El Domingo de Pascua, el día primero de la semana de los judíos, las tres Marías se dirigen al sepulcro de Jesús Nuestro Señor. Un Ángel había retirado la piedra que cubría la entrada del monumento. María Magdalena, al encontrar la tumba vacía, empieza a buscar en el jardín; las otras mujeres penetran en el sepulcro, hablan con el Ángel y corren a anunciar la Nueva a los Discípulos. Magdalena sigue en el jardín y logra ver la primera al Señor.
Poco después llegan Pedro y Juan. También a Pedro se aparece Cristo resucitado. Al atardecer de aquel mismo día se presenta en el Cenáculo, en medio de los Apóstoles; y poco antes se había juntado en el camino a los dos Discípulos que iban de Jerusalén a Emaús.
Así transcurrió aquel día, el de la Resurrección, el día en el cual se realizó el acontecimiento central de la Historia, en torno al cual gira toda la Vida de Jesús, todos los acontecimientos de la vida humana y todas las fiestas del Año Litúrgico.
Cristo ha sido inmolado, la muerte está vencida, se han abierto las puertas del Paraíso. Hemos llegado a la cima de la montaña, hemos rescatado el Aleluya, y hemos conquistado el triunfo: la Luz ha vencido a las tinieblas.
DOCTRINA CATÓLICA SOBRE
LA RESURRECCIÓN DE NUESTRO SEÑOR
- Si Jesucristo murió por todos los hombres, ¿por qué no todos se salvan? - Jesucristo murió por todos; pero no todos se salvan, porque o no le quieren reconocer o no guardan su ley, o no se valen de los medios de santificación que nos dejó.
- ¿Basta para salvarnos que Jesucristo haya muerto por nosotros? - Para salvarnos no basta que Jesucristo haya muerto por nosotros, sino que es necesario aplicar a cada uno el fruto y los méritos de su pasión y muerte, lo que se hace principalmente por medio de los sacramentos instituidos a este fin por el mismo Jesucristo, y como muchos no reciben los sacramentos, o no los reciben bien, por esto hacen para sí mismos inútil la muerte de Jesucristo.
- ¿Qué nos enseña el quinto Artículo de Fe: DESCENDIÓ A LOS INFIERNOS: AL TERCER DÍA RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS? - El quinto artículo del Credo nos enseña: que el Alma de Jesucristo, separada ya del Cuerpo, fue al Limbo de los Santos Padres y que al tercer día se unió de nuevo a Su Cuerpo para no separarse jamás.
- ¿Qué se entiende aquí por Infierno? - Por infierno se entiende aquí el Limbo de los Santos Padres, es decir, el lugar donde las almas de los Justos eran recogidas y esperaban la Redención de Jesucristo.
- ¿Por qué las almas de los Santos Padres no fueron introducidas en el Cielo antes de la muerte de Jesucristo? - Las almas de los Santos Padres no fueron introducidas en el Cielo antes de la muerte de Jesucristo porque por el pecado de Adán el Cielo estaba cerrado, y convenía que el primero que entrase en él fuese Jesucristo, que con Su Muerte lo abrió de nuevo.
- ¿Por qué Jesucristo quiso dilatar hasta el tercer día Su propia Resurrección? - Jesucristo quiso dilatar hasta el tercer día Su propia Resurrección para mostrar con evidencia que verdaderamente había muerto.
- ¿Fue la Resurrección de Jesucristo semejante a la resurrección de los otros hombres resucitados? - No, señor; la Resurrección de Jesucristo no fue semejante a la resurrección de los otros hombres resucitados, porque Jesucristo resucitó por Su propia virtud, y los demás fueron resucitados por la virtud de Dios.
Catecismo del Papa San Pío X
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