de cielos y tierra. La Asunción de María en cuerpo y alma al cielo es un dogma de nuestra Fe Católica, expresamente definido «ex cathedra» por el Papa Pío XII. (1)

¿Murió realmente la Virgen María?

                    El Papa Pío XII rehusó intencionadamente pronunciarse, al menos en la fórmula dogmática, sobre la muerte o no muerte de la Virgen María, sobre si fue asunta al Cielo después de morir y resucitar, o si fue trasladada en cuerpo y alma al Cielo sin pasar por el trance de la muerte como todos los demás mortales (e incluso como el mismo Cristo). Ahora bien: ¿cuál de las dos posibilidades es la verdadera?. Los argumentos que se aducen en favor de una u otra no son tan decisivos como para llevar a una certeza absoluta sobre cualquiera de las dos. Sin embargo, la opinión que sostiene con firmeza la Asunción Gloriosa de María después de su muerte y resurrección, no solamente reúne los sufragios de la inmensa mayoría de los mariólogos, sino que nos parece objetivamente mucho más probable que la que defiende la Asunción sin la muerte previa de la Virgen.

                    En la misma Bula «Munificentissimus Deus», de Pío XII, se leen estas palabras, cuya importancia excepcional a nadie puede ocultarse: «Los Fieles, siguiendo las enseñanzas y guía de sus pastores, aprendieron también de la Sagrada Escritura que la Virgen María, durante Su peregrinación terrena, llevó una vida llena de ocupaciones, angustias y dolores, y que se verificó lo que el santo anciano Simeón había predicho: que una agudísima espada le traspasaría el corazón a los pies de la cruz de Su Divino Hijo, Nuestro Redentor. Igualmente no encontraron dificultad en admitir que María hubiese muerto del mismo modo que Su Unigénito. Pero esto no les impidió creer y profesar abier­tamente que Su sagrado cuerpo no estuvo sujeto a la corrupción del sepulcro y que no fue reducido a putrefacción y cenizas el augusto Tabernáculo del Verbo Divino».

                    Desde la más remota antigüedad, la liturgia oficial de la Iglesia recogió la doctrina de la muerte de María. Las oraciones «Veneranda nobis...» (2) y «Subveniat, Domine» son claro y piadoso ejemplo de que la Iglesia reconocía que la Virgen María realmente murió.

                    Es cierto que María no contrajo el pecado original, pero tuvo el débito del mismo. Recibió, por tanto, la naturaleza caída de Adán, si bien con los privilegios ya conocidos. Ahora bien, la naturaleza caída de Adán estaba sujeta a la muerte. Luego para decir que María no murió habría que demostrar la existencia de ese privilegio especial para Ella, lo que no consta en ninguna parte.

                    Si Nuestra Señora dio al Redentor carne pasible y mortal, debió tenerla también Ella. Si nos corredimió con Su Hijo, debió participar de Sus Dolores y de Su Muerte. La muerte de la Virgen María tiene sentido corredentor, como complemento natural y lógico de Su compasión al pie de la Cruz. Sin Su muerte real faltaría algo al perfecto paralelismo entre el Redentor y la Corredentora.

                    Cristo murió, ¿y María sería superior a Él al menos en este aspecto relativo a la muerte corporal?. Aun suponiendo- como quieren algunos mariólogos- que la Virgen María tenía derecho a no morir (en virtud, sobre todo, de Su Inmaculada Concepción, que la preservó de la culpa y, por tanto, también de la pena correlativa, que es la muerte), sin duda alguna hubiera María Nuestra Señora renunciado de hecho a ese privilegio para parecerse en todo— hasta en la muerte y resurrección— a Su Divino Hijo Jesús. 

                    María debió morir para enseñarnos a bien morir y dulcificar con Su ejemplo los terrores de la muerte. La recibió con calma, con serenidad, aún más, con gozo, mostrándonos que no tiene nada de terrible para aquel que vivió piadosamente y mereciéndonos la gracia de recibirla con santas disposiciones.




                    «María murió sin dolor, porque vivió sin placer; sin temor, porque vivió sin pecado; sin sentimiento, porque vivió sin apego terrenal. Su muerte fue semejante al declinar de una hermosa tarde, fue como un sueño dulce y apacible; era menos el fin de una vida que la aurora de una existencia mejor. Para designarla la Iglesia encontró una palabra encantadora: la llama sueño (o dormición) de la Virgen» (3)

                    "Ella es -exclama San Bernardo- la que pudo decir con verdad: “He sido herida del amor”, porque la flecha del Amor de Cristo la transverberó de tal modo que en Su Corazón virginal cada átomo se incendió en un fuego soberano.

