jueves, 27 de noviembre de 2025

RECIBIRÁN GRANDES GRACIAS, la Medalla Milagrosa de Nuestra Santa Madre

 


LA VIDENTE: SANTA CATALINA LABOURÉ

                   Nació el 2 de Mayo de 1806, en Fain-les-Moutiers, Borgoña ( Francia ). Entró a la vida religiosa con la Hijas de la Caridad el 22 de Enero de 1830 y después de tres meses de postulantado, 21 de Abril, fue trasladada al noviciado de París, en el número 140 de la Rue du Bac.

                   Durante los nueve meses de su Noviciado, Sor Catalina fue bendecida con muchas gracias sobrenaturales, entre ellas la de ver todos los días al Señor en el Santísimo Sacramento.

                   El Domingo de la Santísima Trinidad, 6 de Junio de 1830, el Señor se mostró durante el Evangelio de la Misa como un Rey, con una cruz en el pecho. De pronto, los ornamentos reales de Jesús cayeron por tierra, lo mismo que la cruz, como unos despojos despreciables. "Inmediatamente - escribió Sor Catalina - tuve las ideas mas negras y terribles: que el Rey de la tierra estaba perdido y sería despojado de sus vestiduras reales. Sí, se acercaban cosa malas ".

                  El Domingo 18 de Julio 1830, víspera de la Fiesta de San Vicente de Paúl, la Maestra de Novicias les había hablado sobre la devoción a los Santos, y en particular a la Reina de todos ellos, María Santísima. Sus palabras, impregnadas de fe y de una ardiente piedad, avivaron en el corazón de Sor Labouré el deseo de ver y de contemplar el rostro de la Santísima Virgen. Como era víspera de San Vicente, les habían distribuido a cada una un pedacito de lienzo de un roquete del Santo. Catalina, movida por la piedad, se lo tragó y se durmió pensando que San Vicente, junto con su Ángel de la Guarda, le obtendrían esa misma noche la gracia de ver a la Virgen como era su deseo… 

EL ÁNGEL LA DESPIERTA PARA IR A VER A NUESTRA SEÑORA

                   Y así ocurrió cuando cerca de las once y media de la noche, oyó que por tres veces la llamaban por su nombre. Se despertó y apartando un poco las cortinas de su cama miró del lado que venía la voz y vio entonces un niño vestido de blanco -que parecía tener como cuatro o cinco años- que le dijo: "Levántate pronto y ven a la Capilla; la Santísima Virgen te espera".

                   Sor Catalina vacila; teme ser notada de las otras novicias; pero el niño responde a su preocupación interior y le dice: "No temas; todas duermen muy bien. Ven yo te aguardo". Se viste con presteza y se pone a disposición de su misterioso guía, "que permanecía en pie sin separarse de la columna de su lecho."

                   Vestida Sor Catalina, el niño comienza a andar, y ella lo sigue. Por donde quiera que pasaban las luces se encendían. El cuerpo del niño irradiaba vivos resplandores y a su paso todo quedaba iluminado.

                   Al llegar a la puerta de la capilla la encuentra cerrada; pero el niño toca la puerta con su dedito y aquella se abrió al instante. Dice Catalina: "Mi sorpresa fue mas completa cuando, al entrar a la capilla, vi encendidas todas las velas y los cirios, lo que me recordaba la Misa de medianoche". 

                   El niño la llevó al presbiterio, junto al sillón destinado al Padre Director, donde solía predicar a las Hijas de la Caridad, y allí se puso de rodillas, y el niño permaneció de pie todo el tiempo al lado derecho. La espera le pareció muy larga, ya que con ansia deseaba ver a la Virgen. Miraba ella con cierta inquietud hacia la tribuna derecha, por si las hermanas de vela, que solían detenerse para hacer un acto e adoración, la veían.

                   Por fin llegó la hora deseada, y el niño le dijo: "Ved aquí a la Virgen, vedla aquí".

                   Sor Catalina oyó como un rumor, como el roce de un traje de seda, que partía del lado de la tribuna, junto al cuadro de San José. Vio que una señora de extremada belleza, atravesaba majestuosamente el presbiterio, "fue a sentarse en un sillón sobre las gradas del altar mayor, al lado del Evangelio". Sor Catalina en el fondo de su corazón dudaba si verdaderamente estaba o no en presencia de la Reina de los Cielos, pero el niño le dijo: "Mira a la Virgen".

"LOS MOMENTOS MÁS DULCES DE MI VIDA..."

