martes, 19 de marzo de 2024

SAN JOSÉ, PADRE VIRGINAL DE JESÚS

 


               Del mismo modo que Dios designó al Patriarca José, hijo de Jacob, gobernador de todo Egipto para asegurar al pueblo el trigo necesario, así, cuando se cumplió el tiempo en que el Eterno había de enviar a la tierra a Su Hijo único para rescatar al mundo, escogió a otro José del que el primero era figura. Lo estableció señor y príncipe de su casa y de sus bienes; le confió sus más grandes tesoros. 

               En efecto, José tomó como esposa a María, la Virgen inmaculada, de la que había de nacer, por obra del Espíritu Santo, Jesucristo, quien pasó ante los ojos de todos como hijo de José y le fue sumiso en todo. Aquel que tantos profetas y reyes deseaban ver José no sólo lo vio sino que conversaba con él, lo abrazaba con ternura paternal y lo cubría de besos; con un cuidado y solicitud sin igual alimentaba a Aquel que se haría para los Fieles Pan de Vida Eterna.

               A causa de esta dignidad sublime que Dios confiere a su servidor fiel y solícito, la Iglesia siempre ha honrado y exaltado a José con un culto excepcional, aunque inferior al de la Madre de Dios. Siempre, en horas críticas, la Iglesia ha implorado su ayuda... Por esto, declaramos solemnemente a San José Patrón de la Iglesia Católica.


Papa Pío IX, Decreto “Urbi et Orbi” 
8 de Diciembre 1870


               San José es realmente Padre y Señor, que protege y acompaña en su camino terreno a quienes le veneran, como protegió y acompañó a Jesús mientras crecía y se hacía hombre, hasta Su ingreso en el Cielo. Nuestro Señor fue llamado "Hijo de José", (San Juan,cap. 1, vers. 45; cap. 6, vers. 42; San Lucas, cap. 4, vers. 22). 

               Según los evangelios de San Mateo y de San Marcos, San José era un "tekton" (San Mateo, cap. 13, vers. 55; San Marcos, cap. 6, vers. 3), que bien se puede traducir como "carpintero" o "albañil". San Justino lo confirma, y la Tradición ha aceptado esta interpretación.

               Piadosamente se cree que San José murió poco antes de que Jesús Nuestro Señor iniciase Su vida pública, pues no vemos que aparezca, por ejemplo, en las bodas de Caná, ni en tantas otras narraciones de milagros y hechos de Jesús, y, sobre todo, cuando Él muere en la Cruz... ¡jamás habría abandonado San José a Jesús en ese trance si hubiera vivido!. Que San José ya había muerto, nos lo confirma el hecho de que Jesús recomienda los cuidados de Su propia Madre a San Juan, dando a entender que ya no existía José, pues si no, es obvio que la hubiera confiado a Su Castísimo Esposo.

               La Tradición sitúa la muerte de San José entre los 50-55 años, asistido en su última enfermedad por Jesús y María: Jesús mismo le animaría a esperar la Felicidad Eterna, prometida a los que aman al Señor, mientras que Nuestra Señora le consolaría, recordándole su misión como padre adoptivo del Salvador... La muerte de San José fue la más apacible y tranquila que pueda gozar el justo, es por eso que la Piedad Católica lo ha considerado Patrón de la Buena Muerte y especial Protector de los agonizantes.

               Algunos teólogos son de la opinión que el cuerpo de San José, unido a su alma, se encuentra también glorioso en el Cielo, compartiendo con Jesús y María la Eterna Bienaventuranza. Se considera que la plena glorificación del Patriarca San José tuvo lugar probablemente después de la Resurrección de Jesús. Uno de los fundamentos en que se basa esta doctrina, moralmente unánime desde el siglo XVI, es el dato que aporta el Evangelista San Mateo de los sucesos que ocurrieron a la Muerte del Señor "...muchos cuerpos de los santos, que habían muerto, resucitaron." (1) Doctores de la Iglesia y teólogos piensan que Jesús, al escoger una escolta de resucitados para afirmar Su propia Resurrección y dar más realce a Su Triunfo sobre la muerte, incluiría en primer lugar a Su padre adoptivo.

                El amor sublime que lo ligaba a Jesús y a María en la tierra, ¡en qué maravilla se habrá transformado en el Cielo!. ¿Pueden su Hijo y su Esposa negarse a sus peticiones?. ¡Cómo sería el nuevo encuentro de Jesús y San José!.




               "El Glorioso Patriarca -afirma San Francisco de Sales- tiene en el Cielo un crédito grandísimo con Aquél que tanto le favoreció, conduciéndole al Cielo en cuerpo y alma (...) ¿Cómo iba a negarle esta gracia a quien toda la vida obedeció? Yo creo que José, viendo a Jesús, le diría: Señor mío, acuérdate de que cuando bajaste del Cielo a la tierra te recibí en mi familia y en mi casa, y cuando apareciste sobre el mundo Te estreché con ternura entre mis brazos. Ahora tómame en los Tuyos y, como Te alimenté y Te conduje durante Tu vida mortal, cuida Tú de conducirme a la Vida Eterna."

               La excelsitud y el grado de Gloria que recibió el Santo Patriarca José, proporcionalmente a su misión y a los done otorgados, ha de colocarse, después de Santísima Virgen, en el más alto lugar. (2)

               El Patrocinio de San José, por ser Universal, se extiende a la Iglesia Triunfante (en el Cielo), la Purgante (las Almas retenidas en el Purgatorio) y la Militante, que es aquella que formamos los bautizados que aún permanecemos en este mundo. San José fue el Custodio legítimo y natural, cabeza y defensor de la Sagrada Familia, por eso, si está unido para siempre con su Hijo y su Esposa, es lógico también que proteja ahora y defienda con su celeste patrocinio a la Iglesia nacida en el Santo Hogar de Nazareth. 


NOTAS ACLARATORIAS

     1- Evangelio de San Mateo, cap. 27, vers. 52 .

     2- La Santa Iglesia Católica tributa a San José el singular culto de "protodulía", esto es, perteneciente al primer Santo, después de la Virgen María, a la que corresponde el culto de "hiperdulía", muy por encima del culto con el que veneramos a los Ángeles y a los Santos.


      * La imagen que ilustra esta publicación es obra del escultor alicantino Don Ramón Cuenca Santos; la hermosa talla se venera en la iglesia arciprestal de San Agustín, en Fuente Álamo, Murcia. 


