la carne con sus vicios y concupiscencias
San Pablo a los Gálatas, cap. 5, vers. 24
"Hija Mía, el mundo está en continuo acto de renovar Mi Pasión, y como Mi inmensidad envuelve a todos, dentro y fuera de las criaturas, por eso estoy obligado por su contacto a recibir clavos, espinas, flagelos, desprecios, escupitajos y todo lo demás que sufrí en la Pasión, y aun más.
Ahora, quien hace estas Horas de Mi Pasión, a su contacto Me siento sacar los clavos, romper las espinas, endulzar las Llagas, quitar los salivazos, Me siento cambiar en bien el mal que Me hacen los demás, y Yo, sintiendo que su contacto no Me hace mal, sino bien, Me apoyo siempre más sobre ella".
Después de esto, volviendo el Bendito Jesús a hablar de estas Horas de la Pasión ha dicho: "Hija Mía, has de saber que con hacer estas Horas, el alma toma Mis pensamientos y los hace suyos, Mis reparaciones, las oraciones, los deseos, los afectos y aun Mis más íntimas fibras y las hace suyas, y elevándose entre el Cielo y la tierra hace Mi mismo oficio, y como corredentora dice junto Conmigo: "Ecce ego mitte me", quiero repararte por todos, responderte por todos e implorar el bien para todos".
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