                    Entonces el niño le habló, no como niño, sino como el hombre más enérgico y palabras muy fuertes: -"¿Por ventura no puede la Reina de los Cielos aparecerse a una pobre criatura mortal en la forma que más le agrade?"  Santa Catalina nos confiesa: “Entonces, mirando a la Virgen, me puse en un instante a Su lado, me arrodillé en el presbiterio, con las manos apoyadas en las rodillas de la Santísima Virgen. Allí pasé los momentos más dulces de mi vida; me sería imposible decir lo que sentí".

                   Ella me dijo cómo debía portarme con mi Director, la manera de comportarme en las penas y acudir (mostrándome con la mano izquierda) a arrojarme al pie del Altar y desahogar allí mi corazón, pues allí recibiría todos los consuelos de que tuviera necesidad. Entonces le pregunté que significaban las cosa que yo había visto, y Ella me lo explicó todo".




CONFIDENCIAS DE NUESTRA SEÑORA A SANTA CATALINA LABOURÉ

                   “Dios quiere confiarte una misión; te costará trabajo, pero lo vencerás pensando que lo haces para la Gloria de Dios. Tú conocerás cuán bueno es Dios. Tendrás que sufrir hasta que lo digas a tu Director. No te faltarán contradicciones; mas te asistirá la gracia; no temas. Háblale a tu Director con confianza y sencillez; ten confianza no temas. Verás ciertas cosas; díselas. Recibirás inspiraciones en la oración.

                   Los tiempos son muy calamitosos. Han de llover desgracias sobre Francia. El trono será derribado. El mundo entero se verá afligido por calamidades de todas clases (al decir esto la Virgen estaba muy triste). Venid a los pies de este Altar, donde se prodigarán gracias a todos los que las pidan con fervor; a todos, grandes y pequeños, ricos y pobres.

                   Deseo derramar gracias sobre tu Comunidad; lo deseo ardientemente. Me causa dolor el que haya grandes abusos en la observancia, el que no se cumplan las Reglas, el que haya tanta relajación en ambas Comunidades a pesar de que hay almas grandes en ellas. Díselo al que esta encargado de ti, aunque no sea el Superior. Pronto será puesto al frente de la Comunidad. El deberá hacer cuanto pueda para restablecer el vigor de la Regla. Cuando esto suceda otra comunidad se unirá a las de ustedes.

                   Vendrá un momento en que el peligro será grande; se creerá todo perdido; entonces Yo estaré contigo, ten confianza. Reconocerás Mi visita y la protección de Dios y de San Vicente sobre las dos Comunidades. Mas no será lo mismo en otras Comunidades, en ellas habrá víctimas… (la Virgen llora al aclarar esto). El clero de París tendrá muchas víctimas…morirá el Señor Arzobispo.

                   Hija Mía, será despreciada la Cruz, y el Corazón de Mi Hijo será otra vez traspasado; correrá la sangre por las calles ( la Virgen no podía hablar del dolor, las palabras se anudaban en su garganta; semblante pálido). El mundo entero se entristecerá.” Ella piensa: ¿cuándo ocurrirá esto? y una voz interior asegura: cuarenta años y diez y después la paz.

                   La Virgen, después de estar con ella unas dos horas, desaparece de la vista de Sor Catalina como una sombra que se desvanece.

NUESTRA SEÑORA ADVIRTIÓ Y TODO SE HA CUMPLIDO

                   Es necesario aclarar que todas las profecías que Nuestra Señora enunció a Santa Catalina, se fueron cumpliendo:

              Vemos así como la misión de Dios pronto le fue indicada con la revelación de la Medalla Milagrosa.

              También comprobamos como una semana después de esta aparición estallaba la Revolución. París sufrió saqueos, asesinatos y finalmente, era destronado Carlos X, sustituido por el "rey ciudadano" Luis Felipe I, gran maestro de la masonería.

              Con respecto al Superior, el Padre Aladel, se cumplió que fuese nombrado en 1846 Director de las Hijas de la Caridad.

              En 1870 (a los 40 años) llegó el momento del gran peligro, con los horrores de la Comuna y el fusilamiento del Arzobispo Monseñor Darboy y otros muchos sacerdotes.

              La última Profecía, donde la Santísima Virgen dijo entre lágrimas aquello de “será despreciada la Cruz, y el Corazón de Mi Hijo será otra vez traspasado; correrá la sangre por las calles. El mundo entero se entristecerá” cabría pensar que se cumplió por las muchas guerras que han asolado la humanidad, especialmente las dos mundiales… pero humildemente opino que ese desprecio de la Cruz, el traspasar el Corazón de Cristo que anuncia Nuestra Señora, hace referencia a una cuestión más espiritual que temporal; creo que la Virgen profetizó con aquellas palabras la Apostasía que actualmente sufre la Santa Iglesia después del nefasto "Concilio Vaticano II".