                    San Francisco de Sales decía: "Es imposible imaginar que esta verdadera Madre natural del Hijo de Dios haya muerto de otra muerte; muerte la más noble de todas y debida a la más noble vida que hubo jamás entre las criaturas; muerte que los Ángeles mismos desearían gustar, si fuesen capaces de morir."



NOTAS

            1) «Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para Gloria de Dios Omnipotente, que otorgó a la Virgen María Su peculiar benevolencia; para Honor de Su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para aumentar la Gloria de la misma Augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, con la Autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, de los Bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo y con la Nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser Dogma divinamente revelado que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, terminado el curso de Su vida terrena fue asunta en cuerpo y alma a la Gloria Celestial». Bula «Munificentissimus Deus», del Papa Pío XII, 1 de Noviembre de 1950.

            2) «Veneranda nobis, Domine, Huius diei festivitas opem conferat salutarem; in qua Sancta Dei Genetrix mortem subiit temporalem; nec tamen nexibus deprimi potuit quae Filium Tuum Dominum nostrum de se genuit incarnatum». («Ayúdenos con Su intercesión saludable, ¡oh Señor!, la veneranda festividad de este día, en el cual, aunque la Santa Madre de Dios pagó su tributo a la muerte, no pudo, sin embargo, ser humillada por su corrupción aquella que en Su seno encarnó a Tu Hijo, Señor nuestro).

            3) Louis Garriguet, experto mariólogo y Rector del Seminario de Aviñón.



lunes, 11 de agosto de 2025

LA VIRGEN MÁRTIR SANTA FILOMENA

 


               Santa Filomena, fue una joven Mártir de la Iglesia primitiva, que durmió en el olvido de la Historia hasta el providencial hallazgo de sus reliquias el 24 de Mayo de 1802, día de María Auxiliadora, durante una de las excavaciones que se hacen constantemente en Roma. La encontraron en la Catacumba de Santa Priscilla, en la Vía Salaria.

               En una tumba habían tres losas juntas que cerraban la entrada y en ellas había una inscripción que estaba rodeada de símbolos que aludían al martirio y a la virginidad de la persona ahí enterrada. Los símbolos eran: ancla, tres flechas, una palma y una flor.

               La inscripción decía: "LUMENA PAXTE CUM FI". Con toda seguridad las losas se colocaron de forma incorrecta, debido a la prisa o al poco conocimiento del latín del obrero. Por lo tanto, la inscripción se leería así: PAX TECUM FILUMENA en español: ¡La Paz sea contigo Filomena!

               Al abrir la tumba descubrieron su esqueleto que era de huesos pequeños y notaron a la vez, que su cuerpo había sido traspasado por flechas. Al examinar los restos los cirujanos atestiguaron la clase de heridas que la joven Mártir recibió y los expertos coincidieron en calcular que la niña fue martirizada entre la edad de 12 o 13 años.

               Por el entusiasmo que causaba en los primeros cristianos la valentía de los que morían por la Fe, acostumbraban a marcar la losa con el signo de la palma, y ponían al lado un pequeño frasco que contenía la sangre del Mártir.

               Cuando los científicos estaban transfiriendo la sangre seca a un nuevo frasco transparente, ante todos los que estaban presentes, se sucedió un hecho extraordinario. Para su asombro vieron que las pequeñas partículas de la sangre seca cuando caían en el nuevo frasco, brillaban como oro, diamantes y piedras preciosas y resplandecían en todos los colores del arco iris. (Hasta hoy en día se puede observar en algunos momentos de gracia, que estas partículas cambian de color)

               Los huesos, cráneo y cenizas junto con el frasco que contenía la sangre fueron depositados en un ataúd, el cual fue cerrado y triplemente sellado. Bajo guardia de honor, la caja de ébano fue llevada a la custodia del Cardenal Vicario de Roma, a una capilla donde se guardan los cuerpos de Santos.

               El 10 de Agosto de 1805, las reliquias de la Santa fueron trasladadas a Mugnano, a la casa del Padre Francesco di Lucia. Continuos milagros de toda clase acompañaban el traslado. El día antes de la llegada, por las oraciones de los habitantes, una lluvia abundante refrescó los campos y prados de Mugnano, después de una larga temporada de sequía. El Señor Michael Ulpicella, un abogado, que no había podido salir de su cuarto por seis semanas, fue llevado a donde estaban las reliquias y regresó sanado.

               El Santuario de Santa Filomena fue escena de prodigiosos milagros. Entre ellos se encuentra la sanación de Pauline Jaricot, que aparece unas líneas más abajo.