Para conocer más 
sobre la figura y espiritualidad de San José 
te animo a leer los artículos "Vida de San José
del Padre Francisco de Paula García.
(Haz clic AQUÍ)




domingo, 17 de marzo de 2024

AL CABO DE TRES DÍAS LO HALLARON EN EL TEMPLO. Los Siete Domingos de San José. Séptimo y último Domingo

      

               En este tradicional septenario dedicado a Nuestro Padre y Señor San José, recordaremos sus principales siete Dolores y Gozos; en este año, 2024, comenzamos el pasado Domingo 4 de Febrero y concluiremos hoy. 

                El Papa Pío IX se dignó conceder el 1 de Febrero de 1847, una Indulgencia Plenaria para cada uno de los Siete Domingos de San José, si se observan las condiciones de Confesión, Comunión y visita en cualquier templo, rogando por las necesidades del Sumo Pontífice y/o de la Santa Iglesia. No hay época señalada para practicar la devoción de los Siete Domingos, pero sí se exige que sean seguidos, sin interrupción.



PREPARACIÓN

               Este ejercicio piadoso en honra del Glorioso San José apenas te llevará unos minutos; procura hacerlo teniendo cerca una imagen suya, que bien puede ser la que acompaña este artículo. Luego, recogido de las preocupaciones cotidianas, intenta adentrarte en espíritu en la casa de Nazareth, y situado en medio de la Sagrada Familia, contempla la figura paternal de San José, que cuida al Niño, lo besa, lo educa, lo mima... ¿qué podrá negar Jesús Nuestro Señor al que así lo acunó en Su Santa Infancia?


Al cabo de tres días 
lo hallaron en el Templo... 



INICIO

               Por la señal + de la Santa Cruz, etc.

               En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén

               Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois, Bondad infinita y porque os amo sobre todas las cosas, (se golpea el pecho 2 veces) a mí me pesa, pésame, Señor, de todo corazón haberos ofendido; yo os propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, y apartarme de todas las ocasiones de ofenderos; confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.

              Os ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como os lo suplico, así confío en Vuestra Divina Bondad y Misericordia infinita, me los perdonaréis, por los merecimientos de Vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme y perseverar en Vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén.


OFRECIMIENTO

               Glorioso Patriarca San José, eficaz consuelo de los afligidos y seguro refugio de los moribundos; dignaos aceptar el obsequio de este Ejercicio que voy a rezar en memoria de vuestros Siete Dolores y Gozos. Y así como en vuestra feliz muerte, Jesucristo y Su Madre María os asistieron y consolaron tan amorosamente, así también Vos, asistidme en aquel trance, para que, no faltando yo a la fe, a la esperanza y a la caridad, me haga digno, por los méritos de la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y vuestro patrocinio, de la consecución de la vida eterna, y por tanto de vuestra compañía en el Cielo. 


DOLORES Y GOZOS DE SAN JOSÉ

          - Séptimo Dolorcuando sin culpa pierde a Jesús y lo busca por tres días.

"Le estuvieron buscando entre los parientes y conocidos, y al no hallarle, volvieron a Jerusalén en su busca." . (Evangelio de San Lucas, cap. 2, vers. 44-45).

          - Séptima Alegríaal encontrarlo entre los doctores del templo.

"Al cabo de tres días lo hallaron en el Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándoles y haciéndoles preguntas". (Evangelio de San Lucas, cap. 2, vers. 46)



ORACIÓN

               Oh modelo de toda santidad, Glorioso San José, que habiendo perdido sin culpa vuestra al Niño Jesús, le buscasteis durante tres días con profundo dolor, hasta que, lleno de gozo, le hallasteis en el templo, en medio de los doctores.

                Por este dolor y este gozo, os suplicamos con palabras salidas del corazón, intercedáis en nuestro favor para que jamás nos suceda perder a Jesús por algún pecado grave. Mas, si por desgracia le perdiéramos, haced que le busquemos con tal dolor que no hallemos sosiego hasta encontrarle benigno sobre todo en nuestra muerte, a fin de ir a gozarle en el Cielo y cantar eternamente con Vos sus divinas misericordias..

         Ahora, reza con piedad un Padrenuestro, un Avemaría, el Ave de San José y un Gloria, para terminar diciendo

         Jaculatoria: San José, Modelo y Patrono de aquellos que aman al Sagrado Corazón de Jesús, ruega por nosotros.

        Y terminamos este ejercicio piadoso signándonos en el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.



sábado, 16 de marzo de 2024

TRADICIONAL SABATINA a la Santísima Virgen del Carmen

 

               LA SABATINA es como piadosamente se llama a las oraciones que se dedican a Nuestra Señora del Carmen los Sábados, por la Promesa que Ella misma pronunciara, asegurando la liberación del Purgatorio de los devotos de Su Escapulario en ese mismo día tras su muerte. (1)



               Virgen del Carmen, llevamos sobre nuestro pecho Vuestro Santo Escapulario, signo de nuestra consagración a Vuestro Corazón Inmaculado. Madre querida, somos Vuestros hijos, unos hijos de Vuestra entera pertenencia.

               Nuestra consagración, Señora, nos exige una entrega sin reservas a Vuestra Sagrada persona, una dedicación generosa a Vuestro servicio, una fidelidad inquebrantable a Vuestro amor y una solicita imitación de Vuestras virtudes. Queremos vivir, conforme al viejo ideal carmelitano: en Vos, con Vos, por Vos y para Vos. 

               Gracias a Vuestro Bendito Escapulario, Virgen del Carmelo, somos miembros de Vuestro cuerpo místico del Carmelo y participamos de la consagración comunitaria de la Orden a Vos, que Sois su cabeza. Nuestra consagración se une pues, a la Orden de toda la Familia Carmelitana y acrecienta así su valor y eficacia. 

               Santa María, Abogada y Mediadora de los hombres, no podríamos vivir nuestra consagración con olvido de quienes son Vuestros hijos y nuestros hermanos. Por eso, nos atrevemos a consagraros la Iglesia y el mundo, nuestras familias y nuestra amada Patria.

               Os consagramos especialmente los que sufren en el alma o en el cuerpo: los pecadores, los tentados, los perseguidos, los marginados, los presos, los desterrados, los enfermos, los hambrientos…. 

               Madre y Reina del Carmelo, por nuestra consagración somos del todo Vuestros ahora en el tiempo; que los sigamos siendo también un día en la Eternidad. Así sea.




ANGELICAL SALUTACIÓN
a Nuestra Señora del Carmen

              . Madre mía del Carmen, bendita seáis; los Ángeles, los Santos y los Justos os llenen de alabanzas, porque me habéis dado Vuestro Bendito Escapulario.