APARICIÓN DEL 27 DE NOVIEMBRE DE 1830

               La tarde del Sábado 27 de Noviembre de 1830, Sor Catalina se encontraba haciendo su meditación diaria, cuando le pareció oír el roce de un traje de seda que le hizo recordar la aparición anterior.

               Entonces aparece la Virgen Santísima, vestida de blanco con mangas largas y túnica cerrada hasta el cuello. Cubría Su cabeza un velo blanco que sin ocultar Su figura caía por ambos lados hasta los pies. Cuando después Santa Catalina quiso describir Su rostro, solo acertó a decir que era la Virgen María en su mayor belleza.

               Sus pies se posaban sobre un globo blanco, del que únicamente se veía la parte superior, y aplastaban una serpiente verde con pintas amarillas. Sus manos, elevadas a la altura del corazón sostenían otro globo pequeño de oro, coronado por una crucecita.

               La Santísima Virgen mantenía una actitud suplicante, como ofreciendo el globo. A veces miraba al cielo y a veces a la tierra. De pronto Sus dedos se llenaron de anillos adornados con piedras preciosas que brillaban y derramaban su luz en todas direcciones, circundándola en este momento de tal claridad, que no era posible verla.

              Tenía tres anillos en cada dedo; el mas grueso junto a la mano; uno de tamaño mediano en el medio, y uno mas pequeño, en la extremidad. De las piedras preciosas de los anillos salían los rayos, que se alargaban hacia abajo; llenaban toda la parte baja.

               Mientras Sor Catalina contemplaba a la Virgen, Ella la miró y dijo a su corazón:

              “Este globo que ves (a los pies de la Virgen) representa al mundo entero, especialmente Francia y a cada alma en particular. Estos rayos simbolizan las gracias que Yo derramo sobre los que las piden. Las perlas que no emiten rayos son las gracias de las almas que no piden.”

               Con estas palabras La Virgen se da a conocer como la mediadora de las gracias que nos vienen de Jesucristo. El globo de oro (la riqueza de gracias) se desvaneció de entre las manos de la Virgen. Sus brazos se extendieron abiertos, mientras los rayos de luz seguían cayendo sobre el globo blanco de sus pies.




LA MEDALLA MILAGROSA

               En este momento se apareció una forma ovalada en torno a la Virgen y en el borde interior apareció escrita la siguiente invocación: "María sin pecado concebida, rogad por nosotros, que recurrimos a Vos"

               Estas palabras formaban un semicírculo que comenzaba a la altura de la mano derecha, pasaba por encima de la cabeza de la Santísima Virgen, terminando a la altura de la mano izquierda .

              Oyó de nuevo la voz en su interior: "Haz que se acuñe una Medalla según este modelo. Todos cuantos la lleven puesta recibirán grandes gracias. Las gracias serán mas abundantes para los que la lleven con confianza".

              La Aparición, entonces, dio media vuelta y quedo formado en el mismo lugar el reverso de la Medalla. En el aparecía una M, sobre la cual había una Cruz descansando sobre una barra, la cual atravesaba la letra hasta un tercio de su altura, y debajo los Corazones de Jesús y de María, de los cuales el primero estaba circundado de una corona de espinas, y el segundo traspasado por una espada. En torno había doce estrellas.

              La misma Aparición se repitió, con las mismas circunstancias, hacia el fin de Diciembre de 1830 y a principios de Enero de 1831. Nuestra Señora dijo a Catalina: "En adelante, ya no me verás , hija mía; pero oirás Mi voz en la oración".

              Un día que Sor Catalina estaba inquieta por no saber que inscripción poner en el reverso de la Medalla, durante la oración, la Virgen le dijo: "La "M" y los dos Corazones son bastante elocuentes".




lunes, 24 de noviembre de 2025

SAN JUAN DE LA CRUZ, Místico, Reformador y Doctor de la Iglesia

 


                    Su nombre de pila era Juan de Yepes y Álvarez, nació el 24 de Junio del año 1542 en Fontiveros, provincia de Ávila (España). Era hijo de un modesto tejedor, descendiente de ricos comerciantes de seda de Toledo, llamado Gonzalo Yepes, que falleció cuando Juan todavía era muy joven. Tras la muerte de su padre, Juan se trasladó junto a su madre, una tejedora huérfana de nombre Catalina Álvarez, a la localidad abulense de Arévalo y más tarde a Medina del Campo (Valladolid), en donde trabajó como aprendiz de varios oficios, entre ellos carpintero y pintor. Juan tuvo dos hermanos mayores, Luis, fallecido con seis años, y Francisco.