               San Juan María Vianney, Patrón y Modelo de los Sacerdotes, fue con diferencia, el mayor propagador del culto a Santa Filomena, a la que eligió como su especial Patrona Celestial y se comprometió a ella por voto. Siempre hablaba de la Santa, le pedía todo tipo de favores, y decía de ella que era “el milagro próximo” por los extraordinarios prodigios que ella obraba. Hay testimonios fidedignos de que Santa Filomena se le apareció en varias ocasiones; la Baronesa de Belvey recuerda que un día, hablando familiarmente con el Santo Cura de Ars, le hizo esta confidencia: "Una vez estaba apenado por saber cuál era la Voluntad de Dios acerca de si gastar todos los recursos en la construcción o gastarlos en la obra de las misiones parroquiales. Mientras oraba, se me apareció radiante Santa Filomena. Había bajado del Cielo, bella y radiante de luz, envuelta en una blanca nube y me dijo dos veces: “Nada vale tanto como la salvación de las almas”; la Santa Mártir solucionó además sus problemas financieros, le ayudó a convertir pecadores; curó enfermedades gravísimas y obró innumerables milagros en respuesta a sus simples oraciones. Muchos de ellos están registrados en la biografía del Santo Cura de Ars, pero los milagros no registrados, estos solos, podrían llenar un volumen. 

               San Juan María Vianney recomendaba que le hicieran Novenas por incontables intenciones de todo tipo que las personas le referían. Advertía seriamente a los enfermos que rezaran a Santa Filomena y los bendecía e instruía para que rezaran la Novena y siempre se impresionaba por todas las curaciones de esta gran Santa, a la cual, después de Dios, le estaba totalmente agradecido. Miles de personas vinieron a la primera Capilla dedicada en suelo francés a Santa Filomena, en piadosas peregrinaciones, con el propósito de invocar el auxilio de Santa Filomena en sus necesidades y pruebas. Evidencias tangibles de favores obtenidos, los milagros obrados, las conversiones realizadas, las oraciones escuchadas son la respuesta de Santa Filomena. El Santo Cura de Ars ideó además el Cordón de Santa Filomena.


Seguro que te gustará leer también este otro artículo...


(Historia de la vida de Santa Filomena según las revelaciones 
a la Venerable Madre María Luisa de Jesús)

EL CORDÓN DEVOCIONAL DE SANTA FILOMENA


Toca sobre el título para acceder



sábado, 9 de agosto de 2025

TRADICIONAL SABATINA a Nuestra Señora y Madre la Santísima Virgen del Carmen

 

               LA SABATINA es como piadosamente se llama a las oraciones que se dedican a Nuestra Señora del Carmen los Sábados, por la Promesa que Ella misma pronunciara, asegurando la liberación del Purgatorio de los devotos de Su Escapulario en ese mismo día tras su muerte. (1)




Acto de Consagración


               Virgen del Carmen, llevamos sobre nuestro pecho Vuestro Santo Escapulario, signo de nuestra consagración a Vuestro Corazón Inmaculado. Madre querida, somos Vuestros hijos, unos hijos de Vuestra entera pertenencia.

                Nuestra consagración, Señora, nos exige una entrega sin reservas a Vuestra Sagrada persona, una dedicación generosa a Vuestro servicio, una fidelidad inquebrantable a Vuestro amor y una solicita imitación de Vuestras virtudes. Queremos vivir, conforme al viejo ideal carmelitano: en Vos, con Vos, por Vos y para Vos. 

               Gracias a Vuestro Bendito Escapulario, Virgen del Carmelo, somos miembros de Vuestro cuerpo místico del Carmelo y participamos de la consagración comunitaria de la Orden a Vos, que Sois su cabeza. Nuestra consagración se une pues, a la Orden de toda la Familia Carmelitana y acrecienta así su valor y eficacia. 

               Santa María, Abogada y Mediadora de los hombres, no podríamos vivir nuestra consagración con olvido de quienes son Vuestros hijos y nuestros hermanos. Por eso, nos atrevemos a consagraros la Iglesia y el mundo, nuestras familias y nuestra amada Patria.

               Os consagramos especialmente los que sufren en el alma o en el cuerpo: los pecadores, los tentados, los perseguidos, los marginados, los presos, los desterrados, los enfermos, los hambrientos.

               Madre y Reina del Carmelo, por nuestra consagración somos del todo Vuestros ahora en el tiempo; que los sigamos siendo también un día en la Eternidad. Así sea.


ANGELICAL SALUTACIÓN 
a Nuestra Señora del Carmen


              1ª. Madre mía del Carmen, bendita seáis; los Ángeles, los Santos y los Justos os llenen de alabanzas, porque me habéis dado Vuestro Bendito Escapulario.

