domingo, 25 de abril de 2021

TERCER DOMINGO DESPUÉS DE PASCUA

 

Os ruego que, como extranjeros y peregrinos, 
os abstengáis de los deseos carnales, que militan 
contra el alma, viviendo honradamente entre las gentes, 
para que, ya que os consideran malhechores, 
al ver vuestras buenas obras, glorifiquen a Dios 
el día de la visitación. 


I Carta de San Pedro, cap. 2, vers. 11-19



               Han pasado tres semanas de alegría. Ahora la resurrección marcha rápida hacia la definitiva exaltación de Cristo, hacia la Ascensión... Hoy empezamos a pensar a pensar ya en la separación, y nuestra alegría se empaña con un halo de suave melancolía. 

                Comenzamos levantando al Cielo gritos de júbilo: "Ensalzad al Señor, todos los que habitáis la tierra." Per San Pablo nos recuerda luego que somos huéspedes y peregrinos, que todavía no hemos llegado a la Patria conquistada por la Sangre de Cristo, y que, por tanto, debemos trabajar, caminar y vivir con el espíritu de los que se han revestido de Cristo. 

               Reconociendo nuestra debilidad, pedimos a Dios que nos conceda, a todos los que llevamos el nombre de Cristianos, la gracia de rechazar cuanto se oponga a este nombre y de seguir cuanto con él conviene. El primer peregrino es el mismo Cristo, que nos habla ya en el Evangelio de su próxima partida. Pronto va a privarnos de Su Presencia, para poder enviarnos el Espíritu Santo, en el cual encontrarán los Apóstoles, y todos los nacidos y resucitados en Cristo, el valor necesario para llevar dignamente el nombre Cristiano.


EL EVANGELIO DE HOY


               "Dijo Jesús a Sus Discípulos: Todavía un poco, y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis.» Entonces algunos de Sus Discípulos se dijeron unos a otros: «¿Qué es esto que nos dice: “Todavía un poco y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis”; y también: “Porque Yo voy al Padre”?» Así que decían: «¿Qué es esto de “Todavía un poco”? ¡No sabemos de qué habla!» Jesús se dio cuenta de que querían preguntarle, así que les dijo: «¿Os preguntáis vosotros acerca de que dije: “Todavía un poco, y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis”? 

               De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, mientras que el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo. 

               Cuando la mujer da a luz, siente dolor porque ha llegado su hora; pero después de que ha dado a luz al niño, ni se acuerda de la angustia, por la alegría de que haya nacido un hombre en el mundo. También vosotros ahora estáis tristes; pero Yo os volveré a ver, y vuestro corazón se alegrará, y nadie os arrebatará vuestra alegría."


San Juan, cap. 16, vers. 16-22



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