                    Estudió en el Colegio de la Doctrina para los niños pobres. A causa de la pobreza y estrecheces en su infancia y adolescencia, no creció mucho en altura física, no así en su talla espiritual. En el año 1563, cuando contaba 21 años, ingresó en la Orden Carmelita de Medina del Campo, donde tomó el nombre de Juan de San Matías y un año más tarde se instruyó en la Universidad de Salamanca, ordenándose Sacerdote en 1567, si bien su vocación es contemplativa y eremítica.

                    Conoció a Santa Teresa de Jesús, quien influyó notablemente en su obra y con quien colaboró para reformar la Orden. En Noviembre de 1568, en medio de la Reforma de la Orden del Carmen que inicia con Santa Teresa de Jesús, cambia su nombre por el de Fray Juan de la Cruz y funda el primer Convento de los Carmelitas Descalzos.

                    Estuvo en prisión en Toledo a finales del año 1577, tras la fundación del Carmelo Descalzo en Segovia, por el conflicto entre Carmelitas Descalzos y Calzados. Durante nueve meses estuvo recluido y allí comenzó a establecer su poesía mística que ejemplifica desde una bella y musical disposición lírica el contacto espiritual del poeta y el sentir creyente. “Teresa está muerta y la reforma con ella” llegaron a asegurarle sus hermanos carceleros. 

                    Para San Juan de la Cruz, los nueve meses de encierro fueron un período de intenso crecimiento, como un niño que crece en el útero. Su cautiverio físico en la oscuridad se convirtió en un símbolo del viaje del alma en busca del Señor y siendo buscado por él. Mientras estaba cautivo, la paciencia de San Juan daría frutos en la más bella poesía mística, "Noche oscura". (1)

                    Huyó de prisión en el verano de 1578 para retornar a sus actividades religiosas en Andalucía. En Octubre de 1578 llegará a Beas de Segura (Jaén) para establecerse como Prior del Convento de "El Calvario", en plena Sierra Morena; allí el místico encontró la paz espiritual que buscaba y compuso algunas de sus principales obras literarias. San Juan de la Cruz irá todas las semanas al convento de monjas para dirigirlas espiritualmente y confesarlas. 

                    El 28 de Noviembre de 1581 tiene lugar en Ávila su último encuentro con Santa Teresa de Jesús, en el que tratarán de la fundación de Granada y Burgos. Los Reformadores del Carmelo no volverán a verse. En Úbeda, provincia de Jaén, falleció a causa de unas calenturas el 14 de Diciembre de 1591, a los 49 años de edad y 27 de religioso. 

                    Fue Beatificado en 1675 por el Papa Clemente X y Canonizado por Benedicto XIII en 1726. El 24 de Agosto de 1926, Aniversario de la Reforma Carmelitana, el Papa Pío XI lo proclamó Doctor de la Iglesia Universal.

                    Santa Teresa había visto en Juan un alma muy pura, a la que Dios había comunicado grandes tesoros de luz y cuya inteligencia había sido enriquecida por el Cielo. Los escritos del Santo justifican plenamente este juicio de Santa Teresa, particularmente los poemas de la “Subida al Monte Carmelo”, la “Noche Oscura del Alma”, la “Llama de Amor viva” y el “Cántico Espiritual”, con sus respectivos comentarios. Así lo reconoció la Santa Iglesia en 1926, al proclamar Doctor a San Juan de la Cruz por sus obras Místicas.

                    La doctrina de San Juan de la Cruz se resume en el amor del sufrimiento y el completo abandono del alma en Dios. Ello le hizo muy duro consigo mismo; en cambio, con los otros era bueno, amable y condescendiente. Por otra parte, el santo no ignoraba ni temía las cosas materiales, puesto que dijo: “Las cosas naturales son siempre hermosas; son como las migajas de la mesa del Señor.”

                    San Juan de la Cruz vivió la renuncia completa que predicó tan persuasivamente. Pero a diferencia de otros menores que él, fue “libre, como libre es el Espíritu de Dios”. Su objetivo no era la negación y el vacío, sino la plenitud del Amor Divino y la Unión Sustancial del alma con Dios.



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NOCHE OSCURA

compuesta por San Juan de la Cruz
durante su cautiverio en Toledo


En una noche oscura,
con ansias, en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!,
salí sin ser notada
estando ya mi casa sosegada.