   Dios te salve, María, llena eres de gracia etc.

               2ª. Madre mía del Carmen, bendita seáis; los Arcángeles, y los Santos y los Justos os llenen de alabanzas, porque con Vuestro Bendito Escapulario me habéis hecho especialísimo hijo Vuestro. 

   Dios te salve, María, etc.

                3ª. Madre mía, Madre de mi corazón y Reina de mi amor, os doy mi alma, mi vida, mi corazón, y quiero que os alaben las Virtudes y todas las criaturas, porque con Vuestro Bendito Escapulario me habéis infundido la esperanza de que os veré en el Cielo.

   Dios te salve, María, etc.

                4ª. Madre mía del Carmen, bendita seáis una y mil veces; las Dominaciones, los Santos y los Justos os llenen de alabanzas, porque con Vuestro Bendito Escapulario me defendéis de las tentaciones del enemigo. 

   Dios te salve, María, etc.

               5ª. Madre mía del Carmen, bendita seáis; los Tronos, los Santos y los Justos os llenen de alabanzas, porque con Vuestro Bendito Escapulario me protegéis contra todos los peligros. 

   Dios te salve, María, etc.

               6ª. Madre mía del Carmen, bendita seáis; los Serafines, los Santos y los Justos os llenen de alabanzas, porque con Vuestro Bendito Escapulario Sois salud de mi alma. 

   Dios te salve, María, etc.

               7ª. Madre mía del Carmen y Reina de mi corazón, bendita seáis; los Querubines, los Santos y los Justos os llenen de alabanzas, porque con Vuestro Escapulario Sois la paz y la alegría de mi alma. 

   Dios te salve, María, etc.


Oración


              Señor Dios Nuestro, que habéis honrado a la Orden del Carmen con la advocación especial de la Bienaventurada y siempre Virgen María, Madre de Vuestro Hijo; conceded a cuantos hoy celebramos su recuerdo que, guiados por Su ejemplo y protección, lleguemos hasta la cima del monte de la perfección que es Cristo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.


NOTA

              1) La "BULA SABATINA", o la confirmación del Privilegio de ser liberado del Purgatorio si en vida se ha usado el Escapulario del Carmen y se ha observado la Santa Ley de Dios y los preceptos de la Iglesia Católica:

                "...a mí estando suplicando arrodillado se mostró la Virgen carmelita diciéndome el siguiente discurso: Juan, Juan, Vicario de Mi amado Hijo, como Yo te libraré de tu adversario, te hago Papa Vicario con la ayuda de mis súplicas dirigidas a Mi dulcísimo Hijo, lo que yo obtuve graciosamente: tú debes conceder la gracia y la confirmación amplia para Mi Santa y devota Orden de los Carmelitas comenzado por Elías y Eliseo en el monte Carmelo... Y el día en que tales partan de este mundo y vayan al Purgatorio, Yo, como Madre, descenderé graciosamente el Sábado después de su muerte y los que encuentre en el Purgatorio los libraré y los llevaré al Monte Santo de la Vida Eterna..." (De la "Bula Sabatina", del Papa Juan XXII, 3 de Marzo de 1322)




jueves, 7 de agosto de 2025

PRIMER JUEVES, OREMOS POR LA SANTIDAD SACERDOTAL

  


                    El Jueves es el día tradicionalmente dedicado a recordar a los Sagrados Ministros de Dios; día elegido por Nuestro Señor Jesucristo el Jueves Santo, cuando instituyó el Sacerdocio, y con él y por él, la Sagrada Eucaristía, renovación incruenta del Sacrificio del Calvario, que se renueva por todo el orbe cada día, sin cesar. 

                  Práctica particularmente laudable es la de los Primeros Jueves de Mes, en el que se hacen especiales ejercicios de piedad para pedir por los Sacerdotes y Religiosos, así como por las vocaciones, para que el Señor envíe operarios a Su mies y extiendan Su Reino en el mundo entero.

                  El Sacerdote ordenado tiene un carácter indeleble, que lo hace ontológicamente Hombre-Sacerdote: su ministerio implica una forma y estado de vida y no un ejercicio transitorio. No se puede ser, como hoy en día se pretende, una suerte de “Sacerdote a tiempo parcial”, un simple funcionario de lo sagrado sujeto a nómina y a horarios. El Sacerdote lo es las veinticuatro horas de cada día de su existencia, aunque no se encuentre ejerciendo su Sacerdocio. Y seguirá siendo Sacerdote por toda la eternidad, ya sea que se salve o que tenga la desgracia de condenarse.




