miércoles, 17 de abril de 2019

LAS ALMAS INGRATAS Y CIEGAS, ME ATAN Y ME LLEVAN A LA MUERTE. Primera Reflexión para el Miércoles Santo, tomada de "Un Llamamiento al Amor"


           En la Cuaresma de 1923, Nuestro Señor reveló a Sor Josefa Menéndez los sentimientos de Su Corazón durante su Sagrada Pasión. Sor Josefa recibía de rodillas las confidencias de su Maestro y mientras El hablaba, las escribía. Estas páginas contienen, en parte, esas divinas confidencias. 

Josefa, Esposa y víctima de Mi Corazón, 
voy a hablarte de Mi Pasión, 
para que sea el objeto constante de tu pensamiento
y de Mis confidencias con las almas.






               Josefa, te he dicho cómo las almas que pecan gravemente me entregan a Mis enemigos y el arma con que me hieren es el pecado... Pero no siempre se trata de grandes pecados...; hay almas, y aun almas escogidas, que me traicionan y me entregan con sus defectos habituales, con sus malas inclinaciones, no combatidas, con concesiones a la naturaleza inmortificada, con faltas de caridad, de obediencia, de silencio... 

                Y si es triste recibir una ofensa o una ingratitud de cualquier alma, mucho más cuando viene de almas escogidas y las más amadas de Mi Corazón. Otras, sin embargo, pueden reparar y consolarme. Sí, almas que he escogido para que seáis Mi descanso y el jardín de Mis delicias; espero de vosotras mucha mayor ternura, mucha mayor delicadeza, mucho más amor... De vosotras espero que seáis el bálsamo que cicatrice Mis heridas, que limpie Mi Rostro, afeado y manchado..., que me ayudéis a dar luz a tantas almas ciegas que en la oscuridad de la noche me prenden y me atan para darme muerte.

               No me dejéis solo... Despertad y venid..., porque ya llegan Mis enemigos... Cuando se acercaron a Mí los soldados para prenderme, les dije: «Yo Soy». Lo mismo repito al alma que se acerca al peligro y e la tentación: «Yo Soy, Yo Soy.» Si tú quieres estás a tiempo todavía, te perdonaré, y en vez de atarme tú con las cuerdas del pecado, Yo te ataré a ti con ligaduras de amor. ¡Ven! Yo soy... Soy el que te ama y ha derramado toda Su Sangre por ti, y el que tiene tal compasión de tu debilidad, que está esperándote con ansia para estrecharte en Sus brazos. ¡Qué triste es para Mí cuando, después de haber llamado con tanto amor a las almas, ellas, ingratas y ciegas, me atan y me llevan a la muerte!... 

               Mas... había llegado Mi hora.., y dando libertad a los soldados, me entregué con la docilidad de un cordero... Enseguida me condujeron a casa de Caifás, donde me recibieron con burlas e insultos y donde uno de los criados me dio la primera bofetada. ¡Ah Josefa!... ¡Entiende esto!... ¡La primera bofetada!... ¿Me hizo sufrir más que los azotes de la flagelación?... No; pero en esta primera bofetada vi el primer pecado mortal de tantas almas que después de vivir en gracia, cometerían ese primer pecado... Y tras él..., ¡cuántos otros!..., siendo causa con su ejemplo de que otras almas los cometieran también..., y teniendo tal vez la misma desgracia: ¡morir en pecado...! 

               Mañana seguiremos... Pasa hoy el día reparando y pidiendo que muchas almas conozcan a dónde las conduce el camino que llevan...


Extraído de "Un Llamamiento al Amor", Revelaciones del Sagrado Corazón de Jesús
 a la humilde religiosa Sor Josefa Menéndez



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