A oscuras y segura,
por la secreta escala, disfrazada,
¡oh dichosa ventura!,
a oscuras y en celada,
estando ya mi casa sosegada.

En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía
sino la que en el corazón ardía.

Aquésta me guiaba
más cierto que la luz de mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.

¡Oh noche que guiaste!
¡oh noche amable más que el alborada!
¡oh noche que juntaste
Amado con amada,
amada en el Amado transformada!

En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.

El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería
y todos mis sentidos suspendía.

Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado,
cesó todo y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.



viernes, 21 de noviembre de 2025

LA PRESENTACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA

   

                Habiendo celebrado el 8 de Septiembre la Natividad de la Virgen María y cuatro días después Su Santísimo Nombre, honramos hoy la Presentación en el Templo de aquella Niña de bendición. Esas tres fiestas del Cielo Marial son como un eco del Ciclo Cristológico, que celebra también el Nacimiento de Jesús, Su Santísimo Nombre y Su Presentación en el Templo el día de la Candelaria.

                La Fiesta de la Presentación de la Virgen Niña tiene sus orígenes en una piadosa tradición, cuyas raíces se hunden en los evangelios apócrifos; en ellos se cuenta cómo la Virgen María fue presentada en el Templo de Jerusalén a la edad de tres años, viviendo allí con otras doncellas y piadosas mujeres. Todo esto se viene conmemorando en Oriente desde el siglo VI y hasta habla de ello el Emperador Miguel Comeno en una Constitución de de 1166.

                Un gentil hombre francés, Canciller en la Corte del Rey de Chipre, habiendo sido enviado a Avignon en 1372, en calidad de embajador ante el Papa Gregorio XI, le contó la magnificencia con que en Grecia celebraban esta fiesta de la Presentación el 21 de Noviembre. El Papa decidió entonces introducirla en Avignon y posteriormente, el Papa Sixto V la impuso a toda la Iglesia.



               No hubo ni habrá jamás un ofrecimiento hecho por una criatura, ni más grande ni más perfecto que el que hizo la Niña María a Dios cuando se presentó en el Templo para ofrecerle, no incienso ni cabritillas, ni monedas de oro, sino a Sí Misma del todo y por entero, en perfecto holocausto, consagrándose como Víctima Perpetua en Su Honor. Muy bien comprendió la voz del Señor que la llamaba a dedicarse toda entera a Su Amor, con aquellas palabras: “Levántate, apresúrate, amiga mía… y ven” (Cantar de los Cantares, cap. 2, vers. 10). Por eso quería Su Señor que se dedicara del todo a amarlo y complacerlo: “Oye, hija mía, mira, inclina tu oído y olvida tu pueblo y la casa paterna” (Salmo 44, vers. 14). Y Ella, al instante siguió la llamada de Dios.

               Es seguro que desde el primer instante en que esta Celestial Niña fue santificada en el seno de Su madre, que fue desde el primer instante de Su Inmaculada Concepción, Ella recibió el uso perfecto de la razón para poder desde el primer momento comenzar a merecer...

               María desde el principio de Su Existencia conoció a Dios, y lo conoció con tal perfección –como le dijo el Ángel a Santa Brígida– y de tal manera, que ninguna lengua es capaz de explicar la perfección con que la inteligencia de la Santísima Virgen llegó a conocer a Dios desde el primer instante. Desde entonces María, con aquella primera luz con que Dios la enriqueció, se ofreció por entero a Su Señor dedicándose del todo a Su Amor y a Su Gloria, como el mismo Ángel se lo reveló a Santa Brígida cuando le dijo: “Al instante Nuestra Reina determinó consagrar a Dios Su voluntad con todo el amor y para siempre. Y nadie puede comprender de qué manera Su voluntad se sujetó a abrazar todo lo que fuera del gusto divino”.

               La Niña María conocía bien con luz del Cielo, que Dios no acepta un corazón partido sino que lo quiere consagrado a Su Amor conforme al mandato sagrado: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón” (Deuteronomio, cap. 4, vers. 5). Por lo que Ella, desde que comenzó a vivir, comenzó a amar a Dios con todas Sus fuerzas y del todo se entregó a Él.

               Como la Santa Niña María se ofreció a Dios en el Templo con prontitud y por entero, así nosotros en este día presentémonos a María sin demora y sin reserva y roguémosle que Ella nos ofrezca a Dios, el cual no nos rehusará viendo que somos ofrecidos por las manos de la que fue el Templo Viviente del Espíritu Santo, las delicias de Su Señor y la Elegida como Madre del Verbo Eterno.


