martes, 16 de enero de 2018

EL ÁNGEL CUSTODIO, ETERNO COMPAÑERO


     La Piedad Católica ha consagrado el día Martes para honrar de manera especial a nuestro Ángel Custodio; podemos saludarle con alguna oración especial; también podemos ofrecer un pequeño sacrificio (privarnos de ver televisión, no comer dulce, etc) como desagravio por tantas almas que ignoran a su Custodio.

     Es opinión muy común entre los teólogos, que recibimos la asistencia de nuestro Ángel de la Guarda desde el momento mismo de la concepción y así, el Ángel particular que todos tenemos, nos cuida ya desde el vientre materno. Jamás podrás tener amigo más fiel y mejor confidente... hasta más allá de esta vida terrena te acompañará, para consolarte en el Purgatorio y para hacerte más feliz en el Paraíso, donde a buen seguro entrarás de su mano.




     No dejes de encomendarte ni una sola mañana al Ángel Custodio y procura que otros lo hagan también; acude a Él con la seguridad de ser atendido y pronto sentirás su ayuda.


EL CATECISMO Y LOS ÁNGELES



     ¿Cuáles son las criaturas más nobles que Dios ha creado? - Las criaturas más nobles creadas por Dios son los Ángeles. 
     ¿Quiénes son los Ángeles? - Los Ángeles son criaturas inteligentes y puramente espirituales.

     ¿Para qué fin creó Dios a los Ángeles? - Dios creó a los Ángeles para que le honren y le sirvan y para hacerlos eternamente bienaventurados.

     ¿Qué forma o figura tienen los Ángeles? - Los Ángeles no tienen forma ni figura alguna sensible, porque son puros espíritus, que subsisten sin necesidad de estar unidos a cuerpo alguno. 

     ¿Por qué, pues, se representan los Ángeles con formas sensibles? - Los Ángeles se representan con formas sensibles: 1º, para ayudar a nuestra imaginación; 2º, porque así han aparecido muchas veces a los hombres, como leemos en las Santas Escrituras.

     ¿Permanecieron fieles a Dios todos los Ángeles? - No, señor; no permanecieron fieles a Dios todos los Ángeles; antes, muchos de ellos, por soberbia, pretendieron ser iguales a El e independientes, y por este pecado fueron desterrados para siempre del paraíso y condenados al infierno. 

     ¿Cómo se llaman los Ángeles desterrados para siempre del paraíso y condenados al infierno? - Los Ángeles desterrados para siempre del paraíso y condenados al infierno se llaman demonios, y su caudillo se llama Lucifer o Satanás. 






     ¿Pueden los demonios hacernos algún mal? - Sí, señor; los demonios pueden hacernos mucho mal en el alma y en el cuerpo, si Dios les da licencia, mayormente tentándonos a pecar. 

     ¿Por qué nos tientan? - Los demonios nos tientan por la envidia que nos tienen, la cual les hace desear nuestra eterna condenación, y por odio a Dios, cuya imagen resplandece en nosotros. 

     ¿Por qué permite Dios las tentaciones? - Dios permite las tentaciones para que, venciéndolas con su gracia, ejercitemos las virtudes y adquiramos merecimientos para el cielo. 

     ¿Cómo se vencen las tentaciones? - Las tentaciones se vencen con la vigilia, la oración y la mortificación cristiana. 

     ¿Cómo se llaman los Ángeles que permanecieron fieles a Dios? - Los Ángeles que permanecieron fieles a Dios se llaman Ángeles buenos, Espíritus celestiales o simplemente Ángeles. 

     ¿Qué fue de los Ángeles que permanecieron fieles a Dios? - Los Ángeles que permanecieron fieles a Dios fueron confirmados en gracia, gozan para siempre de la vista de Dios, le aman, le bendicen y le alaban eternamente. 

     ¿Sírvese Dios de los Ángeles como de ministros suyos? - Sí, señor; Dios se sirve de los Ángeles como de ministros suyos, y en especial a muchos de ellos hace custodios y protectores nuestros. 

     ¿Hemos de tener particular devoción al Ángel de nuestra Guarda? - Si, señor; hemos de tener particular al Ángel de nuestra guarda, honrarle, implorar su socorro, seguir sus inspiraciones y ser agradecidos a su continua asistencia.



CATECISMO DEL PAPA SAN PÍO X


jueves, 11 de enero de 2018

LA ESTACIÓN A JESÚS SACRAMENTADO Y LA COMUNIÓN ESPIRITUAL


     La Estación o Visita a Jesús Sacramentado, como su nombre indica, consiste en realizar una visita, hacer un alto en el día, para acompañar a Nuestro Señor oculto en el Tabernáculo de nuestras iglesias. Apenas te llevará diez o quince minutos... depende de tu amor.

     Por desgracia, en los tiempos de Apostasía en los que vivimos, en la inmensa mayoría de los templos no se encuentra la Presencia Real de Jesús Sacramentado, no obstante, desde tu propio hogar, en un momento de tranquilidad, puedes recogerte y figurarte mentalmente frente al Sagrario (tal vez te ayude el recordar aquél Sagrario hermoso que viste en cierta ocasión y que tanta fe avivó en ti).


   

     Una vez transportado espiritualmente hasta el Tabernáculo, reconoce la verdadera Presencia de Nuestro Señor, con Su Cuerpo, Su Sangre, Su Alma y su Divinidad y agradecele por todos los beneficios recibidos. Si tienes tiempo, y siempre con la mente y el alma como si estuvieses realmente ante el Santísimo Sacramento, ábrele tu corazón y encomienda tu vida y preocupaciones por manos de María Nuestra Señora.

     Por último, ofrece este Santo Sacramento a la Augusta Trinidad, como reparación por las iniquidades que recibe Nuestro Señor en el Sagrario y al mismo tiempo, pide perdón de cuantas soledades padece Jesús oculto en los Altares.

 


     La Comunión Espiritual “consiste en el deseo de recibir a Jesús Sacramentado y en darle un amoroso abrazo, como si ya lo hubiéramos recibido”. (San Alfonso María de Ligorio)

     La Comunión Espiritual se puede hacer en cualquier momento del día y en cualquier lugar del mundo, pero, ciertamente, el momento más apropiado es el de la visita y adoración a Jesús Sacramentado.

     Santa Catalina de Siena, durante un éxtasis, vio a Jesús Nuestro Señor con dos cálices, y le dijo: “En este cáliz de oro pongo tus comuniones sacramentales y, en éste de plata, tus comuniones espirituales Los dos cálices me son agradables”

      Santa Teresa de Jesús enseña que “Cuando no podáis comulgar ni oír Misa, podéis comulgar espiritualmente, que es de grandísimo provecho” 

       San Juan María Vianney, el Cura de Ars, predicaba que “Una Comunión Espiritual actúa en el alma como un soplo de viento en una brasa que está a punto de extinguirse. Cada vez que sientas que tu amor por Dios se está enfriando, rápidamente haz una Comunión espiritual”

       San Antonio María Claret tenía siempre este propósito: “Tendré una capilla fabricada en medio de mi corazón y en ella, día y noche, adoraré a Dios con un culto espiritual”.