lunes, 23 de abril de 2018

SAN JORGE DE CAPADOCIA


               Se cree que San Jorge fue un oficial del ejército romano que dio sus bienes a los pobres en el momento en que estallaba la persecución, y abiertamente admitió su cristianismo ante el tribunal. Cuando rechazó sacrificar a los dioses, sufrió horribles torturas, descritas con detalles muy gráficos, que suponen haber durado siete años; en una de las escenas, por ejemplo, un mago entra para envenenarle con una poción que había preparado, y el propio mago muere mártir, entonces Nuestro Señor aparece y restaura la salud a San Jorge. Fue degollado en el año 307.





          “…invocando al Rey el auxilio de Dios nuestro señor, apareció el glorioso cavallero y martir S. George, con armas blancas y resplandecientes, en un muy poderosos cavallo enjaeçado con paramentos plateados, con un cavallero en las ancas, y ambos a dos con Cruces rojas en los pechos y escudos, divisa de todos los que en aquel tiempo defendían y conquistavan la tierra Santa, que aora es la Cruz y habito de los cavalleros de Montesa.

          Espantaronse los enemigos de la fe viendo aquellos dos cavalleros cruçados, el uno a pie, y el otro a cavallo: y como Dios les perseguía empeçaron de huyr quien mas podía. Por el contrario los Christianos, aunque se maravillaron viendo la nueva divisa de la Cruz: pero en ser Cruz se alegraron, y cobraron esfuerço hiriendo en los Moros: y assi los arrancaron del campo y acabaron de vencer”



Crónica del siglo XIV sobre San Jorge en la Batalla de Alcoraz







martes, 17 de abril de 2018

"DESEO QUE MI SANTA FAZ SEA HONRADA EN UNA MANERA PARTICULAR LOS MARTES"


       La Madre María Pierina, nacida en 1890, pertenecía a la Congregación de las Hijas de la Inmaculada Concepción; entre 1920 y 1940, fue agraciada con numerosas revelaciones privadas, donde Nuestro Señor compartió con ella Su deseo de ser honrado por medio de la Devoción a Su Santa Faz.


           "Deseo que Mi Rostro, que refleja los profundos dolores de Mi Alma, el Dolor y el Amor de Mi Corazón, sea mejor honrado: quien me contempla me consuela."

           "Cada vez que Mi Rostro es contemplado, derramaré Mi Amor en el corazón de aquellas personas y por medio de Mi Santa Faz, la salvación de muchas almas se alcanzará."

           "Las almas que contemplen Mi Faz participan de Mi Dolor. Ellas sienten la necesidad de amar y reparar. ¿No es ésta la verdadera devoción a Mi Corazón?"

           "Deseo que Mi Santa Faz sea honrada en una manera particular los Martes."





LA MEDALLA ESCAPULARIO
DE LA SANTA FAZ

               El Escapulario y la medalla de la Santa Faz llevan en el anverso la imagen del Divino Rostro de Jesús y escrito alrededor: Ilumina Domine Vultum Tuum super nos (Ilumina, Señor, Tu Rostro sobre nosotros); al reverso, una Hostia circundada por unos rayos y con la inscripción: Mane nobiscum Domine (Quédate con nosotros Señor). El Escapulario queda suplido por la medalla con las mismas promesas y favores.


LAS OCHO PROMESAS de Nuestro Señor
a los devotos de Su Santa Faz


1. Les concederé una contrición tan perfecta que sus pecados se cambiarán a Mi vista en joyas de oro precioso.

2. Ninguna de esas personas será jamás separada de Mí.

3. Ofreciendo Mi Rostro a Mi Padre, apaciguarán Su enojo y comprarán con ésta celestial moneda el perdón para los pobres pecadores.

4. Abriré Mi Boca para suplicar a Mi Padre que conceda todas las peticiones que me presenten.

5. Los iluminaré con Mi Luz. Los consumiré con Mi Amor, fructificaré sus buenas obras.

6. Ellos enjugarán, como la piadosa Verónica, por Mi adorable Faz ultrajada por el pecado, e imprimiré Mis divinas facciones en sus almas.

7. Al morir, renovaré en ellos la imagen de Dios manchada por el pecado.

8. Asemejándose a Mi Faz, brillarán más que muchos otros en la vida eterna y el brillo de Mi Faz les llenará de gozo.


          La fiesta de la Santa Faz es el martes de carnaval, o sea el martes antes del Miércoles de Ceniza. El Papa Pío XII confirmó dicha fiesta el 17 de Abril de 1958 y a su vez autorizó la Misa de la Santa Faz de Jesús para todas las diócesis y órdenes religiosas que pidan el Indulto de Roma para celebrarla.




lunes, 16 de abril de 2018

LA CARIDAD NOS EXIGE REZAR POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO

            Los días Lunes comenzamos la semana civil, la nueva jornada en el lugar de trabajo o en nuestro centro de estudios; si queremos santificar cada día, revisemos el esquema de vida de piedad que es "La Semana del Buen Cristiano" y tengamos por propósito meditar en la realidad del Purgatorio, de lo que allí se padece y cuánto podemos ayudar a las Almas que allí están purificándose...




