martes, 4 de abril de 2023

A LA VERDAD DE LA FE Y AL CAMINO DEL AMOR

   

              En la Cuaresma de 1923, Nuestro Señor reveló a Sor Josefa Menéndez los sentimientos de Su Corazón durante la Sagrada Pasión. Sor Josefa recibía de rodillas las confidencias de su Divino Maestro y mientras Él hablaba, ella las escribía, en obediencia a sus Superiores.  


Josefa, Esposa y víctima de Mi Corazón, 
voy a hablarte de Mi Pasión, 
para que sea el objeto constante de tu pensamiento
 y de Mis confidencias con las almas... 




             Quiero conquistar los corazones por la fuerza de Mi amor. Quiero que las almas se dejen penetrar por la verdadera luz. Quiero que los niños, esos corazones inocentes, que no me conocen y crecen en el hielo de la indiferencia, ignorando lo que vale su alma... Sí, quiero que esas almitas que son Mis delicias, encuentren un asilo donde les enseñen a conocerme y donde crezcan en el temor de Mi ley y en el amor de Mi Corazón.

             Mi deseo es el que seáis el combustible de este fuego que quiero derramar sobre la tierra, porque de nada sirve encender la llama si no hay con qué alimentarla. Por eso quiero formar una cadena de almas encendidas en el amor, en ese amor que se confía y lo espera todo de mi Corazón, a fin de que, inflamadas ellas, lo comuniquen al mundo entero. 

               No penséis que voy a hablaros de otra cosa que de la Cruz. Por Ella he salvado a los hombres, por Ella quiero atraerlos ahora a la Verdad de la Fe y al Camino del Amor. Os manifestaré Mis deseos: He salvado al mundo desde la Cruz, o sea, por medio del sufrimiento. Ya sabéis que el pecado es una ofensa infinita; por eso os pido que ofrezcáis vuestros trabajos y sufrimientos, unidos a los méritos infinitos de Mi Corazón.

             Inculcad a las almas, con quienes estéis en contacto, el amor y la confianza... Empapadlas en amor, en confianza, en la bondad y misericordia de Mi Corazón. Y cuando tengáis ocasión de darme a conocer decidles que no me teman porque soy Dios de Amor.

              Tres cosas especiales os pido:

       1ª El Ejercicio de la Hora Santa; por él se hace a Dios Padre reparación infinita, en unión y por medio de Jesucristo Su Divino Hijo.

      2ª La Devoción de los Cinco Padrenuestros a Mis Llagas, pues por Ellas ha recibido el mundo la salvación.

      3ª En fin, la unión constante, o sea, el ofrecimiento cotidiano de los méritos de Mi Corazón, porque así lograréis que vuestras acciones tengan valor infinito. Valerse continuamente de Mi Sangre, de Mi vida, de Mi Corazón; confiar incesantemente y sin temor en Mi Corazón; he aquí un secreto desconocido para muchas almas... Quiero lo conozcáis y que sepáis aprovecharlo.

Extraído de "Un Llamamiento al Amor", Revelaciones privadas 
del Sagrado Corazón de Jesús a la humilde religiosa Sor Josefa Menéndez



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