   Dios te salve, María, llena eres de gracia etc.

               Madre mía del Carmen, bendita seáis; los Arcángeles, y los Santos y los Justos os llenen de alabanzas, porque con Vuestro Bendito Escapulario me habéis hecho especialísimo hijo Vuestro. 

   Dios te salve, María, etc.

                Madre mía, Madre de mi corazón y Reina de mi amor, os doy mi alma, mi vida, mi corazón, y quiero que os alaben las Virtudes y todas las criaturas, porque con Vuestro Bendito Escapulario me habéis infundido la esperanza de que os veré en el Cielo.

   Dios te salve, María, etc.

                . Madre mía del Carmen, bendita seáis una y mil veces; las Dominaciones, los Santos y los Justos os llenen de alabanzas, porque con Vuestro Bendito Escapulario me defendéis de las tentaciones del enemigo. 

   Dios te salve, María, etc.

               Madre mía del Carmen, bendita seáis; los Tronos, los Santos y los Justos os llenen de alabanzas, porque con Vuestro Bendito Escapulario me protegéis contra todos los peligros. 

   Dios te salve, María, etc.

               Madre mía del Carmen, bendita seáis; los Serafines, los Santos y los Justos os llenen de alabanzas, porque con Vuestro Bendito Escapulario Sois salud de mi alma. 

   Dios te salve, María, etc.

               Madre mía del Carmen y Reina de mi corazón, bendita seáis; los Querubines, los Santos y los Justos os llenen de alabanzas, porque con Vuestro Escapulario Sois la paz y la alegría de mi alma. 

   Dios te salve, María, etc.


Oración

              Señor Dios Nuestro, que habéis honrado a la Orden del Carmen con la advocación especial de la Bienaventurada y siempre Virgen María, Madre de Vuestro Hijo; conceded a cuantos hoy celebramos su recuerdo que, guiados por Su ejemplo y protección, lleguemos hasta la cima del monte de la perfección que es Cristo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.


NOTA

              1) La "BULA SABATINA", confirmación del Privilegio de ser liberado del Purgatorio si en vida se ha usado el Escapulario del Carmen y se ha observado la Santa Ley de Dios y los preceptos de la Iglesia Católica:

                "...a mí estando suplicando arrodillado se mostró la Virgen carmelita diciéndome el siguiente discurso: Juan, Juan, Vicario de Mi amado Hijo, como Yo te libraré de tu adversario, te hago Papa Vicario con la ayuda de mis súplicas dirigidas a Mi dulcísimo Hijo, lo que yo obtuve graciosamente: tú debes conceder la gracia y la confirmación amplia para Mi Santa y devota Orden de los Carmelitas comenzado por Elías y Eliseo en el monte Carmelo... Y el día en que tales partan de este mundo y vayan al Purgatorio, Yo, como Madre, descenderé graciosamente el Sábado después de su muerte y los que encuentre en el Purgatorio los libraré y los llevaré al Monte Santo de la Vida Eterna..." (De la Bula Sabatina, del Papa Juan XXII, 3 de Marzo de 1322)



viernes, 15 de marzo de 2024

PARA REHACER LA HUMANIDAD DE LAS CRIATURAS, de las revelaciones de Luisa Piccarreta sobre la Pasión de Nuestro Señor


Porque llevo en mi cuerpo 
las Llagas de Jesús

San Pablo a los Gálatas, cap. 6, vers. 17




"Hija Mía, cuánto amo a las almas, mira: la naturaleza humana estaba corrompida, humillada, sin esperanza de Gloria y de resurgimiento, y Yo quise sufrir todas las humillaciones en Mi Humanidad, especialmente quise ser desnudado, flagelado y que a pedazos cayeran Mis carnes bajo los azotes, casi deshaciendo Mi Humanidad para rehacer la humanidad de las criaturas, y hacerla resurgir llena de Vida, de Honor y de Gloria a la Vida Eterna. ¿Qué otra cosa podía hacer y que no haya hecho?". 


Revelación de Nuestro Señor a Luisa Piccarreta,
el 24 de Marzo de 1913 



jueves, 14 de marzo de 2024

ELEVAR AL CIELO LA OFRENDA PURA

 

               El Sacerdote es Ministro de Jesucristo; por lo tanto, instrumento en las manos del Redentor Divino para continuar Su Obra Redentora en toda su universalidad mundial y eficacia divina para la construcción de esa Obra admirable que transformó el mundo; más aún, el Sacerdote, como suele decirse con mucha razón, es verdaderamente otro Cristo, porque continúa en cierto modo al mismo Jesucristo: "Así como el Padre Me envió a Mí, así os envío Yo a vosotros", prosiguiendo también como Él en dar, conforme al canto angélico, "Gloria a Dios en lo más alto de los Cielos y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad".




               En primer lugar, como enseña el Concilio de Trento, Jesucristo en la Última Cena instituyó el Sacrificio y el Sacerdocio de la Nueva Alianza: Jesucristo, Dios y Señor Nuestro, aunque se había de ofrecer una sola vez a Dios Padre muriendo en el Ara de la Cruz para obrar en ella la Eterna Redención, pero como no se había de acabar Su Sacerdocio con la muerte, a fin de dejar a Su amada Esposa la Iglesia un sacrificio visible, como a hombres correspondía, el cual fuese representación del sangriento, que sólo una vez había de ofrecer en la Cruz, y que perpetuase Su Memoria hasta el fin de los siglos y nos aplicase Sus frutos en la remisión de los pecados que cada día cometemos; en la Última Cena, aquella noche en que iba a ser entregado, declarándose estar constituido Sacerdote Eterno según el Orden de Melquisedec, ofreció a Dios Padre Su Cuerpo y Sangre bajo las especies de pan y vino, lo dio bajo las mismas especies a los Apóstoles, a quienes ordenó Sacerdotes del Nuevo Testamento para que lo recibiesen, y a ellos y a sus sucesores en el Sacerdocio mandó que lo ofreciesen, diciéndoles: "Haced esto en memoria Mía".

               Y desde entonces, los Apóstoles y sus sucesores en el Sacerdocio comenzaron a elevar al Cielo la ofrenda pura profetizada por Malaquías, por la cual el Nombre de Dios es grande entre las gentes; y que, ofrecida ya en todas las partes de la tierra, y a toda hora del día y de la noche, seguirá ofreciéndose sin cesar hasta el Fin del Mundo.

               Verdadera acción sacrificial es ésta, y no puramente simbólica, que tiene eficacia real para la reconciliación de los pecadores en la Majestad Divina: porque, aplacado el Señor con la oblación de este Sacrificio, concede Su Gracia y el Don de la penitencia y perdona aun los grandes pecados y crímenes.