Imagen diseñada para poder ser impresa a doble cara. Se recomienda 
su copia y difusión de forma gratuita, sin fines comerciales o lucrativos

                    Sin los Sacerdotes estaríamos desamparados espiritualmente. No tendríamos la Misa ni los Sacramentos, es decir que no dispondríamos de los medios ordinarios para salvarnos. La Vida Católica no podría desarrollarse normalmente sin ellos. Allí donde han faltado o faltan por diversas circunstancias (por falta de clero, por persecución, por abandono) los Fieles sufren y languidecen espiritualmente, aunque ciertamente, Dios no abandona a Sus hijos. Por eso es tan importante rezar por las vocaciones y por la santificación y perseverancia del Clero: para que haya muchos Sacerdotes que santifiquen al Pueblo de Dios y lleven las almas al Cielo. La Santidad no es indispensable para que el Sacerdote Católico ejerza eficazmente su Ministerio: nuestra salvación no depende de la bondad o maldad de los Sacerdotes, que no son sino los instrumentos a través de los cuales Jesucristo actúa; ya darán cuenta a Dios de su vida personal. Pero qué duda cabe que un Sacerdote santo edifica, consuela y llama a la Santidad.

                   El quinto Precepto General de la Santa Madre Iglesia manda “contribuir al sostenimiento de la Iglesia de Dios” (antiguamente se decía “pagar los diezmos y las primicias”, que viene a ser lo mismo). Quiere decir que los Fieles tienen el deber de mantener el Culto Católico y a sus Ministros, que es por quienes nos viene la gracia. Es natural, pues como dice San Pablo: “tiene el operario derecho a su salario” y los Sacerdotes son los operarios de la Viña del Señor. También dice el Apóstol de las Gentes que “quien sirve el Altar que viva del Altar”, por lo cual los Sacerdotes, que son los Ministros del Altar tienen el derecho a vivir de él, del cual, por cierto, nos beneficiamos todos.

                   Ahora bien, contribuir al sostenimiento de la Iglesia se hace de dos maneras: material y espiritualmente. Se contribuye materialmente aportando dinero, bienes y trabajo en la medida de las posibilidades reales de cada quien. Debemos considerar siempre si en conciencia hacemos todo lo que podemos. Muchas veces no somos generosos con la Iglesia mientras somos capaces de gastarnos dinerales en caprichos, vicios o cosas superfluas. Tengamos siempre en cuenta que, como pasa con nosotros, los sacerdotes no viven del aire y que tienen necesidad de nuestra asistencia material. A cambio ellos nos dan los medios de salvación. Realmente, salimos ganando siempre porque los fieles les damos bienes perecederos, mientras ellos nos dan la posibilidad de ganar el bien duradero de la vida eterna.

                   Pero también espiritualmente podemos sostener a la Iglesia y a sus Ministros: encargando Misas, ofreciendo nuestras oraciones y difundiendo propaganda a favor de las vocaciones. En esta categoría de limosna, entra la práctica de los PRIMEROS JUEVES DE MES, en los cuales invertimos una pequeña parte de nuestro tiempo para orar por los Sacerdotes, Religiosos, vocaciones y misiones, es decir, para mantener vivo el organismo de nuestra Religión Católica. 

                   Acostumbrémonos a santificar los Jueves Sacerdotales, ofreciendo en ellos nuestras preces y nuestros pensamientos, el rezo meditado del Santo Rosario... Es la mejor manera de preparar el Primer Viernes, consagrado al Corazón Divino según el cual queremos que sean nuestros Sacerdotes. 




martes, 5 de agosto de 2025

LAS ROSAS DE SANTA TERESITA: ALMAS VÍCTIMAS, HIJAS ESPIRITUALES DE LA SANTA CARMELITA DE LISIEUX. BIENAVENTURADO TEÓFANO VÉNARD

 

                    Había pasado casi un año desde que Santa Teresita leyó sobre el entonces Venerable Padre Teófano Vénard, Mártir, y le rezó una novena para su curación. Continuó sintiendo gran devoción por él y conservaba una imagen suya en la enfermería. También había deseado profundamente una reliquia suya, pero no la había recibido, así que la aceptó como la Voluntad de Dios. Esto cambió el 6 de Septiembre, cuando la Madre María le trajo la reliquia que tanto deseaba. Santa Teresita la besó repetidamente y le explicó por qué lo amaba tanto: "Théophane Vénard es un pequeño Santo; su vida no estuvo marcada por nada extraordinario. Sentía una ardiente devoción a Nuestra Madre Inmaculada y un tierno amor por su familia. Y yo también amo a mi familia con tierno amor; no comprendo a los santos que no comparten mis sentimientos...".




