et nos putavimus eum quasi leprosum
et percussum a Deo et humiliatum
Profeta Isaías, cap. 53, vers. 4
El nombre de "la Santa Faz" se refiere a el Santo Rostro de Nuestro Señor, impreso en el velo de la Verónica, que se se encuentra actualmente en el Vaticano, y no debe confundirse con la Sábana Santa de Turín, de la cual también se han inspirado numerosas imágenes, como la que ilustra este artículo.
El Rostro de Cristo está representado en el velo que portaron las benditas manos de la Verónica (vero: verdadero, ica: icono, imagen) en el camino hacia la Cruz del Calvario. Su Divino Rostro se muestra con una perfecta paz , en silencio y con amor a pesar de las imprecaciones de la multitud y el ardiente dolor físico. De ahí deducimos que la Santa Faz es un piadoso resumen de la entrega de Nuestro Redentor, de Su Pasión, del amor de Su Corazón por todas y cada una de las almas... así se lo reveló Jesús mismo a la Madre Pierina de Micheli, cuando le dijo "Mi Rostro, que refleja las penas más íntimas, el Dolor y el Amor de Mi Corazón..."
La Fiesta de la Santa Faz se celebra hoy, Martes previo al Miércoles de Ceniza; así lo pidió el Cielo y de esta manera lo confirmó el Papa Pío XII el 17 de Abril de 1958; autorizó además el Pontífice la Misa de la Santa Faz de Jesús, para todas las diócesis y Órdenes Religiosas que pidiesen el Indulto de Roma para celebrarla. Las Revelaciones privadas que recibiera la carmelita Sor María de San Pedro a mediados del siglo XIX, así como posteriormente la Madre María Pierina de Micheli, en la década de 1930, habían sido la antesala de esta aprobación de la Iglesia al culto de la Santa Faz de Nuestro Señor que hoy, en un mundo cada vez más alejado de Dios, urge difundir para el bien de las almas y la conversión de los alejados.
Fue además la Santa Faz de Nuestro Señor Jesucristo la Devoción predilecta, y la que con mayor ahínco, promoviera Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz (hasta en su nombre de religiosa quiso estar unida al Divino Rostro). Para la Santa, las enormes gracias concedidas a través de esta devoción no son sino el cumplimiento de las promesas dadas por Nuestro Señor a Santa Gertrudis y a Santa Matilde en el pasado.
En estos días se celebra el Carnaval en muchos lugares: una fiesta pagana, anticristiana, donde nunca faltan las burlas y ataques contra la Realeza de Jesús, la Inocencia misma, que será otra vez traicionado, en medio de un populacho blasfemo y que se jacta de su pecado; Jesús, volverá a ser Rey de burlas, una vez más, Su Santa Faz será escupida por aquellos que debieran besarlo... Sus virginales carnes, flageladas de nuevo sin piedad por los pecados de impureza, en medio de un falso canto a la libertad que no es más que un látigo que esclaviza al hombre y lo somete a sus más bajos instintos.
Ahora, procura continuar a lo largo del día, en la intimidad con Jesús y duélete, no por besos traidores que seguro nunca le has querido dar, pero sí de tantos besos como debiste darle con más amor. Besa Su Santa Faz por tantos que no lo hacen y ni lo harán nunca; ámale por aquellos que no lo hacen y finalmente, promete a Jesús Nuestro Señor que seguirás consolándolo por todos los que andan apartados de Él.
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