          Confesemos que somos mendigos y que todos los dones de Dios son pura limosna de su misericordia.

          En las oscuridades del espíritu, en las miserias y peligros en que tenemos que vivir sólo hallamos un fundamento para nuestra esperanza, y es el levantar nuestros ojos a Dios y alcanzar de su misericordia por la oración nuestra salud eterna... Lo decía el rey Josafat: Puesto que ignoramos lo que debemos hacer, una sola cosa nos resta: volver los ojos a Ti.


          Muy bien sabe el Señor que nos es muy útil la necesidad de la oración, pues por ella nos conservamos humildes y nos ejercitamos en la confianza. Y por eso permite el Señor que nos asalten enemigos que con nuestras solas fuerzas no podemos vencer, para que recemos y por ese medio obtengamos la gracia divina que necesitamos. Conviene sobre todo que estemos persuadidos que nadie podrá vencer las tentaciones impuras de la carne si no se encomienda al Señor en el momento de la tentación.


          Que sea cosa buena y útil invocar a los Santos para que nos sirvan de intercesores y nos alcancen por los méritos de Jesucristo lo que por los nuestros no podemos obtener, es doctrina que no podernos negar, pues así lo declaró la Santa Iglesia en el Concilio de Trento.  


           Nadie osará negar que es bueno y útil acudir a las Almas Santas que en el mundo viven para que vengan en nuestra ayuda con sus plegarias.


          De la misma manera, siendo las Almas Benditas del Purgatorio tan amigas de Dios y estando, como están, confirmadas en gracia, parece que no hay razón ni impedimento que les estorbe rezar por nosotros… Puesto que están tan llenas de caridad, por seguro podemos tener que interceden por nosotros. 

           De Santa Catalina de Bolonia se lee que cuando deseaba alguna gracia recurría a las Ánimas Benditas, y al punto era escuchada: y afirmaba que no pocas gracias que por la intercesión de los Santos no había alcanzado, las había obtenido por medio de las Ánimas Benditas. Si, pues, deseamos nosotros la ayuda de sus oraciones, bueno será que procuremos nosotros socorrerlas con nuestras oraciones y buenas obras. Me atrevo a decir que no tan sólo es bueno, sino que es también muy justo, ya que es uno de los grandes deberes de todo cristiano. 

           Exige la caridad que socorramos a nuestros prójimos, cuando tienen necesidad de nuestra ayuda y nosotros por nuestra parte no tenemos grave impedimento en hacerlo. Pensemos que es cierto que aquellas Ánimas Benditas son prójimos nuestros, pues aunque murieron y ya no están en la presente vida, no por eso dejan de pertenecer, como nosotros, a la Comunión de los Santos.




San Alfonso María de Ligorio









jueves, 12 de abril de 2018

JUEVES EUCARÍSTICO: PREPARACIÓN PARA RECIBIR LA SAGRADA COMUNIÓN




          Primer punto: Considerar quién es el que he de recibir, y cómo en cuanto a la divinidad es igual al Eterno Padre, y cómo en cuanto hombre es el más ilustre de todos los hombres.

          Segundo punto: Considerar de dónde viene: del Cielo. Consideraré que me hace mayor don que a los Apóstoles el Jueves de la Cena. Y he de confundirme trayendo a la memoria lo que haría si esperase a un amigo o hermano que me viniese a ver de tierras lejanas, o si el Papa o el Emperador hubiese de venir a verme, y lo poco que hago con la venida de Jesucristo, de los Cielos a mi ánima.

         Tercer punto: Ver cómo viene. Consideraré cómo habiéndome dado todas las criaturas, Él mismo disfrazado se me da en una de ellas, haciéndose pequeñito, conforme a mi pequeñez.

          Cuatro punto: Ver adónde viene. A este mundo donde tantas ofensas y pecados se cometen contra Su Divina Majestad.

          Quinto punto: Considerar quién soy yo que le he de recibir, y mostrarle mis llagas, pidiéndole con el leproso del Evangelio que me sane. Así miraré de dónde viene, adónde viene y a qué viene.

          Alabado sea Dios.



San Francisco de Borja




domingo, 1 de abril de 2018

EL REGÍNA CAELI, Salutación a Nuestra Señora durante el Tiempo Pascual


          El Regina Coeli (Reina del Cielo) es una oración que los católicos rezamos a la Virgen Nuestra Señora en lugar de la oración del Ángelus, durante el Tiempo Pascual, desde la Vigilia de Pascua hasta el medio día del Sábado de Pentecostés; es una tradición que se remonta al siglo XII y que fue extendida por los frailes franciscanos.





          Piadosa y necesaria tradición es rezar esta oración TRES VECES al día, en la mañana, mediodía y al atardecer, como sucede con el Ángelus; esta disposición parte del Papa Juan XXII en el año 1327.