                    Aquí hay un extracto de lo que Santa Teresita copió de las últimas cartas del Beato Teófano Vénard; estas cartas expresan los mismos sentimientos que tenía la Santa carmelita en su corazón, razón por la cual le tenía tanta devoción al jóven Mártir.

            "No encuentro nada en la tierra que me haga verdaderamente feliz; los deseos de mi corazón son demasiado vastos, y nada de lo que el mundo llama felicidad puede satisfacerlos. El tiempo pronto se acabará para mí; mis pensamientos están fijos en la eternidad. Mi corazón está lleno de paz, como un lago tranquilo o un cielo sin nubes. No me arrepiento de esta vida en la tierra. Tengo sed de las aguas de la Vida Eterna...

            Dentro de poco, mi alma habrá abandonado esta tierra, habrá terminado su exilio, habrá concluido su combate. Voy al Cielo. Estoy a punto de entrar en la Morada de los Bienaventurados: para ver lo que el ojo nunca ha visto, para oír lo que el oído nunca ha oído, para gozar de lo que el corazón humano no ha concebido... He llegado a la hora tan anhelada por todos nosotros. Es cierto que Nuestro Señor elige a los pequeños para confundir a los grandes de esta tierra. No confío en mi propia fuerza, sino en Aquel que, en la Cruz, venció los poderes del Infierno.

            Soy una flor de primavera que el Divino Maestro recoge para Su placer. Todos somos flores, plantadas en esta tierra, y Dios nos recogerá a su debido tiempo, algunas antes, otras después... Yo, pequeña flor de un día, ¡soy la primera en ser recogida! Pero nos volveremos a encontrar en el Paraíso, donde la alegría eterna será nuestra porción".

                    El Bienaventurado Teófano Vénard fue un misionero francés que sirvió en Indochina. Fue arrestado en Vietnam el 30 de Noviembre de 1860 y declarado culpable de proselitismo poco después. Permaneció en prisión hasta su decapitación el 2 de Febrero de 1861 en Tonkín, Vietnam, cuando contaba 31 años de edad. Durante su encarcelamiento, entre Diciembre y Enero, el Padre Teófano escribió numerosas y hermosas cartas a familiares y otras personas. La Hermana Teresa se refiere a estas cartas anteriormente. Camino a su ejecución, el verdugo le preguntó qué le daría si le permitía morir pronto, a lo que el joven Sacerdote respondió: «Cuanto más dure, mejor». En 1909 fue beatificado por el Papa San Pío X.



lunes, 4 de agosto de 2025

TERESA NEUMANN Y LAS ALMAS DEL PURGATORIO. Parte 2ª

 

            Teresa Neumann fue una mística nacida el 8 de Abril de 1898, en Konnersreuth, en la región de Baviera, Alemania; a partir de Marzo de 1926 Jesús Nuestro Señor quiso asociarla a Su Pasión, mediante el don de los sagrados estigmas, heridas que permanecerían visibles y sangrantes hasta el último día de su vida, el 18 de Septiembre de 1962. El Señor la agració además con otros muchos dones místicos, como la inedia, la hierognosis o el poder comunicarse con las Almas del Purgatorio.



                    Teresa Neumann rezó muchísimo por la conversión de las almas a la Fe Católica, y aunque ocurre que rara vez podemos ver el fruto real y profundo de las oraciones, gracia reservada más que para la Vida Eterna, la Divina Providencia a veces dispone que podamos saborear el triunfo de las súplicas ya aquí en este mundo. Tal fue lo que aconteció con Bruno Franz Xaver Rothschild, primogénito de una familia de judíos devotos, farmacéutico de profesión en Viena, tristemente famoso por haber proferido blasfemias en el fragor de una campaña política; Bruno quería casarse con una joven católica, pero esa intención de unirse en matrimonio a alguien que no fuese también judío era rechazado constantemente por su familia. 

                    Bruno, que había oído hablar sobre Teresa Neumann y de sus dones místicos, decidió viajar a Konnersreuth, con objeto de que Teresa le aclarara lo que debía hacer. La estigmatizada le escuchó muy tranquila pero pronto le anunció que la cuestión que le proponía no tenía razón de ser, pues su novia había muerto. Bruno no la podía creer, pero regresó a Viena a toda prisa y se encontró que, su amada efectivamente había muerto en un accidente mortal. Entonces resolvió volver a la casa de Teresa Neumann y comenzó a prepararse para convertirse a la Fe Católica. Recibió el Santo Bautismo y la Primera Comunión de manos del Padre Naber, en la iglesia parroquial de Konnersreuth, el 10 de Agosto de 1928, adoptando el segundo nombre de "Pablo"; Teresa Neumann ejercería de madrina.