San Alfonso María de Ligorio, Doctor de la Iglesia
en su obra Las Glorias de María



jueves, 20 de noviembre de 2025

AMEMOS DE CORAZÓN A LOS SACERDOTES

 


                    Hoy Jueves, siguiendo LA SEMANA DEL BUEN CRISTIANO, recordaremos de manera especial a los Sagrados Ministros de Dios; fue el Jueves Santo el día elegido por Nuestro Señor Jesucristo para instituir el Sacerdocio, y con él y por él, la Sagrada Eucaristía, renovación incruenta del Sacrificio del Calvario, que se renueva por todo el orbe cada día, sin cesar. El Jueves es por tanto, el día indicado para pedir a Dios Nuestro Señor por los Sacerdotes y Religiosos, así como por las vocaciones, para que Él envíe operarios a Su mies y que ellos extiendan Su Reino en el mundo entero.

                    El Sacerdote tiene un carácter indeleble, que lo hace ontológicamente Hombre-Sacerdote: su Ministerio implica una forma y estado de vida y no un ejercicio transitorio. No se puede ser, como hoy en día se pretende, una suerte de “Sacerdote a tiempo parcial”, un simple funcionario de lo sagrado sujeto a nómina y a horarios. El Sacerdote lo es las veinticuatro horas de cada día de su existencia, y aún será Sacerdote por toda la eternidad, ya sea que se salve o que tenga la desgracia de condenarse.


RECEMOS de forma especial por los Sacerdotes,
que entendamos la gran misión que les ha sido
confiada y por tanto:


   - AMEMOS de corazón a los Sacerdotes, amor traducido en obras: hagamos sentir al Sacerdote parte de nuestra familia, que lo acompañemos en sus soledades e incomprensiones, que los sostengamos espiritualmente con nuestras oraciones y humanamente con nuestra cercanía y ayuda material.

   - VENEREMOS a Cristo besando la mano del Sacerdote, pues es el Sacerdote un hombre consagrado al que debemos respetar; que evitemos exceso de confianza con los hombres sagrados, tratándoles con cariño sincero pero con veneración por el poder divino del que están investidos. Como personas sagradas que son, a los Sacerdotes no hay que besarles en el rostro; tampoco es conveniente tutearles o hacerles mofa por sus limitaciones humanas. Miremos al Sacerdote como si viésemos en él a Nuestro Redentor.

   - SEAMOS MANSOS y obedientes a la Voz de Dios que nos habla por medio de los verdaderos Sacerdotes... particularmente en las exhortaciones que nos dan en el Sacramento de la Confesión.



lunes, 17 de noviembre de 2025

LAS ALMAS DEL PURGATORIO en la vida de la mística Natuzza Evolo

 

                    Natuzza Evolo fue una gran mística de nuestro tiempo, sin embargo apenas es conocida fuera de Italia; nació en el pueblo calabrés de Mileto, Italia, el 23 de Agosto de 1924. Su vida fue realmente impresionante y nos mostró que la vida terrenal y la que comienza después de este mundo están unidas en Dios, y que los seres del otro mundo a veces viven entre nosotros y no en otro lugar lejano e inaccesible. Desde muy pequeña tuvo numerosos dones y carismas, entre otros Dios le concedió la gracia de poder ver a los Difuntos, a los Ángeles y a los Santos. 

                    La bilocación, el conocimiento sobrenatural, la profecía, la curación de enfermos fueron otros dones extraordinarios con los que el Señor bendijo a Natuzza; el don más palpable fueron las hemografías o escritos con sangre que, sin quererlo, se imprimían en telas o pañuelos colocadas sobre su cuerpo. Este hecho tan asombroso e inexplicable científicamente llamó poderosamente la atención de algunos científicos, pero nadie ha podido hasta ahora explicar este fenómeno sobrenatural. 

                    Su vida entera fue una catequesis completa sobre las verdades de la Iglesia Católica. Su Ángel Custodio le hablaba y la llevaba en bilocación a diferentes lugares para consolar o ayudar a personas en necesidad, y eso mismo hacían con ella algunos Difuntos. Natuzza también habló del Infierno y del gran valor de los sufrimientos para salvar las almas de los pecadores. 

