jueves, 22 de junio de 2023

LA MUJER DEL SAGRARIO, de las Revelaciones al Hno. Estanislao José

  

               Todavía éramos Postulantes. Faltaban dos meses para tomar el santo hábito. Estábamos en los primeros días de la Novena a la Inmaculada Concepción que se hacía con gran fervor. Un día mediante la meditación de la tarde, el Hermano Estanislao José (1) vio a una mujer junto al Sagrario. Instantáneamente bajó los ojos disgustado de ver una mujer en lugar tan santo y en presencia de tan numerosa Comunidad. 



               A los pocos momentos vuelve a mirar al Sagrario y vio que la mujer estaba allí todavía y que se ponía en movimiento hacia el pasillo central. Volvió a cerrar los ojos, pero bien pronto se presentó ante él, que ocupaba un extremo del banco del pasillo del medio, junto al campanero, y oye una voz que la dice: "Hijo Mío, ¿no me miras?". Al oír "hijo mío", comprendió todo, y dijo: "¡Madre!" Miró alrededor haber qué hacían los demás. Pero la Madre le dijo: "No, hijo Mío, no me ve nadie más que tú. Vengo a decirte que estoy contenta de tu fidelidad y de tu entrega y que espero de ti seas muy observante de la Regla y muy fervoroso, como San Estanislao de Kostka". 

               El joven Hermano contestó que sí, que lo sería; al verla desaparecer observó que llevaba en el pecho la Sagrada Hostia. Esta Aparición de la Santísima Virgen fue la primera que tuvo este sencillo Postulante; aparición sensitiva, pues la vio con los ojos y la oyó con los oídos, y estaba bien lejos de suponer que aquella Mujer que vio en el Altar era la Madre de Dios. Todo ello le produjo una santa inquietud transformativa. A mí me lo contó con las mismas palabras, poco más o menos que lo acabo de decir. Estaba emocionado y temeroso; no se atrevía a decirlo ni al Maestro de Novicios, ni al Señor Capellán; prefirió prudentemente esperar y callar. Yo, la verdad, al principio no le di gran crédito, no lo di gran importancia. 

               La Inmaculada Concepción era la Fiesta Patronal del Noviciado, pero la celebrábamos el día de la Octava, es decir, el 15 de Diciembre. En este día, después de las dos Novenas preparatorias para tales fiestas, Novicios y Postulantes nos sentíamos muy fervorosos. 

               Llegó por fin nuestra Fiesta que celebramos con mucha devoción y gran solemnidad, la Misa solemne y bien preparada; a la hora de comulgar, el Hermano Estanislao José se acercó al comulgatorio, como los demás, tal vez más encendido en amores divinos que otros días; ve que con la Sagrada Hostia, entra también en su pecho la Mujer del Sagrario... una vez en su alma, oye de nuevo Su voz que le dice: "Hijo Mío, aquí estoy con Jesús, tu Hermanito". ¡Qué sorpresa para el joven postulante!... Él la prometió no faltar nunca deliberadamente a la Santa Regla.


"Hermano Estanislao José, un joven heroico desconocido"
Hno. Ginés de María Rodríguez f.s.c.


               1) Olimpio Fernández Cordero había nacido en 1903, en Bustillo de la Vega, una pedanía de la provincia de Palencia (España). Desde muy pequeño dio claras muestras de una sincera piedad y de gran temor de Dios. Cuando estaba próximo a cumplir los 18 años ingresó en el Noviciado de Los Hermanos de La Salle de Bujedo (Burgos). Tornó su nombre por el de Estanislao José; según sus coetáneos siempre se comportó como un perfecto religioso. 

               Al poco tiempo de su ingreso en la Congregación comenzó a recibir Mensajes del Cielo, de Nuestro Señor pero, fundamentalmente, de la Santísima Virgen; el humilde Hermano de La Salle sería también bendecido con otras muchas gracias místicas; entre las celestiales confidencias que dejó por escrito, resaltan las profecías sobre el Reinado de los Corazones Eucarísticos de Jesús y de María. 

               Murió en Griñón (Madrid) el 28 de Marzo de 1927, tras haberse ofrecido incesantemente como Víctima por el Reinado Eucarístico de los Sagrados Corazones.



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