jueves, 18 de enero de 2024

ME ENTREGO ENTERAMENTE A VOS, de las Revelaciones al Hno. Estanislao José

 


               Basta leer con atención y buen espíritu las páginas de este capítulo para persuadirse que el Hno. Estanislao es una alma privilegiada, alma verdaderamente extraordinaria, tal vez una de las más fieles a la gracia a juzgar por la energía con que se compromete a cumplir siempre y en todo lugar lo que sea más perfecto para gloria de Dios. Copio de uno de sus cuadernos: "Veo claramente cómo va viniendo a mi corazón el amor de Dios; veo mi estado con luz clarividente y no me importa que me tengan y me llamen demonio, que me tengan y me digan que soy un santo. 

               Lo primero veo que por la gracia de Dios no soy, pero si no fuera por El, sería el primero de los demonios. “Lo segundo veo claro también que no soy santo, tal como Jesús me quiere; sé que voy por buen camino y que si sigo cada vez mejor (lo cual espero con la gracia de Dios) lo conseguiré, pero es mucho lo que me toca de andar todavía. 

               Con la oración y la gracia todo se consigue. Mi deseo y mi determinación enérgica es, ser fiel, muy fiel hasta llegar a mi fin. Por lo tanto, ¡adelante! Hasta morir si es preciso en una cruz. “Estas son mis disposiciones ahora y lo serán con la ayuda de mi Madre, la Virgen María, a quien totalmente me he entregado y en cuyo seno vivo y el él es donde disfruto de todas las caricias maternales, por eso que me diré en toda circunstancia: ESTOY EN MI MADRE, no temeré ni al Demonio, ni al mundo ni a mí mismo en nada. Soy de mi MADRE, ando con mi MADRE, vengo de mi MADRE y voy a mi MADRE!.

               Por largo tiempo vengo yo pensando lo que podría hacer para pagar en algo tantos favores como de Jesús he recibido, tales como el haber llevado a mi alma, en tan poco tiempo, a un alto grado de virtud, como es el de no querer más que su voluntad en todo. Para poderle pagar con algo, quiero tomar una resolución que le agrade, no sólo a Él, sino también a mi Madre y a las Tres Divinas Personas a quien me propongo honrar mucho. Me propongo desde este momento caminar a paso de gigante por el camino de la perfección y mirar cual águila real, como nada, las cosas de este mundo. 

             Mi resolución es esta, escrita de paso con tinta, pero que la escribiré con sangre en otra parte, cuando me den permiso. Santísima Trinidad, Corazones Eucarísticos de Jesús y María: por no ver en mí apego a ninguna cosa, y no pudiendo atacar algún defecto, por no ver ninguno voluntario en mí, me propongo practicar esto en vuestro honor, durante toda mi vida, y sólo por Amor, aunque para cumplirlo estuviera padeciendo siempre. 

              Con el corazón y con la más pura de las intenciones, ME ENTREGO ENTERAMENTE A VOS para procurar vuestra Gloria en cuanto me fuere posible y exigiereis de mí. Por tanto desde ahora procuraré vivir en carne humana como Ángel en cuanto de mi dependa, buscando siempre lo más penoso, lo que más me cueste, y esto por puro amor, sin querer por ello ninguna recompensa, sólo a mayor Gloria vuestra y por la conversión del mundo. 

             Para conseguirlo procuraré amoldar mi vida al plan que pongo a continuación: me consideraré siempre como fervoroso novicio, pero con voluntad de generoso escolástico, y con la constancia de un buenísimo Hermano de las Escuelas Cristianas, procurando superar, si puedo en prudencia al más prudente superior y adquiriendo la fortaleza de San Miguel Arcángel para el tiempo de la prueba. Por tanto todas mis empresas tendrán por cimiento la humildad y se fundarán sobre la fortaleza; las llevaré a cabo con la constancia y serán dirigidas y acompañadas de la prudencia, virtud de mí tan querida y a la cual quiero conocer todavía más a fondo. 

               Esta prudencia, no es la prudencia del mundo, sino de la religión que consiste (como tengo escrito en otro cuaderno) en ver a Dios en todo y obrar en consecuencia. Mi vida interior se resumirá en estas tres cosas: Amor, prudencia y voluntad. 

               Con la palabra Amor designo todo lo que debo amar: Santísima Trinidad, Jesús y María Eucarísticos, San José, San Juan Bautista de La Salle, etc. Y claro está, todas las almas del mundo, que deseo sean de Cristo. 

               Con la palabra prudencia designo todos mis deberes, porque para ser prudente tengo que hacer en todo lo más perfecto: Regla, etc. 

               Con la palabra voluntad designo el completo señorío que tengo de todo lo criado, despreciando lo que me aparte de Dios. Todo lo haré por puro Amor y por la conversión del mundo entero. Este es el resumen de mi vida interior, y será el móvil de todas mis acciones. 

              Mi vida exterior la resumo en estas tres palabras: Procuraré ser: ciego, sordo y mudo. Con la palabra ciego quiero decir que mis ojos se abrirán solamente para ver cosas santas e instructivas, en cuanto me sea posible. Los ojos son las puertas y ventanas por donde entran los malos pensamientos y torpes deseos, si no se les vigila… Mi Madre me dice: Hijo Mío, no temas, ya sabes que Yo te he concedido este don de la pureza, pero Me agrada mucho que sigas guardando tus ojos, Yo te guardaré el corazón libre de toda esta basura. No temas nada este pecado.

             Yo quiero ante todo ser dueño de mis ojos, por tanto cada vez que con ellos falto en algo, a la falta seguirá una penitencia. Con la palabra sordo quiero decir que evitaré todo aquello que oyéndolo impediría mi adelanto en el camino de la virtud. Con la palabra mudo quiero decir que jamás saldrán de mi boca palabras que hieran en lo más mínimo al prójimo. La murmuración la destierro de mí en todo tiempo y en toda circunstancia; antes morir que murmurar de nadie, sobre todo de los superiores".


"Hermano Estanislao José, un joven heroico desconocido"

Hno. Ginés de María Rodríguez f.s.c.


               Olimpio Fernández Cordero nació el 23 de Septiembre de 1903; vio la vida en Bustillo de la Vega, una pedanía de la provincia de Palencia (España). Desde muy pequeño dio claras muestras de una sincera piedad y de gran temor de Dios. Cuando estaba próximo a cumplir los 18 años ingresó en el Noviciado de Los Hermanos de La Salle de Bujedo (Burgos). Tornó su nombre por el de Estanislao José; según sus coetáneos siempre se comportó como un perfecto religioso. 

               Nuestro Señor y la Virgen Purísima se manifestarían a este joven consagrado para sumergirlo en una gran realidad sobrenatural: la Presencia de María Virgen en el Santísimo Sacramento del Altar, unida mística y realmente a Su Divino Hijo, desde que lo llevó en Sus entrañas virginales, hasta que los sostuvo entre Sus brazos tras el descendimiento de la Cruz, actuando así como Sagrario, Corredentora y Víctima junto a Nuestro Señor. 

               El Hermano Estanislao José murió en Griñón (Madrid), el 28 de Marzo de 1927, tras haberse ofrecido incesantemente como Víctima por el Reinado Eucarístico de los Sagrados Corazones.




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