               La razón de esto la indica el mismo Concilio Tridentino con aquellas palabras: "Porque es una sola e idéntica la Víctima y quien la ofrece ahora por el Ministerio de los Sacerdotes, el mismo que a Sí propio se ofreció entonces en la Cruz, variando sólo el modo de ofrecerse".


              Por donde se ve clarísimamente la inefable grandeza del Sacerdote Católico que tiene potestad sobre el Cuerpo mismo de Jesucristo, poniéndolo presente en nuestros Altares y ofreciéndolo por manos del mismo Jesucristo como Víctima infinitamente agradable a la Divina Majestad. Admirables cosas son éstas -exclama con razón San Juan Crisóstomo-, admirables y que nos llenan de estupor.


               Además de este poder que ejerce sobre el Cuerpo Real de Cristo, el Sacerdote ha recibido otros poderes sublimes y excelsos sobre su Cuerpo Místico. El Sacerdote está constituido dispensador de los Misterios de Dios en favor de estos miembros del Cuerpo Místico de Jesucristo, siendo, como es, Ministro Ordinario de casi todos los Sacramentos, que son los canales por donde corre en beneficio de la humanidad la Gracia del Redentor. 


                El Cristiano, casi a cada paso importante de su mortal carrera, encuentra a su lado al Sacerdote en actitud de comunicarle o acrecentarle con la potestad recibida de Dios esta Gracia, que es la vida sobrenatural del alma. Apenas nace a la vida temporal, el Sacerdote lo purifica y renueva en la fuente del agua lustral, infundiéndole una vida más noble y preciosa, la vida sobrenatural, y lo hace hijo de Dios y de la Iglesia; para darle fuerzas con que pelear valerosamente en las luchas espirituales, un Sacerdote revestido de especial dignidad lo hace soldado de Cristo en el Sacramento de la Confirmación; apenas es capaz de discernir y apreciar el Pan de los Ángeles, el Sacerdote se lo da, como Alimento vivo y vivificante bajado del Cielo; caído, el Sacerdote lo levanta en Nombre de Dios y lo reconforta por medio del Sacramento de la Penitencia; si Dios lo llama a formar una familia y a colaborar con Él en la transmisión de la vida humana en el mundo, para aumentar primero el número de los Fieles sobre la tierra y después el de los elegidos en el Cielo, allí está el Sacerdote para bendecir sus bodas y su casto amor...

               ...y cuando el Cristiano, llegado a los umbrales de la Eternidad, necesita fuerza y ánimos antes de presentarse en el Tribunal del Divino Juez, el Sacerdote se inclina sobre los miembros doloridos del enfermo, y de nuevo le perdona y le fortalece con el Sagrado Crisma de la Extremaunción; por fin, después de haber acompañado así al Cristiano durante su peregrinación por la tierra hasta las puertas del Cielo, el Sacerdote acompaña su cuerpo a la sepultura con los ritos y oraciones de la esperanza inmortal, y sigue al alma hasta más allá de las Puertas de la Eternidad, para ayudarla con cristianos sufragios, por si necesitara aún de purificación y refrigerio. Así, desde la cuna hasta el sepulcro, más aún, hasta el Cielo, el Sacerdote está al lado de los Fieles, como guía, aliento, Ministro de salvación, distribuidor de gracias y bendiciones...


Carta Encíclica "Ad Catholici Sacerdotii
del Papa Pío XI, 20 de Diciembre de 1935



martes, 12 de marzo de 2024

PAPA SAN GREGORIO MAGNO, RESTAURADOR DE LA DISCIPLINA CATÓLICA

 

                San Gregorio Magno pertenecía a una familia profundamente cristiana ; llegaron a los altares sus padres y sus dos tías, Társila y Emiliana. En este ambiente de religiosidad se desarrolló su espíritu mientras Roma llegaba a lo más bajo de la curva de su caída. Cuando el poder imperial fue restablecido en Roma, en manos ya de Constantinopla, Gregorio comienza su formación cultural. No sobresale en la literatura, pero sí en los estudios jurídicos, donde encuentra una magnífica preparación para sus futuras actividades. Terminada su carrera de Derecho, acepta del Emperador Justino II el cargo de Prefecto de Roma, con todas las funciones administrativas y judiciales.




               Pero su corazón aspiraba a cosas más altas, y tras una desgarradora lucha interior, Roma ve un día cómo su Prefecto cambia sus ricas vestiduras por los austeros hábitos de los campesinos que San Benito había adoptado para sus monjes. Su mismo palacio del monte Celio fue transformado en monasterio. Gregorio es feliz en la paz del claustro, aunque pronto será arrancado de ella por el mismo Sumo Pontífice, que le envía como Nuncio a Constantinopla. De aquí en adelante añorará siempre aquellos cuatro años de vida monacal.

               En 586, llega a Roma cuando las aguas del Tíber se desbordan y siembran la desolación. Personas ahogadas, palacios destruidos, hambre y la peste. Una de las víctimas de la peste es el Papa Pelagio II. Y Gregorio es elegido Papa para suceder a Pelagio, quedando apartado de la soledad que buscaba en el monasterio. Ya no vivirá más la paz de la vida monacal, pero la espiritualidad de aquellos hombres entregados a la oración le marcará para siempre. En su fecundo Pontificado, destaca su celo por la Liturgia, la organización definitiva del canto litúrgico, que se conoce aún con el nombre de "canto gregoriano".

         "Importa que el Pastor sea puro en sus pensamientos, intachable en sus obras, discreto en el silencio, provechoso en las palabras, compasivo con todos, más que todos levantado en la contemplación, compañero de los buenos por la humildad y firme en velar por la justicia contra los vicios de los delincuentes. Que la ocupación de las cosas exteriores no le disminuya el cuidado de las interiores y el cuidado de las interiores no le impida el proveer a las exteriores", escribe San Gregorio Magno en su "Regla Pastoral", y éste fue el programa de su actuación. Genio práctico en la acción, fue ante todo el buen pastor cuya solicitud se extiende a toda su grey. Fue incansable restaurador de la Disciplina Católica. En su tiempo se convirtió Inglaterra y los visigodos abjuraron el arrianismo.

