La venida de JESÚS comenzaba a producir efectos. Los Ángeles anunciaron a los pastores la novedad de inmensa alegría; que les había nacido el Mesías que salvaría a todo el pueblo. San José es el guardián y protector de JESÚS Salvador.
Los pastores humildes y fervientes vinieron a adorar al Rey de los cielos, reclinado en pajas, en el pesebre de Belén. Feliz San José que comienza a ver a JESÚS ser adorado!
FRUTO: Hacer la comunión espiritual, y desear que Jesús haga en nosotros lo que hizo para todos en su nacimiento.
INVOCACIÓN: Haced, San José, de mi corazón, un pesebre vivo, en el que Jesús se reposó, como en el de Belén. Amén.
ORACIÓN: Oh Dios, que por inefable providencia te dignaste escoger a San José por esposo de tu Madre Santísima; concédenos, te pedimos, que merezcamos tener por intercesor en el cielo, aquel que veneramos en la tierra como protector. Vos que vivís y reináis por todos los siglos de los siglos. Amén.
TERMINAMOS rezando el Avejosefino:
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