                    Por su amor a la Pasión de Cristo el Señor quiso hacer partícipe de la misma a Natuzza, que reviviría cada Viernes Santo los dolores de Cristo Nuestro Señor. La vida de esta madre y esposa fue una entrega total al servicio de Dios y de los demás: sentía que todos los hombres eran sus hijos y oraba y sufría por todos, por eso, además de atender a su esposo y a sus cinco hijos, recibía a una media de cien personas que iban a visitarla y a pedirle ayuda. Natuzza Evolo entregó su alma a Dios en su pueblo natal, el 1 de Noviembre de 2009.



NATUZZA EVOLO Y SU EXPERIENCIA 
CON LAS ALMAS DEL PURGATORIO


                    Los Difuntos que todavía permanecen en el Purgatorio, en estado de purificación personal antes de llegar al Cielo, se comunicaban con ella con toda naturalidad, con el permiso de Dios. Eran sus amigos y le daban mensajes para sus familiares y hasta la llevaban en bilocación a ciertos lugares. Normalmente los Difuntos transmitían a Natuzza que necesitaban en particular de las oraciones de sus familiares, como siempre enseñó la Doctrina Católica, una obra espiritual de Misericordia que nos obliga a todos. Muchos familiares, por las informaciones recibidas por medio de Natuzza, intensificaron sus oraciones y mandaron celebrar Misas o realizaron obras buenas de caridad en favor de sus difuntos, consiguiendo que llegasen más rápidamente al Paraíso.

                    Natuzza, preguntando a su Ángel, estaba en condiciones de saber si los Difuntos se habían salvado o necesitaban sufragios y en qué grado estaban cerca del Cielo; por medio de su Custodio la mística sabía cuándo un alma había ido ya al Cielo, indicando incluso la fecha exacta. Natuzza veía también que las Almas del Purgatorio recibían el consuelo y la compañía de sus Ángeles Custodios, que permanecían con Ellas hasta su entrada en el Cielo.

                    Según le manifestaban los difuntos, la purificación del alma por medio del sufrimiento después de la muerte es gradual, y hay varias etapas de acercamiento a la luz divina. Después del primer período de sufrimiento intenso por los pecados cometidos, el alma tiene la esperanza de ir al Cielo pronto y está en un lugar que es como una antecámara donde se prepara para entrar al Cielo y disfrutar de la plenitud del Amor de Dios. 

                    Las Almas que padecen en el Purgatorio rezan continuamente por los vivos; Ellas no pueden rezar por sí mismas ni por otros difuntos, sus oraciones no les aprovechan a ellas pero pueden ser segura intercesión entre el mundo terrenal y el Paraíso, ya que pese a sus tormentosas purificaciones, se encuentran caminando hacia la Bienaventuranza eterna. 

                    Las almas de los Difuntos se le presentan a Natuzza con los vestidos que usaban en vida y con el aspecto que tenían antes de morir; los veía con el cuerpo idéntico al que tenían en el momento de su muerte, mientras que a los niños los veía con un cuerpo que aparentaba mayor edad.

                    A través de Natuzza los Difuntos exhortaban a sus familiares a tener resignación ante la muerte; aseguraban a Natuzza que estaban tranquilos en el nuevo estado y que recibían los sufragios que les enviaban. 

                    Natuzza también podía ver a las Almas de los Bienaventurados, a los que distinguía porque estaban elevadas un poco de la tierra y aparecían vestidas de blanco y de celeste y eran luminosas; por designios divinos, Natuzza rara vez visionó a los Difuntos condenados en el Infierno. 

                    Natuzza refiere que el Purgatorio es un estado interior del alma, que a veces hace penitencia en los lugares donde ha vivido o donde ha pecado y, a veces, superadas las fases de mayor expiación, en las mismas iglesias. 

                    En una ocasión vio a un difunto y le preguntó dónde estaba: le respondió que estaba entre las llamas del Purgatorio, pero Natuzza, viéndolo sereno y tranquilo, le dijo que a juzgar por su aspecto, no podía ser verdad. Entonces el alma le contestó que las llamas del Purgatorio las llevaba consigo donde fuera. Al mismo tiempo que decía estas palabras, lo vio envuelto en llamas, pero Natuzza, dudando que se tratase de una ilusión suya, se acercó, pero fue envuelta en el calor de las llamas, que le quemaron la boca y la garganta, hecho que le impidió comer normalmente durante unos 40 días. Ante aquél desagradable acontecimiento la mística explicó: “Quizás tuve este castigo por mi falta de fe en las palabras del difunto”.

                    Natuzza aseguró a su Párroco que durante la celebración de la Santa Misa muchas almas se juntan en las iglesias, como mendigos, esperando una ayuda del Sacerdote en su favor.