                    En el transcurso de un éxtasis, Teresa Neumann vaticinó al joven converso que sería Sacerdote de Cristo... Poco después Bruno estudió Teología y terminaría ordenándose Sacerdote el 29 de Junio de 1932, en Eichstätt, ejerciendo como Ministro de Cristo unos pocos meses, ya que murió de forma súbita, por un infarto que sufrió el 24 de Diciembre, próximo a cumplir los 33 años. 

                    La familia de Bruno, debido a la conversión de su hijo al Catolicismo, no quiso ocuparse del cadáver, por lo que finalmente el neo sacerdote sería enterrado en el cementerio de Konnersreuth. Teresa aseguró que el Padre Bruno Rothschild había ido al Cielo después de siete horas de Purgatorio y que el Señor le había hecho morir así para evitarle los sufrimientos de un campo de concentración nazi.



sábado, 2 de agosto de 2025

TÚ, AL MENOS, PROCURA CONSOLARME. Primer Sábado de mes: desagravio al Inmaculado Corazón de María

      


                    Si dedicamos el Primer Sábado de cada mes a desagraviar al Inmaculado Corazón de María no es por un capricho humano sino por un urgente pedido de Nuestra Señora, que nos advierte como Madre Buena del mal camino que han tomado aquellos que viven en el peor de los pecados: la ingratitud a Dios. La Virgen desea nuestro amor y también nuestro consuelo hacia Su Inmaculado Corazón, herido por el pecado del mundo.

                    Transcurridos algunos años tras las Apariciones de Nuestra Señora en Fátima, Lucía, la única superviviente de los tres niños que contemplaron a la Virgen Santa, contaba con apenas 18 años cuando decidió irse con la Congregación de las Hermanas Doroteas; ingresó como postulante en el convento que la Orden tenía en Pontevedra (España) y en donde Nuestra Señora fue a revelarle la primera parte del plan de Dios para la salvación de los pecadores en nuestro tiempo de rebelión contra Dios: la Comunión Reparadora de los Primeros Sábados de mes.

                    Lucía, refiriéndose a ella misma, describe el encuentro en tercera persona:

                    El día 10 de Diciembre de 1925, se le apareció la Santísima Virgen y al lado, suspenso en una nube luminosa, un Niño. La Santísima Virgen, poniéndole una mano en el hombro, le mostró al mismo tiempo un Corazón que tenía en la otra mano, cercado de espinas. Al mismo tiempo le dijo el Niño:

                    ‘Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre que está cubierto de espinas que los hombres ingratos continuamente le clavan, sin haber quien haga un acto de reparación para arrancárselas.’

                    Enseguida dijo la Santísima Virgen:

                    ‘Mira, hija Mía, Mi Corazón, cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan continuamente con blasfemias e ingratitudes. Tu, al menos, procura consolarme y di que todos aquellos que durante cinco meses, en el Primer Sábado se confiesen, reciban la Santa Comunión, recen la tercera parte del Rosario y me hagan 15 minutos de compañía, meditando en los Misterios del Rosario, con el fin de desagraviarme, yo prometo asistirles en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para la salvación de sus almas.’


¿Por qué Cinco Sábados?


              Después de haber estado Sor Lucía en oración, Nuestro Señor le reveló la razón de los cinco Sábados de reparación: "Hija Mía, la razón es sencilla: se trata de 5 clases de ofensas y blasfemias proferidas contra el Inmaculado Corazón de María:

         Primer Sábado: Las blasfemias contra Su Pura e Inmaculada Concepción.

         Segundo Sábado: Las blasfemias Contra Su Virginidad.

         Tercer Sábado: Las blasfemias contra Su Maternidad Divina, rehusando al mismo tiempo recibirla como Madre de los hombres.

         Cuarto Sábado: Los que procuran públicamente infundir en los corazones de los niños, la indiferencia, el desprecio y hasta el odio hacia la Madre Inmaculada.

         Quinto Sábado: Los que la ultrajan directamente en Sus sagradas imágenes.





miércoles, 30 de julio de 2025

TERESITA RECIBE LA SANTA UNCIÓN. Centenario de la Canonización de Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz, 1925-2025

 


"Fue muy conmovedor, te lo aseguro, ver a nuestra pequeña
paciente aún con aspecto sereno y puro; cuando pidió
perdón a toda la Comunidad, más de una rompió a llorar..."  
 
