Tú, la Alegría; Tú, la Honra de nuestro Pueblo
Tradicional Novena en Honor de la
Inmaculada Concepción
de María Nuestra Señora
Día 9
Para rezar esta Novena buscaremos un momento de intimidad con Nuestra Santa Madre la Virgen María; lo ideal sería rezar ante un Sagrario, en una iglesia o capilla, pero si no es posible, podremos recogernos en nuestra casa, en silencio, arrodillados, buscando la Presencia Santísima de María; confía a Ella tus preocupaciones, cargas y demás problemas. Ofrécele tus limitaciones y tus deseos de felicidad... María, como buena Madre, sabrá guiarte y proporcionarte todo cuanto necesites.
Por la señal de la Santa Cruz + de nuestros enemigos + líbranos Señor + Dios Nuestro.
En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.
Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque Os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.
Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y así como lo suplico, así confío en Vuestra Bondad y Misericordia infinita, que me los perdonaréis, por los Méritos de Vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en Vuestro Santo Amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.
ORACIÓN INICIAL
Dios Te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen Soberana y Perfecta, elegida para Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de Tu Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por Ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser Madre del Nuevo Pueblo que Jesucristo ha formado con Su Sangre.
A Ti, Purísima Madre, Restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos Tuyos y de Tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado.
Acuérdate, Virgen Santísima, que has sido hecha Madre de Dios, no sólo para Tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a Tu protección e implorado Tu socorro haya sido desamparado.
No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco quiero dejarte a Ti, antes bien cada día quiero crecer más en Tu Verdadera Devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la tercera, una buena muerte. Además, Te ruego me des la gracia particular que Te pido en esta Novena, si es para mayor Gloria de Dios, conquistar Tu amor y obtener el bien de mi alma.
ORACIÓN DEL DÍA 9
Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro, así como has concedido a María la gracia de ir al Cielo y de ser en él colocada en el primer lugar después de Ti, así Te suplicamos humildemente, por intercesión de Tu Madre Inmaculada, nos concedas una buena muerte, que recibamos bien los Últimos Sacramentos, que expiremos sin mancha ninguna de pecado en la conciencia y vayamos al Cielo para siempre gozar en Tu compañía y la de nuestra Madre, con todos los que se han salvado por Ella.
Reza ahora, con piedad y devoción las Tres Avemarías:
- María, Reina Inmaculada, por el Poder que Te concedió Dios Padre...
Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.
- María, Reina Inmaculada, por la Sabiduría que Te concedió Dios Hijo...
Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.
- María, Reina Inmaculada, por la Misericordia que Te concedió Dios Espíritu Santo...
Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.
ORACIÓN FINAL
Y terminamos signándonos en el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.
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