               Renovó el Culto y la Liturgia, como sus revisiones del Canon Romano, que había codificado para todo el Rito Romano, estableció un calendario universal de fiestas, definió con mayor precisión el papel litúrgico de los Sacerdotes y Diáconos y reorganizó la caridad en la Iglesia. Sus obras teológicas y la autoridad de las mismas fueron indiscutidas hasta la llegada del Protestantismo. Dio al Pontificado un gran prestigio. Su voz era buscada y escuchada en toda la cristiandad. Su obra fue curar, socorrer, ayudar, enseñar, cicatrizar las llagas sangrantes de una sociedad en ruinas. No tuvo que luchar con desviaciones dogmáticas, sino con la desesperación de los pueblos vencidos y la soberbia de los vencedores.

                La obra realizada por San Gregorio Magno fue inmensa, pese a que por su gran humildad, había procurado por todos los medios no aceptar el mando supremo de la Iglesia. Pero una vez elegido Papa por el clero, el senado y el pueblo fiel, y bien vista su elección por el Emperador, se entregó a aquella tarea para la que toda su vida anterior había sido una providencial preparación.

           "Esté cercano el Pastor a cada uno de sus súbditos con la compasión. Y olvidando su grado, considérese igual a los súbditos buenos, pero no tenga temor en ejercer, contra los malos, el derecho de su autoridad. Recuerde que mientras todos los súbditos dan gracias a Dios por cuanto el Pastor ha hecho de bueno, no se atreven a censurar lo que ha hecho mal; cuando reprime los vicios, no deje de reconocerse, humildemente, igual que los hermanos a quienes ha corregido y siéntase ante Dios tanto más deudor cuanto más impunes resulten sus acciones ante los hombres..." (Reg. past. parte II, 5 y 6). 

               En relación con la Misa, San Gregorio Magno quizás sea especialmente recordado por muchos por el Milagro Eucarístico que ocurrió en el año 595 durante el Santo Sacrificio. Este famoso incidente fue relatado por Pablo el Diácono en su biografía del Santo Papa, Vita Beati Gregorii Papae . 

               El Papa Gregorio estaba distribuyendo la Sagrada Comunión durante la Misa Dominical y notó que entre los que estaban en la fila una mujer que había ayudado a hacer las hostias se reía. Esto lo perturbó mucho y le preguntó cuál era la causa de su comportamiento inusual. La mujer respondió que no podía creer cómo las hostias que ella había preparado podían convertirse en Cristo Cuerpo y Sangre sólo con las palabras de Consagración.

               Al escuchar esta incredulidad, San Gregorio se negó a darle la Sagrada Comunión imploró a Dios que la iluminara con la verdad. Justo después de hacer esta súplica al Señor, el Papa fue testigo de cómo algunas Hostias consagradas (que aparecían como pan) cambiaban su apariencia a carne y sangre reales. Al mostrarle este Milagro a la mujer, ella se arrepintió de su incredulidad y se arrodilló llorando. Hoy en día, dos de estas Hostias milagrosas todavía pueden ser veneradas en la Abadía de Andechs en Alemania. 

               San Gregorio murió el 12 de Marzo de 604.


LAS TREINTA MISAS GREGORIANAS


               San Gregorio, en su época de Abad, cuenta que había un monje llamado Justo, que ejercía con su permiso la medicina. Una vez, había aceptado sin su permiso una moneda de tres escudos de oro, faltando gravemente así al voto de pobreza. Después se arrepintió y tanto le dolió este pecado que se enfermó y murió al poco tiempo, pero en paz con Dios. Sin embargo, San Gregorio, para inculcar en sus religiosos un gran horror a este pecado, lo hizo sepultar fuera de las tapias del cementerio, en un basural, donde también echó la moneda de oro, haciendo repetir a los religiosos las palabras de San Pedro a Simón mago: "Que tu dinero perezca contigo". A los pocos días, pensó que quizás había sido demasiado fuerte en su castigo y encargó al ecónomo mandar celebrar treinta Misas seguidas, sin dejar ningún día, por el alma del difunto.

               El ecónomo obedeció y el mismo día que terminaron de celebrar las treinta Misas, se apareció Justo a otro monje, Copioso, diciéndole que subía al Cielo, libre de las penas del Purgatorio, por las treinta Misas celebradas por él. Estas Misas, se llaman ahora, en honor de San Gregorio Magno, Misas Gregorianas. Estas treinta Misas seguidas, celebradas por los difuntos, todavía se acostumbra celebrarlas y, según algunas revelaciones privadas recibidas por místicos, son muy agradables a Dios.





CADA VEZ QUE OIGAMOS BLASFEMIAS

  

Te saludo, Te adoro y Te amo, 
Jesús Salvador mío, 
cubierto de nuevos ultrajes por los blasfemos, 
y Te ofrezco a través del Corazón de María, 
como incienso y perfume de agradable olor, los 
homenajes de los Ángeles y de todos los Santos; 
y Te ruego humildemente por la virtud de 
Tu Santa Faz, que repares y restablezcas en mí, 
y en todos los hombres, Tu Santa Imagen 
desfigurada por el pecado. Así sea.


               El 2 de Febrero de 1844, Sor María de San Pedro recibe una nueva comunicación del Señor. "Nuestro Señor -nos cuenta la mística carmelita- me dio a entender que la Asociación (1) que Él quería establecer en Francia tenía dos propósitos: primero la reparación de las blasfemias, segundo la santificación del Santo Nombre de Dios, para erradicar las blasfemias y obras del Santo Domingo, que son los principales pecados que provocarían la Ira de Dios sobre Francia. 

               Así añadiremos a las reglas de la Asociación de Roma: que los asociados no trabajen en los días prohibidos por la Iglesia y no hagan trabajo, sino que contribuyan con todos sus esfuerzos para impedir las obras en estos días santos... 

               Los asociados también debían llevar una pequeña cruz en la que estaría grabado en un lado: "Sit nomen Domini benedictum" y en el otro: "Vade retro Satana". Así que, cada vez que oigamos blasfemias, diremos lo que está escrito en esta cruz, así haremos guerra al Diablo y daremos Gloria a Dios".


NOTA

                1) Sor María de San Pedro se refiere a la Obra Reparadora de la Santa Faz; "La saludable reparación a la Santa Faz es una obra divina, destinada a salvar a la sociedad moderna", diría el Papa Pío IX.


Sor María de San Pedro y de la Sagrada Familia, 
Carmelita Descalza de Tours




domingo, 10 de marzo de 2024

Y FUE A VIVIR A UNA CIUDAD LLAMADA NAZARET. Los Siete Domingos de San José. Sexto Domingo

     

               En este tradicional septenario dedicado a Nuestro Padre y Señor San José, recordaremos sus principales siete Dolores y Gozos; en este año, 2024, comenzamos el pasado Domingo 4 de Febrero y concluiremos el Domingo 17 de Marzo. 