          El Papa Benedicto XIII, en el año 1724, concedió Indulgencia Plenaria a los fieles que habitualmente reciten el Ángelus; su sucesor, Benedicto  XIV dispuso el 20 de Abril de 1742, que se recitase el Regina Caeli en lugar del Ángelus desde las Vísperas del Sábado Santo, si bien reiteró LAS MISMAS INDULGENCIAS que habían sido concedidas para el Ángelus.






Regina Cæli (español)

V/. Reina del Cielo, alégrate; aleluya.
R/. Porque el que mereciste llevar en Tu seno; aleluya.

V/. Resucitó según dijo; aleluya.
R/. Ruega por nosotros a Dios; aleluya;

V/. Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya.
R/. Porque resucitó en verdad el Señor; aleluya.

Oración:

           ¡Oh, Dios!, que te dignaste alegrar al mundo por la Resurrección de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo: concédenos, te rogamos, que por la mediación de la Virgen María, Su Madre, alcancemos los gozos de la vida eterna. Por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.



Regina Cæli (latín)

V/. Regina cæli, lætare; alleluia.
R/. Quia quem meruisti portare; alleluia.

V/. Resurrexit sicut dixit; alleluia.
R/. Ora pro nobis Deum; alleluia.

V/. Gaude et lætare, Virgo Maria; alleluia.
R/. Quia surrexit Dominus vere; alleluia.

Oremus:

           Deus, qui per resurrectionem Filii tui Domini nostri Iesu Christi mundum lætificare dignatus es, præsta, quæsumus, ut per eius Genetricem Virginem Mariam perpetuæ capiamus gaudia vitæ. Per eundem Christum Dominum nostrum. Amen.




¡NUESTRO SEÑOR HA RESUCITADO!




          "Es necesario quitar la piedra sepulcral con la cual han querido encerrar en el sepulcro a la verdad y al bien; es preciso conseguir que Jesús resucite; con una verdadera resurrección que no admita ya ningún dominio de la muerte “surrexit Dominus vere” (Lc. 24, 34), “mors illi ultra non dominabitur” (Rom. 6, 9).

          Jesús debe destruir en los individuos la noche de la culpa mortal por el alba de la gracia recobrada. En las familias, a la noche de la indiferencia y de la frialdad debe suceder el sol del amor.

          En los campos de trabajo, en las ciudades, en las naciones, en las tierras de la incomprensión y del odio, la noche debe iluminarse como el día, “nox sicut dies illuminabitur”; y cesará la lucha, brillará la paz.

          ¡Ven Señor Jesús!

          La humanidad no tiene fuerza para quitar la piedra que ella misma ha fabricado, intentando impedir Tu vuelta. Envía Tu Ángel, oh Señor, y haz que nuestra noche se ilumine como el día.

          ¡Cuántos corazones, oh Señor, Te esperan! ¡Cuántas almas se consumen por apresurar el día en que Tú sólo vivirás y reinarás en los corazones! ¡Ven, oh Señor Jesús!

          ¡Hay tantos indicios de que Tu vuelta no está lejana!

          ¡Oh María, que lo viste resucitado; María a quien el primer aparecer de Jesús quitó la

angustia inenarrable causada por la noche de la Pasión; María, te ofrecemos las primicias de este día! Para Ti, Esposa del Divino Espíritu, Nuestro corazón y Nuestra esperanza.¡Así sea!"



Papa Pío XII 

Pascua de Resurrección, 21 de Abril de 1957





DOCTRINA SOBRE LA RESURRECCIÓN 
DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
(Del Catecismo Mayor de San Pío X)


          - ¿Qué nos enseña el quinto artículo: DESCENDIÓ A LOS INFIERNOS: AL TERCER DÍA RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS? - El quinto artículo del Credo nos enseña: que el alma de Jesucristo, separada ya del cuerpo, fue al Limbo de los Santos Padres y que al tercer día se unió de nuevo a su cuerpo para no separarse jamás.

          - ¿Qué se entiende aquí por Infierno? - Por infierno se entiende aquí el Limbo de los Santos Padres, es decir, el lugar donde las almas de los justos eran recogidas y esperaban la redención de Jesucristo.

          - ¿Por qué las almas de los Santos Padres no fueron introducidas en el Cielo antes de la muerte de Jesucristo? - Las almas de los Santos Padres no fueron introducidas en el cielo antes de la muerte de Jesucristo porque por el pecado de Adán el cielo estaba cerrado, y convenía que el primero que entrase en él fuese Jesucristo, que con su muerte lo abrió de nuevo.

           - ¿Por qué Jesucristo quiso dilatar hasta el tercer día su propia Resurrección? - Jesucristo quiso dilatar hasta el tercer día su propia resurrección para mostrar con evidencia que verdaderamente había muerto.

          - ¿Fue la Resurrección de Jesucristo semejante a la resurrección de los otros hombres resucitados? -No, señor; la resurrección de Jesucristo no fue semejante a la resurrección de los otros hombres resucitados, porque Jesucristo resucitó por su propia virtud, y los demás fueron resucitados por la virtud de Dios.