 
(Marie Guérin, carta del 31 de Julio de 1897)

 

                    El Viernes 30 de Julio de 1897, Santa Teresita sufre varios capítulos de vómitos de sangre, lo que le conlleva padecer una continua sensación de asfixia; la tuberculosis que padecía desde algún tiempo empieza a ser cruenta y dolorosa. Ante el temor de la muerte inminente se decide que le Administren la Extremaunción y el Viático, que recibirá ese mismo día a las 6 de la tarde; el Capellán le dará a besar un crucifijo que será guardado por la Comunidad de Lisieux, como preciosa reliquia del amor de Santa Teresita por la Cruz redentora. 

                    Teresita, besó aquel crucifijo con los labios y a Jesús Eucaristía con su alma infantil... tal vez en el Cielo sabremos qué diálogo de amor se desarrolló entonces entre la Santa carmelita que empezaba a morir y el Divino Esposo, que se alojaba en su virginal pecho, como Viático consolador de las penas terrenales y maná dulcísimo del Paraíso prometido a los que Le aman sin medida ni condición.






lunes, 28 de julio de 2025

TERESA NEUMANN Y LAS ALMAS DEL PURGATORIO. Parte 1ª

 

                    Teresa Neumann fue una mística alemana nacida el 8 de Abril de 1898 en Konnersreuth, en la región de Baviera, Alemania; a partir de Marzo de 1926 Jesús Nuestro Señor quiso asociarla a Su Pasión mediante el don de los sagrados estigmas, heridas que permanecerían en su cuerpo hasta el día de su muerte, acaecida el 18 de Septiembre de 1962. El Señor la agració además con otros muchos dones místicos, como la inedia, la hierognosis o el poder comunicarse con las Almas del Purgatorio.



                    Teresa Neumann oraba mucho por los difuntos para ser liberados del Purgatorio y con frecuencia tenía la gracia de verlos. En algunos casos veía a Cristo juzgar al alma: Nuestro Señor iba acompañado de almas luminosas, que habían estado cerca del difunto en vida, especialmente sus familiares. Cristo miraba con amor el alma del difunto, quien comprendía en un instante cuál era su estado según la Justicia Divina, quedando a solas después para purificarse en el tiempo señalado. 

                    La gran amiga y confidente de Teresa Neumann, Anni Spiegl, recogió en un libro (1) muchas de las gracias místicas de las que gozó la estigmatizada, de las cuales entresaco el duro momento cuando Teresa perdió a su hermana: "...Otilia se enfermó gravemente en 1958 y fue operada, pero después de una breve mejoría se enfermó de nuevo y murió a los 56 años en el Hospital de Eichstätt. En el momento de su muerte, yo estaba a los pies de su cama y Teresa a su costado. En el mismo momento en que Otilia expiró, Rels (2) tuvo una visión y decía: “Con vosotros, con vosotros”, y quería elevarse. Después contó que había visto a su madre difunta, a su hermano Engelbert difunto y a su hermanito pequeño que murió de niño, que, junto con el Ángel Custodio de Otilia, habían venido a llevársela. Después había visto al Señor que hablaba con dulzura a Otilia y todos desaparecieron en una luz muy clara. Teresa hubiera querido seguirlos, pero se sintió feliz de que Otilia ya estaba en el Cielo..."

                    Ese mismo año murió su padre. La misma Anni Spiegl refiere: "También esta vez vio a los difuntos de su familia: su madre, Engelbert, el hermanito, Otilia y el Ángel Custodio de su padre. También vio al Señor y el pequeño grupo desapareció en la luz, dejando atrás sólo a su padre, que miraba con tristeza que los otros se alejaban. Papá Neumann (3) tuvo un Purgatorio muy breve y por Navidad Teresa lo vio ya en el Cielo".


NOTAS 

1) "Vida y muerte de Teresa Neumann de Konnersreuth", escrito por Anni Spiegl en 1954, con el título original "Leben und Sterben der Therese Neumann von Konnerseuth"

2) "Rels" era el apodo con el que los más allegados conocían y trataban a Teresa Neumann.

3) Ferdinand Neumann, padre de Teresa, fue un hombre de carácter y toda su vida apoyó a su hija, incluso contra algunos eclesiásticos que querían hacerle pruebas y supervisiones en hospitales para comprobar la autenticidad de la inedia; honorable y trabajador, vivió pobre, pero con honradez. En una ocasión le ofrecieron 500.000 dólares para poder filmar un solo éxtasis de su hija Teresa, pero él se negó. En sus últimos años asistía a la Santa Misa todos los días. Murió en 1959, a los 86 años, después de una breve enfermedad, que aceptó con tranquilidad y resignación.