                El Papa Pío IX se dignó conceder el 1 de Febrero de 1847, una Indulgencia Plenaria para cada uno de los Siete Domingos de San José, si se observan las condiciones de Confesión, Comunión y visita en cualquier templo, rogando por las necesidades del Sumo Pontífice y/o de la Santa Iglesia. No hay época señalada para practicar la devoción de los Siete Domingos, pero sí se exige que sean seguidos, sin interrupción.



PREPARACIÓN

               Este ejercicio piadoso en honra del Glorioso San José apenas te llevará unos minutos; procura hacerlo teniendo cerca una imagen suya, que bien puede ser la que acompaña este artículo. Luego, recogido de las preocupaciones cotidianas, intenta adentrarte en espíritu en la casa de Nazareth, y situado en medio de la Sagrada Familia, contempla la figura paternal de San José, que cuida al Niño, lo besa, lo educa, lo mima... ¿qué podrá negar Jesús Nuestro Señor al que así lo acunó en Su Santa Infancia?


...Y fue a vivir a una ciudad 
llamada Nazaret... 



INICIO

               Por la señal + de la Santa Cruz, etc.

               En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén

               Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois, Bondad infinita y porque os amo sobre todas las cosas, (se golpea el pecho 2 veces) a mí me pesa, pésame, Señor, de todo corazón haberos ofendido; yo os propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, y apartarme de todas las ocasiones de ofenderos; confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.

              Os ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como os lo suplico, así confío en Vuestra Divina Bondad y Misericordia infinita, me los perdonaréis, por los merecimientos de Vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme y perseverar en Vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén.


OFRECIMIENTO

               Glorioso Patriarca San José, eficaz consuelo de los afligidos y seguro refugio de los moribundos; dignaos aceptar el obsequio de este Ejercicio que voy a rezar en memoria de vuestros Siete Dolores y Gozos. Y así como en vuestra feliz muerte, Jesucristo y Su Madre María os asistieron y consolaron tan amorosamente, así también Vos, asistidme en aquel trance, para que, no faltando yo a la fe, a la esperanza y a la caridad, me haga digno, por los méritos de la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y vuestro patrocinio, de la consecución de la vida eterna, y por tanto de vuestra compañía en el Cielo. 


DOLORES Y GOZOS DE SAN JOSÉ

          - Sexto Doloral regresar a su Nazaret por el miedo a Arquelao. 

"Él se levantó, tomó al niño y a su madre y regresó a la tierra de Israel. Pero al oír que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, temió ir allá" . (Evangelio de San Mateo, cap. 2, vers. 21-22).

          - Sexta Alegríaal regresar con Jesús de Egipto a Nazaret y la confianza establecida por el Ángel. 

"Y fue a vivir a una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliera lo dicho por los Profetas: será llamado Nazareno". (Evangelio de San Mateo, cap. 2, vers. 23)



ORACIÓN

               Oh Ángel de la tierra, Glorioso San José, que pudisteis admirar al Rey de los Cielos, sometido a vuestros más mínimos mandatos; aunque la alegría al traerle de Egipto se turbó por temor a Arquelao, sin embargo, tranquilizado luego por el Ángel, vivisteis dichoso en Nazaret con Jesús y María.

                Por este dolor y este gozo, alcanzadnos la gracia de desterrar de nuestro corazón todo temor nocivo, poseer la paz de conciencia, vivir seguros con Jesús y María y morir también asistidos por Ellos.

         Ahora, reza con piedad un Padrenuestro, un Avemaría, el Ave de San José y un Gloria, para terminar diciendo

         Jaculatoria: San José, Modelo y Patrono de aquellos que aman al Sagrado Corazón de Jesús, ruega por nosotros.

        Y terminamos este ejercicio piadoso signándonos en el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.



viernes, 8 de marzo de 2024

CUANDO ESCUCHO ESTAS HORAS DE MI PASIÓN, ESCUCHO MI MISMA VOZ, de las revelaciones de Luisa Piccarreta sobre la Pasión de Nuestro Señor

 

El castigo de nuestra paz fue sobre Él, 
y por Sus Llagas hemos sido sanados

Profeta Isaías, cap. 53, vers. 5




Estaba lamentándome con Jesús, porque después de tantos sacrificios para escribir las Horas de la Pasión, eran muy pocas las almas que las hacían, y entonces Él me dijo: "Hija Mía, no te lamentes, aunque fuera sólo una deberías estar contenta, ¿no habría sufrido Yo toda Mi Pasión aunque se debiera salvar una sola alma?. Así también tú; jamás se debe omitir el bien porque sean pocos los que lo aprovechen, todo el mal es para quien no lo aprovecha, y así como Mi Pasión hizo adquirir el mérito a Mi Humanidad como si todos se  salvaran, a pesar de que no todos se salvan, porque Mi Voluntad era la de salvarlos a todos, entonces merecí según lo que Yo quería, no según el provecho que las criaturas harían; así tú, según que tu voluntad se haya ensimismado con Mi Voluntad, de querer y de hacer el bien a todos, así serás recompensada, todo el mal es de aquellos que pudiendo no las hacen, estas Horas son las más preciosas de todas, pues no son otra cosa que repetir lo que Yo hice en el curso de Mi vida mortal, y lo que continúo en el Santísimo Sacramento.

Cuando  escucho estas Horas de Mi Pasión, escucho Mi misma voz, Mis mismas oraciones, veo Mi Voluntad en esa alma, la cual es de querer el bien de todos y de reparar por todos, y Yo Me siento transportado a morar en ella para poder hacer en ella lo que hace ella misma.

¡Oh, cuánto quisiera que aunque fuera una sola por región hiciera estas Horas de Mi Pasión!, me oiría a Mí  mismo en cada lugar, y Mi Justicia en estos tiempos tan  grandemente indignada, quedaría en parte aplacada". 

Agrego que un día estaba haciendo la Hora cuando la Mamá Celestial dio sepultura a Jesús, y yo la seguía para hacerle compañía en Su amarga desolación para compadecerla. No tenía la costumbre de hacer esta Hora siempre, sólo algunas veces, y estaba indecisa si debía hacerla o no, y Jesús Bendito, todo amor y como si me lo rogara me ha dicho: "Hija mía, no quiero que la descuides, la harás por amor Mío, en honor de mi Mamá. Debes saber que cada vez que tú la haces, Mi Mamá se siente como si estuviera en persona en la tierra y repetir Su vida, y por lo tanto recibe Ella la Gloria y el Amor que Me dio a Mí en la tierra, y Yo siento como si estuviera de nuevo Mi Mamá en la tierra, Sus ternuras maternas, Su Amor y toda la Gloria que Ella Me dio, por eso te tendré en consideración de madre". Entonces, abrazándome, oía que me decía: "Mamá mía, mamá". Y me sugería lo que hizo y sufrió en esta Hora la Dulce Mamá, y yo la seguía. Desde ese día en adelante no la he descuidado, ayudada por su gracia. 


