"...es necesario que los católicos, con gozo, reconozcan y aprecien en su valor los tesoros verdaderamente cristianos que, procedentes del patrimonio común, se encuentran en nuestros hermanos separados. Es justo y saludable reconocer las riquezas de Cristo y las virtudes en la vida de quienes dan testimonio de Cristo y, a veces, hasta el derramamiento de su sangre…"
Concilio Vaticano II, Unitatis redintegratio, nº 4
"...la Iglesia de Cristo está presente y operante también en esas iglesias, aunque carezcan de la plena comunión con la Iglesia Católica..."
Declaración Dominus Iesus, nº 17, Joseph Ratzinger, 6 de Agosto de 2000
LA DOCTRINA CATÓLICA TRADICIONAL
No es posible que lobos y ovejas anden revueltos, sin que las ovejas reciban algún daño, sin un milagro de primer orden. Y creo que uno de los venenos más activos y eficaces con que cuenta el Infierno, es la mezcla de la Verdad y del error, de lo bueno y de lo malo. Y este veneno es el que están tomando muchos, y dándole a tomar a otros, y van muriendo los que lo toman a la Verdad y a la Virtud, con daño indecible para el Catolicismo.
Yo he gritado contra ese mal, y aun he sufrido por gritar. No me arrepiento de haber gritado. Si en este punto tengo que arrepentirme, será el no haber gritado más.
La Fe se va perdiendo; el Liberalismo ha ganado lo indecible, y esta espantosa realidad proclama, con tristísima evidencia, el más completo fracaso de la pretendida concordia entre los que aman el Altar y los que abominan el Altar, entre Católicos y Liberales.
No cabe la tal concordia sin perjuicio del Catolicismo. Llegará pronto el tiempo en que desaparezca esta alianza aparente, y para vergüenza y castigo de los Católicos que se han dejado engañar, no serán ellos los que lancen de sí a los Liberales, sino que serán los Liberales los que lancen a ellos.
Fray Ezequiel, Obispo de Pasto, Octubre de 1905
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