viernes, 29 de septiembre de 2023

TRÍPTICO CON EL EXORCISMO formulado por el Papa León XIII

 

                    Aunque sobren en el mundo los amigos y socios de Satanás que se dediquen a predicar que el Diablo no existe, la Iglesia Católica siempre enseña que para salvarnos, tenemos que transitar por este mundo liberando una batalla contra ese ser infernal, que lucha por arrebatar a Dios el mayor número de almas.

                    La obra maestra de Satanás ha sido pasar inadvertido, tratando de hacernos creer que no existe. Y esa errónea idea ha conseguido infinidad de adeptos, almas que quieren tranquilizar su conciencia, porque igual que niegan la existencia del Demonio hacen lo propio con el Infierno; verdades ambas definidas por la Iglesia, en el Magisterio y en la Doctrina, sin percatarse tal vez que este hecho, el negar el Infierno y la existencia del Maligno, les sitúa inmediatamente fuera de la Iglesia; todo buen cristiano ha de creer y profesar fielmente durante su vida, el conjunto de Dogmas, que gozan de infalibilidad y no son otra cosa más que la Enseñanza misma de Nuestro Señor. 

                    Para luchar contra estos errores, tenemos que valernos del Catecismo Católico, de nuestra palabra, del ejemplo personal: con sana gallardía debemos hablar de esas realidades sobrenaturales, del Demonio y del Infierno. Y tenemos que hacerlo sin respetos humanos ni miedos, porque es Verdad revelada, en la Sagrada Escritura reflejada en numerosos capítulos y definida por la Iglesia de Cristo. Pero como se trata ésta, sobre todo argumento humano, de una BATALLA ESPIRITUAL, nos valdremos como principal arma, de la oración, poderoso remedio contra el Demonio, máxime si nos cobijamos bajo el estandarte de San Miguel, vencedor apocalíptico de la Bestia infernal.

                    El exorcismo que el Papa León XIII ideara en 1884 tras una visión mística, supone una de las oraciones más importantes a San Miguel. Aunque ya lo he publicado anteriormente, ahora, a fin de poder rezarlo con mayor frecuencia, te presento este sencillo tríptico donde se recoge de forma íntegra dicha oración; si bien se ideó para los Sacerdotes, puede ser rezada también por los seglares, con una mínima modificación en las palabras referentes a la intención de realizar la oración, ya que obviamente, los seglares no poseen el carácter ministerial de los Sacerdotes, verdaderos exorcistas. 




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                    Rezada por seglares, esta oración no dejaría de ser una súplica, pero jamás resultaría un verdadero y efectivo exorcismo, reservado a los ungidos, a los Sacerdotes de Cristo. En ningún caso debe ser usada como "liberación" de un alma que presunta o efectivamente esté poseída.

                    Cuando desde Roma se dio a conocer dicho exorcismo, advirtieron que "El Santo Padre León XIII exhorta a los Sacerdotes a rezar esta oración con mucha frecuencia, como un exorcismo simple para contener el poder del Demonio e impedir que haga daño. El fiel, asimismo, puede también decirla en su propio nombre, con el mismo propósito, como oración aprobada. Se recomienda su uso donde se sospeche que esté actuando el Demonio, ya sea causando la maldad de los hombres, inspirando violentas tentaciones, y hasta produciendo tormentas y calamidades públicas. Puede usarse como un exorcismo solemne, en una ceremonia oficial y pública en latín, para expulsar al Diablo. Un Sacerdote solo la puede decir en nombre de la Iglesia si ha recibido el permiso de su Obispo". (Acta Sanctae Sedis, Romae, 1890)



La Sagrada Escritura y el Magisterio infalible de la Iglesia; 
algunas citas sobre el Infierno y la necesidad de creer en él


               "Apartaos de Mí, malditos. Id al fuego eterno, que fue destinado para el Diablo y sus ángeles" (Mat. 25, 41)

               "El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la gehenna, al fuego que no se apaga. Y, si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la gehenna. Y, si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios, que ser echado con los dos ojos a la gehenna, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga" (Mc. 9, 42-48).

               "Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes" (Mt. 22, 13)

               "El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles y arrancarán de su reino todos los escándalos y a todos los que obran iniquidad, y los arrojarán al horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes" (Mt. 13, 41-42).

               "Y los que obraron bien irán a la Vida Eterna, y los que mal, al fuego eterno" Símbolo o Credo Atanasiano

                "Las almas de los que mueren en estado de pecado mortal descienden a los Infiernos inmediatamente después de la muerte y allí sufren las penas del infierno, el fuego eterno" Concilio IV de Letrán, 1215

               "Las almas de los que mueren en pecado mortal con sólo el original descienden inmediatamente al Infierno, para ser castigadas, con penas desiguales" Concilio II de Lyón, 1274



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