Revelación de Nuestro Señor a Luisa Piccarreta,
el 4 de Noviembre de 1914 



NUESTRA SEÑORA DE LAS LÁGRIMAS



               Amalia Aguirre nació en Riós, Galicia, cerca de la frontera entre España y Portugal, el 22 de Julio de 1901. Sus padres, Andrés Aguirre y Emérita Queija eran profundamente cristianos y generosísimos con los pobres. Sería bautizada tan sólo dos días después, el 24 de Julio y en 1908 recibiría su Primera Comunión.

               Las circunstancias económicas y los planes de Dios obligaron a los padres a salir de España y emigrar a Brasil, cuyo idioma -el portugués- les era bien conocido y permitía comunicarse y trabajar sin dificultades. Primero estuvieron en el Estado de Bahía, pero después se mudaron al Estado de São Paulo, a la ciudad de Campinas.

               La joven Amalia en principio, no fue con sus padres a Brasil y se quedó en España a cuidar de su abuela, que ya era muy anciana y estaba enferma. Fue sólo después de la muerte de su abuela que Amalia cruzó el Atlántico, llegando a Campinas el 16 de Junio de 1919. En su propia tierra natal, en Galicia, Amalia ya había recibido algunas manifestaciones sobrenaturales de Jesús y María Santísima, aunque las conservaba en secreto en su corazón. 

               La Hermana Amalia formó parte del primer grupo de jóvenes religiosas, cofundadoras de la Congregación de las Misioneras de Jesús Crucificado (1), quienes recibieron el hábito religioso, el 8 de Diciembre de 1927; hicieron sus Votos Perpetuos el 8 de Diciembre de 1931. A su nombre añadiría el de "Jesús Flagelado".

               El 17 de Agosto de 1928 aparecieron los sagrados estigmas en las manos, tanto en el dorso como en las palmas. A los pocos días, durante la celebración de la Santa Misa en la Capilla, después de la Comunión, sintió que de su costado izquierdo brotaba sangre. Este estigma fue verificado por la Superiora del Instituto.

               Sucesivamente, todos los días, los estigmas aparecían en las rodillas, manos, pies, espalda y plantas. El dolor era inmenso, pero la Hermana Amalia sufrió pacientemente estas heridas sobrenaturales que la asociaban a la Pasión de Jesús. También se manifestarían en ella las marcas de la corona de espinas. A partir de entonces, la Hermana Amalia, por indicación del Obispo diocesano, Monseñor Barreto, sería vigilada y se anotaría cualquier acontecimiento con sus estigmas.

               En el Otoño de 1929, un pariente de la Hermana Amalia apareció en el convento. Estaba muy angustiado: su esposa se encontraba gravemente enferma y varios médicos le declararon que ya no había ningún remedio que pudiera salvarla. Ya no sabía qué más hacer, ni siquiera lo que Dios esperaba de él. Por eso, la Hermana Amalia era su última esperanza. Desesperado, con un dolor profundo y rompiendo en lágrimas, el pobre hombre le preguntó: "¿Qué va a ser entonces de mis hijos?".

                El corazón de la Hermana Amalia sufrió con la aflicción de su pariente y sus inclinaciones innatas la llevaron de inmediato a querer ayudarlo en todo lo posible. Así, mientras su pariente le contaba su triste historia, la Hermana Amalia rezaba interiormente a Nuestro Divino Redentor, en una profunda reflexión, mientras pensaba con la misma intensidad en lo que podía ofrecer o hacer para ayudarlo.

               Mientras escuchaba a su familiar y a su propia alma, la Hermana Amalia sintió un impulso interior que parecía llamarla para ir a Jesús Sacramentado, en el Sagrario. Cuando terminó el encuentro con su familiar, respondió fiel y rápidamente a esa voz que sonó en su corazón. Luego se dirigió a la Capilla donde se arrodilló ante el Altar y, con los brazos abiertos, le dijo a Jesús en el Santísimo Sacramento:

               "Si ya no hay salvación para la mujer de T., yo misma estoy dispuesta a ofrecer mi vida por la madre de esta familia. ¿Qué queréis que haga?".

               En ese momento, y sin esperar, el Señor se le apareció y le respondió: "Si deseas obtener esa gracia, pídemela a Mí por los merecimientos de las Lágrimas de Mi Madre."

               Preguntó la Hermana Amalia: "¿Cómo debo rezar?"

               Entonces Jesucristo le enseñó las siguientes invocaciones: "Jesús mío, escucha nuestros ruegos, por las Lágrimas de Tu Santísima Madre." "Jesús, mira las Lágrimas de Aquella que más Te amó en la Tierra y que más Te ama en el Cielo."

               Finalmente, el 8 de Noviembre de 1929, Jesús hizo una gran promesa: "Hija Mía: lo que los hombres Me piden por las Lágrimas de Mi Madre, Yo amorosamente concedo". Y luego añadió: "Mi Madre entregará este Tesoro para nuestro querido Instituto, como una señal de Su Misericordia".



La celestial Aparición de Nuestra Señora 
de las Lágrimas y la entrega de la Corona


               La Hermana Amalia, por obediencia, escribió la experiencia mística con la que fue agraciada en la Capilla de la Comunidad de las Misioneras de Jesús Crucificado:

               "El 8 de Marzo de 1930, estaba en la capilla arrodillada en los escalones del Altar cuando de repente me sentí elevada para lo alto. Una Señora de belleza indescriptible se me acercaba. Llevaba una túnica violeta, un manto azul y un velo blanco que cubría sus hombros e que también la envolvía alrededor del pecho. Con una sonrisa, se me acercó flotando. Sostenía en Sus manos un rosario que Ella misma llamó "Corona". Las cuentas brillaban como el sol y eran blancas como la nieve. Entregándome esa corona, Nuestra Señora me dijo:

               "Esta es la Corona de Mis Lágrimas que fue prometida por Mi Hijo a nuestro querido Instituto como una parte de su legado. Él también ya le dio las oraciones. Mi Hijo quiere honrarme especialmente con esas invocaciones y, más allá de eso, Él concederá todos los favores que sean pedidos por los merecimientos de Mis Lágrimas. Esta Corona alcanzará la conversión de muchos pecadores, especialmente de los poseídos por el Demonio. Una gracia especial está reservada para el Instituto de Jesús Crucificado, principalmente la conversión de varios miembros de una parte disidente de la Iglesia. Por medio de esta Corona el Demonio será derrotado y el poder del Infierno destruido. ¡Ármese para la Gran Batalla!". Dicho esto, la Señora desapareció.



