Alejandrina Da Costa era una joven portuguesa que contaba apenas 14 años cuando sufrió un intento de violación; tratando de huir de su agresor se arrojó por una ventana, lo que le ocasionó una grave lesión que más adelante la obligaría a permanecer en la cama más de 30 años, hasta su muerte. Se ofreció como Alma Víctima para reparar el abandono de los Sagrarios y pedir misericordia por las profanaciones hacia Jesús Sacramentado.
En este lamentable estado físico el Señor la agració con múltiples revelaciones privadas, donde también intervendría la Santa Virgen María; padeció, por amor a las almas, dolores atroces que eran recompensados con dones sobrenaturales, como la inedia o alimentarse tan sólo del Sacrosanto Cuerpo de Nuestro Señor Sacramentado. El 25 de Febrero de 1949, en medio de un éxtasis, Jesús hizo esta promesa a Alejandrina:
"Hija Mía, Mi esposa querida, haz que Yo sea amado, consolado y reparado en Mi Eucaristía. Haz saber en Mi Nombre que, todos cuantos hagan bien la Comunión con sincera humildad, fervor y amor, durante los seis primeros Jueves de mes consecutivos y pasen una hora de Adoración ante Mi Sagrario en íntima unión Conmigo, les prometo el Cielo".
Las condiciones para realizar con fruto los Primeros Jueves son cuatro:
-Recibir la Sagrada Comunión durante los primeros 6 Jueves de mes seguidos (obviamente en gracia de Dios, haber confesado antes, o al menos, no tener conciencia de pecado grave)
-Adoración al Santísimo Sacramento (expuesto o en la reserva del Sagrario)
-Honrar las principales Llagas de Nuestro Señor Jesucristo, sobre todo la de Su espalda.
-Honrar los Siete Dolores de la Virgen María, Corredentora de las Almas.
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