I Carta de San Pedro, cap. 2, vers. 11-19
Han pasado tres semanas de alegría. Ahora la resurrección marcha rápida hacia la definitiva exaltación de Cristo, hacia la Ascensión... Hoy empezamos a pensar a pensar ya en la separación, y nuestra alegría se empaña con un halo de suave melancolía.
Comenzamos levantando al Cielo gritos de júbilo: "Ensalzad al Señor, todos los que habitáis la tierra." Per San Pablo nos recuerda luego que somos huéspedes y peregrinos, que todavía no hemos llegado a la Patria conquistada por la Sangre de Cristo, y que, por tanto, debemos trabajar, caminar y vivir con el espíritu de los que se han revestido de Cristo.
Reconociendo nuestra debilidad, pedimos a Dios que nos conceda, a todos los que llevamos el nombre de Cristianos, la gracia de rechazar cuanto se oponga a este nombre y de seguir cuanto con él conviene. El primer peregrino es el mismo Cristo, que nos habla ya en el Evangelio de su próxima partida. Pronto va a privarnos de Su Presencia, para poder enviarnos el Espíritu Santo, en el cual encontrarán los Apóstoles, y todos los nacidos y resucitados en Cristo, el valor necesario para llevar dignamente el nombre Cristiano.
EL EVANGELIO DE HOY
"Dijo Jesús a Sus Discípulos: Todavía un poco, y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis.» Entonces algunos de Sus Discípulos se dijeron unos a otros: «¿Qué es esto que nos dice: “Todavía un poco y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis”; y también: “Porque Yo voy al Padre”?» Así que decían: «¿Qué es esto de “Todavía un poco”? ¡No sabemos de qué habla!» Jesús se dio cuenta de que querían preguntarle, así que les dijo: «¿Os preguntáis vosotros acerca de que dije: “Todavía un poco, y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis”?
De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, mientras que el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo.
Cuando la mujer da a luz, siente dolor porque ha llegado su hora; pero después de que ha dado a luz al niño, ni se acuerda de la angustia, por la alegría de que haya nacido un hombre en el mundo. También vosotros ahora estáis tristes; pero Yo os volveré a ver, y vuestro corazón se alegrará, y nadie os arrebatará vuestra alegría."
San Juan, cap. 16, vers. 16-22
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.