martes, 21 de octubre de 2025

SAN GASPAR DEL BÚFALO

 

"Mientras que el Demonio, enemigo de todos los buenos, trata de hacer 
que la gente siga teniendo lejano el recuerdo del Amor de Dios, 
la Devoción a la Divina Sangre nos pondrá cerca de su Divino Corazón. 
Si nuestra mente está siempre ocupada con el pensamiento de los Misterios 
de Su Amor, nuestros corazones podrán estar deseosos de aplicar este Amor, 
y lograr así que nuestros sentimientos corporales estén conscientes de 
nuestra propia santificación y la de los demás. Con este recuerdo del incalculable 
Precio de la Sangre de Jesús, por la cual hemos sido redimidos, 
permanecerá esta Sangre Preciosísima como sello imborrable en nosotros"



                    San Gaspar del Búfalo nació en Roma el 6 de Enero de 1786 en el seno de una familia noble; habiendo llegado a este mundo en la solemnidad de la Epifanía, al día siguiente fue bautizado con los nombres de Gaspar, Baltasar y Melchor. Desde temprana edad se sintió atraído por la oración y la penitencia. Gaspar estudió en el Colegio Romano, entonces confiado al clero secular, tras la supresión de la Compañía de Jesús. 

                    En 1798 Gaspar entró en el Seminario, y desde que vistió la sotana comenzó a proporcionar asistencia espiritual y material a los menesterosos y abandonados de Roma. Se distinguió, en particular, por su gran dedicación al apostolado del Catecismo que organizó en el Oratorio de la Iglesia de Santa María del Llanto, donde explicaba con lenguaje sencillo los principios de la Fe Cristiana, especialmente a los campesinos y carreteros que llevaban la paja al campo llamado “Campo Vacuno”, como se llamaba entonces el abandonado Foro Romano. El joven Gaspar también se preocupó de preparar un grupo de jóvenes capaces para la enseñanza de la catequesis y los envió a servir a los pobres. 

                    El 31 de Julio de 1808, tras terminar sus estudios en Sagrada Teología, fue ordenado Sacerdote en la Iglesia de San Vicente de Paul en Montecitorio; celebraría su primera Misa solemne el 2 de Agosto. Desde su Ordenación intensificaría el apostolado entre las empobrecidas clases trabajadoras, transformando, entre otras cosas, la pequeña Iglesia de Santa María en Pincis, cerca de la Rupe Tarpea, en un floreciente centro de piedad.

                    En la época de Gaspar, Roma y los Estados Pontificios estaban ocupados por las tropas de Napoleón, que el 17 de Mayo de 1809 suprimiría la soberanía terrenal del Papa; la noche del 5 al 6 de Julio de 1809 la crítica situación llegó a su clímax y el Papa Pío VII fue encarcelado y deportado. Al mismo tiempo, Napoleón obligó a los Obispos y Párrocos de la ciudad a firmar un juramento de lealtad al nuevo régimen. El 13 de Junio de 1810 el juramento se impuso también a Gaspar, quien hizo su objeción de conciencia pronunciando las famosas palabras: "No debo, no puedo, no quiero", lo que le conllevaría a ser encarcelado y conocer el exilio. Cumplió su condena en las cárceles de Piacenza, luego en Bolonia, Imola y finalmente en Lugo, cerca de Ravena, por un total de cuatro años. No podría volver a la Ciudad Eterna hasta 1814, después de haberse negado a jurar fidelidad a Napoleón hasta en cuatro ocasiones.

                    En 1815 Gaspar fundó una nueva Congregación llamada Misioneros de la Preciosísima Sangre, por ser la devoción que sentía más cercana, estrechamente ligada a la del Sagrado Corazón de Jesús, y se convirtió en su más ardiente apóstol. Él mismo había experimentado que sólo el Amor de Cristo, que había derramado Su Sangre para la redención de los hombres, era el recurso y el medio más eficaz para obtener la conversión de nuestra humanidad herida por el pecado. El Papa Pío VII se dio cuenta de su celo apostólico y confió a su Congregación la tarea de misionar los territorios de los Estados Pontificios y para promover la renovación de la Fe y de la Vida Cristiana. 

                    El 4 de Marzo de 1834, gracias a la colaboración de María De Mattias, San Gaspar fundó la rama femenina de la Congregación: las Hermanas Adoratrices de la Preciosísima Sangre de Cristo. En Junio de 1835 se presenta un documento descriptivo sobre la Congregación de la Preciosísima Sangre al Papa Gregorio XVI, mediante la mediación del Cardenal Fransoni; la Congregación sería aprobada el 17 de Diciembre de 1841 por el mismo Pontífice, cuatro años después de la muerte de San Gaspar. 

                    El Padre Gaspar del Búfalo, cansado y desgastado por su intensa labor misionera, entregó su alma al Todopoderoso en la misma ciudad que lo vio nacer, el 28 de Diciembre de 1837. Gaspar fue beatificado por el Papa San Pío X en 1904 y canonizado por Pío XII en 1954.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.