La revelación de la prodigiosa Medalla 
de Nuestra Señora de las Lágrimas 
y de Jesús Maniatado


               En la Aparición del día 8 de Abril de 1930, la Santísima Virgen María pidió a la Hermana Amalia que mandara acuñar una medalla de Nuestra Señora de las Lágrimas y Jesús Maniatado, y dijo que esa misma medalla debía ser ampliamente difundida para que el poder de Satanás en el mundo fuese vencido. La Virgen María añadió que todos los Fieles que llevasen consigo esa medalla con amor y devoción recibirían innumerables gracias.

               Por orden de la Santísima Madre de Dios, esa medalla trae acuñada en el anverso la imagen de la Virgen de las Lágrimas en actitud de entrega de la Coronilla de las Lágrimas -exactamente como sucedió en la anterior aparición del 8 de Marzo de 1930 a la Hermana Amalia- y rodeada por las palabras: "¡Oh Virgen Dolorosísima, Tus Lágrimas derribaron el imperio infernal!". En el reverso, la medalla trae acuñada la imagen de Jesús Maniatado -atado durante Su Dolorosa Pasión- y rodeada por las palabras: "¡Por Tu mansedumbre divina, oh Jesús Maniatado, salva el mundo del error que lo amenaza!".

               Las palabras de Jesús Maniatado a la Hermana Amalia bien se pueden aplicar a todos los Misioneros de las Lágrimas de María:

               "Hija Mía, hoy te voy a hablar de las Lágrimas de Mi Madre: Durante veinte siglos ellas se quedaron guardadas en Mi Divino Corazón para ahora entregarlas. Con esta entrega, Yo te constituyo apóstol de Nuestra Señora de las Lágrimas y sé que estás lista para dar la vida por la difusión de tan santa devoción.

               ¡Ser Misionero de las Lágrimas de Mi Madre es darme inmensas consolaciones! Yo he dado valor infinito a esas Lágrimas y, con ellas, los que se propusieren a propagarlas tendrán la felicidad de robar pecadores al Maligno, cuyo odio ha de ponerles muchos obstáculos para que ellas no sean conocidas.

               ¡El mundo tiene necesidad de Misericordia y, para recibirla, no hay dádiva más preciosa que las Lágrimas de Mi Madre! Si las lágrimas de una madre conmueven el corazón de un hijo rebelde, entonces ¿cómo no se ha de conmover Mi Corazón que tanto ama a esta Madre?. ¡Este tesoro magnífico, guardado veinte siglos, está ahora en manos de todos para con él salvarse muchas almas de las garras infernales!... ¡Cuando las almas generosas dicen: "Jesús mío, por las lágrimas de Vuestra Madre Santísima", Mi Corazón se abre y hace brotar sobre aquellas almas los torrentes de Mi Misericordia!".



Las Promesas de Nuestro Señor Jesucristo 
a los propagadores de Nuestra Señora de las Lágrimas


               "Todos los que se propusieren propagar las Lágrimas de Mi Madre, en el Cielo recibirán una alegría especial y alabarán todas las horas que pasaron a divulgarlas.

               Todos los Sacerdotes que difundan el poder de las Lágrimas de María tendrán sus trabajos a producir frutos de vida eterna y grandes cosas harán por amor a Mí. ¡La difusión de esta riqueza de las Lágrimas de Mi Madre es de mucha importancia para Mi Corazón porque me va a dar millones y millones de almas!

               Yo soy tu Jesús Crucificado que en todas las manos ha depositado tan sagrado y poderoso tesoro, del que debes ser apóstol incansable y ser capaz de dar la vida por él.

               Las Lágrimas de María representan una gran oportunidad para la Humanidad, una riqueza que solo podrá expandirse si es conocida y amada. Ellas son las luces que iluminarán el oscuro camino de la conquista de las almas y constituyen el prenuncio de Mi Reino.

               A aquellos que se constituyan apóstoles de estas Lágrimas, Yo les revelaré senderos ocultos. ¡Transformaré esas Lágrimas en luces que les mostrarán las riquezas de Mi Corazón, dándoles incluso el don de persuadir corazones!

               'Salvar almas', he aquí el fin por el cual descendí a la tierra; he aquí porque ofrezco a la humanidad tantos favores, usando para eso de todos los medios. Las Lágrimas de María son los medios que doy a las almas misioneras para que, con ellas, puedan hacer prodigios...

               ¡Deseo exaltar las Lágrimas de Mi Madre! Ya he exaltado las demás prerrogativas: Su Inmaculada Concepción, Sus Dolores, Sus Triunfos; sin embargo, aún no lo había hecho con Sus Lágrimas. Ha llegado la hora propicia: por eso envié a Mi Madre con este tesoro, enriquecido por Mi Poder Infinito.

               Las Lágrimas de Mi Madre son, por tanto, los rayos de luz que iluminarán los caminos de esta generación y de todas las almas que, a ellas, se quieran asociar.

               El apóstol de las Lágrimas de María, y quien habla de ellas, será incluido en el número de los mansos. ¡Felices los que forman parte de esta generación mansa, porque brillarán como el sol ante Mí!

               ¡Todo apóstol de Nuestra Señora de las Lágrimas se sumergirá en estas revelaciones y conquistará la Humanidad, ya que su corazón, absorbiendo estas palabras, se hace apto para hacer prodigios.

               ¡Todos estos mensajes brillarán y harán miles y miles de apóstoles!"


Estas Revelaciones Privadas recibieron el Imprimatur del Obispo Francisco de Campos Barreto, Diócesis de Campinas, São Paulo (Brasil), el 8 de Marzo de 1931


NOTAS

               1) La Congregación de las Hermanas Misioneras de Jesús Crucificado fundada, en Brasil, por Monseñor Francisco de Campos Barreto, Obispo de Campinas, y por la Madre María Villac. El 10 de Marzo de 1952 la Congregación recibía la aprobación del Papa Pío XII. 

               2) La Hermana Amalia Aguirre falleció en olor de santidad en Vila São Geraldo, Taubaté (São Paulo), el 18 de Abril de 1977.