"Deseo ardientemente que se propague en el mundo el Culto y la Devoción al Corazón Inmaculado de María, porque este Corazón es el imán que atrae todas las Almas a Mí, y el fuego que irradia sobre la tierra el rayo de Mi Luz y de Mi Amor, es la fuente inagotable que hace brotar sobre la Tierra el agua viva de Mi Misericordia."
Revelación de Nuestro Señor a Sor Lucía,
en Tuy, (España) en Mayo de 1943
EL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
REMEDIO DE NUESTROS MALES
La Santísima Virgen describió la situación del mundo como gravísima, señaló como causa de esa situación la espantosa decadencia moral de la humanidad, nos amenazó con terribles puniciones terrenas —una nueva guerra, propagación mundial de los errores del comunismo, persecuciones a la Iglesia— y con una punición eterna mil veces peor, el infierno, si no nos enmendásemos; y, por fin, prescribió los medios necesarios para que lleguemos a la enmienda y evitemos tantos castigos.
A pesar de algunas personas frívolas que cierran los ojos a la realidad más evidente y se complacen en afirmar que este mundo en que vivimos —de duda, de naturalismo, de indisciplina moral y de adoración de la felicidad terrena— está en orden con Dios, es necesario creer lo contrario, pues eso es lo que Nuestra Señora nos dice.
...no faltan, lamentablemente, teólogos optimistas, que crean en torno de sí una agradable atmósfera de simpatía afirmando que casi nadie se condena al infierno. Nuestra Señora no obstante enseña lo contrario, y no lo hace tan sólo por medio de palabras, sino con el argumento invencible del hecho concreto: abre el infierno a los ojos de los pastorcitos aterrorizados, para que cuenten al mundo entero lo que vieron. Y es que se debe creer en la Santísima Virgen, y no en cierta teología tibia de agua de azahar.
...con la agravación de los males contemporáneos, la Providencia como que quiso superarse a sí misma, señalando a los hombres como blanco de su piedad al Corazón de María, que de cierto modo perfecciona y lleva a su plenitud el culto al Sagrado Corazón de Jesús. Los estudios y la devoción cordimariana no son nuevos. Nos parece, sin embargo, que la simple lectura de los mensajes de Fátima demuestra con cuánta insistencia la Santísima Virgen los quiere para nuestros días.
La misión que Ella confió a la hermana Lucía fue especialmente la de quedarse en la tierra para atraer a los hombres hacia el Corazón Inmaculado de María. Varias veces esta devoción es recompensada durante las visiones. Este Corazón Santísimo se presenta inclusive, en la segunda aparición, coronado de espinas por nuestros pecados, pidiendo la oración reparadora de los hombres. Nos parece que este punto como que compendia en sí todos los tesoros de los mensajes de Fátima.
Plinio Corrêa de Oliveira
Revista Catolicismo, nº 30, junio de 1953
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