Esta piadosa práctica consiste en recibir a Nuestro Señor en la Sagrada Comunión en el Primer Viernes durante nueve meses consecutivos. Implica que el alma que se propone hacer esta Devoción ha de estar previamente en gracia de Dios mediante la Confesión sacramental con un Sacerdote y tener la clara intención de REPARAR al Sagrado Corazón de Jesús, por cuantos ultrajes recibe en el Santísimo Sacramento.
Debemos también ofrecer -junto con la Sagrada Comunión- cualquier inconveniente, molestia personal, enfermedad... como un ACTO DE DESAGRAVIO; en la aceptación del dolor, nos unimos a los sentimientos del Sagrado Corazón de Jesús, en Su oración en el Huerto de los Olivos, en Su soledad en la cárcel, en Sus cruentos dolores durante la Pasión... y ahora, en nuestros días, esos dolores se vuelven pena por tantas almas como viven indiferentes a Su Amor.
1º Recibir sin interrupción la Sagrada Comunión
durante nueve primeros Viernes consecutivos.
2º Tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús
y de alcanzar la perseverancia final.
3º Ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación
por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento.
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