"...aprendan todos en la escuela de San José a mirar todas las cosas efímeras bajo la luz de las cosas perdurables de la eternidad; consolándose, por las incomodidades de la humana condición, con la esperanza de los bienes celestiales, encaminándose hacia ellos, obedeciendo la Voluntad de Dios, es decir: viviendo sobria, recta y piadosamente.
A medida que aumenta la devoción a San José entre los fieles, el ambiente se hace al mismo tiempo más propicio para un incremento de la devoción a la Sagrada Familia, cuya augusta cabeza fuera: una devoción brotará espontáneamente de la otra. Pues José nos conduce directamente a María, y por María llegamos a la fuente de toda Santidad, Jesús, quien, por su obediencia a José y María, consagró las virtudes del hogar."
Papa Benedicto XV, Motu Proprio Bonum Sane, 25 de Julio de 1920
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