miércoles, 28 de octubre de 2020

VISIONES DEL FIN DEL MUNDO (2ª Parte) por la Mística Ana Catalina Emmerich

 

               Ana Catalina Emmerich, nació en Flamske, en Westfalia, Alemania, el 8 de Septiembre de 1774; profesó como religiosa de la Orden de San Agustín en Dulmen. Tuvo el uso de la razón desde su nacimiento y pudo entender el latín litúrgico desde la primera vez que asistió a la Santa Misa. Durante los últimos doce años de su vida se alimentó tan solo de la Sagrada Comunión, sin tomar ninguna otra bebida excepto agua, subsistiendo enteramente de la Sagrada Eucaristía. Desde 1802 hasta su muerte, llevó los Estigmas de la Corona de Espinas, y desde 1812, las principales Llagas de la Pasión de Nuestro Señor, incluida una Cruz sobre su corazón y la herida de la lanza.

               Ana Catalina Emmerich poseía el don de leer corazones, y vio, con detalles visuales, la realidad de la Doctrina Católica, que la mayoría de nosotros simplemente tenemos que aceptar por Fe: las Verdades básicas del Catecismo: Ángeles, demonios, Purgatorio, la Vida de Nuestro Señor y de la Santísima Virgen, la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía, la Gracia de los Sacramentos, todas estas Verdades eran tan reales para ella como el mundo material. El Señor la bendijo además con el don de la Profecía.

               La misión de Ana Catalina Emmerich fue la de haber sido Víctima en expiación por la impiedad que oscureció el "Siglo de las Luces" y la era de las Guerras Napoleónicas, época en la que vio cerrar su convento y suprimir su Orden por Napoleón.

               Durante los últimos cinco años de su vida la transcripción del día a día de sus visiones y vivencias místicas fue registrada por Clemens Brentano, poeta, líder literario, amigo de Goethe; desde que la conoció, abandonó su carrera y dedicó el resto de su vida a este trabajo.




               Vi la Iglesia terrestre, es decir la Sociedad de los Fieles sobre la tierra, el Ejército de Cristo en su estado de paso sobre la tierra, completamente oscurecida y desolada...

               ¡Vosotros Sacerdotes, que no os movéis! ¡Estáis dormidos y el Redil arde por todos lados! ¡No hacéis nada! ¡Como llorareis por eso un día! ¡Si tan solo hubierais dicho un Padrenuestro!. ¡Veo tantos traidores!. No soportan que se diga: "esto va mal". ¡Todo está bien a sus ojos con tal de que puedan glorificarse con el mundo! 

                Vi las carencias y la decadencia del Sacerdocio, así como sus causas. Vi los castigos que se preparan...

               ¡Los servidores de la Iglesia son tan laxos! Ya no hacen uso de la fuerza que poseen por el Sacerdocio!

               ¡Si algún día las almas reclaman lo que el Clero les debe al ocasionarles tantas perdidas por su incuria y su indiferencia, sería algo terrible!

               Ellos tendrán que dar cuenta de todo el amor, todas las consolaciones, todas las exhortaciones, todas las instrucciones referentes a los deberes de la Religión, que ellos no nos dan; de todas las bendiciones que no distribuyen, a pesar de que la fuerza de la mano de Jesús esté sobre ellos, por todo lo que omiten de hacer a semejanza de Jesús...

               Vi Reliquias dejadas a la aventura y otras cosas del mismo género...

               ... para una infinidad de personas que tenían buena voluntad, el acceso a las fuentes de la Gracia del Corazón de Jesús se encontraba impedido y cerrado por la supresión de los Ejercicios de Devoción, por el cierre y la profanación de las iglesias...

               Tuve una visión concerniente a las faltas de incontables Pastores y la omisión de todos sus deberes hacia su Rebaño.

               Vi muchos buenos y piadosos Obispos, pero estaban mudos y débiles y el mal partido tomaba a menudo la fuerza.

              Todo esto me hizo conocer que la recitación de la genealogía de Nuestro Señor ante el Santísimo Sacramento, en la Fiesta del Corpus Christi encierra un grande y profundo Misterio; he conocido por ello que lo mismo, que entre los ancestros de Jesucristo, según la carne, muchos no fueron santos y fueron incluso pecadores sin dejar de ser grados de la Escala de Jacob, por los cuales Dios descendió hasta la humanidad, por lo mismo también los Obispos indignos permanecen capaces de consagrar el Santísimo Sacramento y de conferir el Sacerdocio con todos los poderes que le están ligados...




              Veo una cantidad de Eclesiásticos castigados de excomunión, que no parecen inquietarse ni incluso saberlo. Y sin embargo son excomulgados cuando toman parte en esas empresas, cuando entran en asociaciones y se adhieren a opiniones sobre las que pesa el anatema. Veo estos hombres rodeados de una nube como de un muro de separación. Se ve por esto cuanto Dios tiene en cuenta de los Decretos, de las Órdenes y de las defensas del Jefe de la Iglesia y los mantiene en vigor cuando incluso los hombres no se inquietan de ello, reniegan de eso o se ríen. 

               Se me mostró como los paganos de antaño adoraban humildemente a otros dioses diferentes de ellos mismos... El culto de esos paganos valía menos que el culto de aquellos que se adoraban a sí mismos en mil ídolos y no dejaban ningún lugar al Señor entre estos ídolos…

               ...vi cuán funestas serían las consecuencias de esta falsificación de la Iglesia. Yo la vi crecer, vi a los heréticos de todas las condiciones venir a la ciudad Roma..

               Vi acrecentarse la tibieza del Clero local, vi hacerse una gran oscuridad: entonces la visión se agrandó por todos los lados. Vi por todo comunidades Católicas oprimidas, vejadas, encarceladas y privadas de libertad. Vi muchas iglesias cerradas.

              Vi grandes miserias producirse por todas partes. Vi guerras y sangre vertida. Vi el pueblo salvaje e ignorante, intervenir con violencia… eso no durará mucho tiempo… 

               De nuevo vi la visión en la que la Iglesia de San Pedro era minada, siguiendo un plan hecho por la secta secreta, al mismo tiempo que era deteriorada por las tormentas...




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