Tal día como hoy, el 15 de Febrero de 1926, el Niño Jesús se aparecía a Sor Lucía, una de las videntes de Fátima, en el Convento de las Hermanas Doroteas de Pontevedra (España), en el que había ingresado en 1921. Apenas unas semanas antes, el 10 de Diciembre de 1925, la Virgen se apareció también a la joven religiosa pidiéndole que extendiera la Devoción de los Cinco Primeros Sábados de mes.
Dicha Aparición de 1926 en Pontevedra no se entiende sin explicar que Sor Lucía, desde hacía unos meses, se encontraba con un niño en las cercanías del Convento. Y entonces, el 15 de Febrero, Sor Lucía volvió a encontrarse con el pequeño y le preguntó si se había aprendido las oraciones que en otras ocasiones le había ido enseñando.
“¿Y tú has propagado por el mundo aquello que la Madre del Cielo te pedía?”, le contestó el niño. En aquel instante supo que se trataba del Niño Jesús.
El Niño pidió a Sor Lucía que hiciera lo que su Madre le había pedido en Su Aparición: extender la Devoción de los Cinco Primeros Sábados de mes. Esta petición se hizo porque muchas personas comenzaban esta devoción, pero pocas la terminaban.
Al igual que la aparición anterior de la Virgen semanas antes, de nuevo Sor Lucía habló con su confesor en Pontevedra sobre esta nueva revelación. Para cerciorarse, el Sacerdote le hizo varias preguntas, entre ellas, por qué debían ser Cinco Sábados.
Sor Lucía pidió una respuesta al Señor y Éste le contestó que “la Devoción de los Cinco Sábados se debe a que hay cinco tipos de ofensas contra el Inmaculado Corazón de María”.
-Contra Su Inmaculada Concepción.
-Contra Su Virginidad Perpetua.
-Contra Su Divina Maternidad al rechazar reconocerla como Madre de todos los hombres.
-Las ofensas de aquellos que tratan de sembrar públicamente en los corazones de los niños indiferencia o incluso odio a la Virgen.
-Las ofensas de quienes la ultrajan en Sus santas imágenes.
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