                    “Un mes de sufrimiento en la tierra -decía Natuzza- puede evitar un año de Purgatorio, como le sucedió a mi madre, que tuvo una enfermedad antes de morir y así fue casi de inmediato al «Prado verde», que es un lugar de oración y de espera para entrar en el Cielo, pero donde no se sufre”.  

                    Algunos sufrimientos del Purgatorio son tan duros que a veces la misma alma no sabe si está en el Infierno; así le sucedió a un difunto que se comunicó con Natuzza, alguien que durante su vida terrena había pecado gravemente: tras abandonar este mundo pasó a estar un largo tiempo en la duda de si se había salvado o no, ya que manifestó a Natuzza verse sobre una especie de precipicio todo oscuro por un lado y todo fuego por el otro... después de 40 años fue liberada de aquel tormento y ahora estaba llena de alegría.



sábado, 15 de noviembre de 2025

LA VIRGEN MARÍA, ESTRELLA DEL MAR


San Alberto Magno sobre el “Privilegio según el cual 
la Bienaventurada Virgen es llamada Estrella del Mar”


                    Indagaremos primeramente si este nombre le corresponde en sentido propio o figurado. Concluiremos afirmando que el término lo utilizaremos en sentido propio.

                    La naturaleza propia de las cosas espirituales es ser luz; en consecuencia, en sentido propio puede asemejarse a la de las estrellas por su brillo. De allí que la bienaventurada Virgen se denomine Estrella del Mar.

                    Esta estrella es la más alta y la última de la Osa Menor: nada conviene mejor a la que ocupa la más alta dignidad y es la última en humildad. Esta estrella atrae al hierro; la Virgen, por Su infinita misericordia, atrae hacia el Cielo a los pecadores empedernidos. La estrella guía a los navegantes y Ella conduce al puerto de salvación a todos los náufragos. La estrella se coloca contra el viento norte y Ella está siempre inclinada hacia los pecadores. De lo que precede resulta claro que muchas de las propiedades de esta estrella convienen tan sólo a la Virgen, y por esa se la denomina Estrella del Mar. 

                    Hay otras propiedades de esta estrella que se ajustan tan solo a Ella. ¿Cuáles son las propiedades en las que se encuentra esta similitud?. Existe la posibilidad de considerar en la estrella su sustancia, su calidad, su posición, su estado, su efecto. Su sustancia es celestial, incorruptible y fuente de luz; y la Bienaventurada Virgen tiene su conversación en los Cielos, Su cuerpo es incorruptible, y es Fuente de Luz por la generación de Su Hijo.

                    En calidad la estrella es superior, más luminosa y útil; La Virgen es superior en dignidad a todos, más gloriosa en virginidad, más útil en fecundidad.

                    Su posición es suprema en el polo más alto del Amor de Dios, en el extremo de nuestra ignominia de la que Ella nos protege y en el último grado de la humildad.

                    El estado de esta estrella es casi sin movimiento, sin inclinación y sin error, y la Virgen no manifestó signos de inconstancia, de caída en el pecado y de error por ignorancia.

                    El efecto de esta estrella es triple: atrae el hierro, expande luz, dirige a los navegantes. Así la Virgen María atrae a los pecadores, ilumina a los penitentes, dirige a los inocentes. Asimismo, salva de caer en el pecado, esclarece en la Justicia, dirige hacia la Gloria. También atrae a los iniciados, ilumina a los que progresan dirige a los perfectos y a los perseverantes. Resulta de esto que el privilegio de la Bienaventurada Virgen es ser llamada Estrella del Mar.


                    San Alberto nació en Lauingen (Alemania) en 1193 y murió en Colonia, el 15 de Noviembre de 1280. En su vida reunió múltiples facetas: científico y teólogo, fraile y místico, Obispo y Doctor de la Iglesia. Patrono de los científicos, es también considerado uno de los más grandes genios de Occidente y un Santo de talla universal, de ahí el apelativo de Magno, que tan solo él ha merecido en el campo del conocimiento.



jueves, 13 de noviembre de 2025

SAN DIEGO DE ALCALÁ

 


                    San Diego nació en una familia pobre pero muy cristiana, en la sevillana localidad de San Nicolás del Puerto en torno a 1400. Siendo joven se decidió a vivir como ermitaño en la capilla de San Nicolás de Bari, en su localidad natal, y después en el eremitorio de Albaida​ bajo la dirección espiritual de un sacerdote ermitaño.. Poco después se trasladó a Arruzafa, cerca de Córdoba, en cuyo convento profesó como fraile lego en los Menores de la Observancia Franciscana. Desde este lugar comienza su itinerario limosnero y misional por incontables pueblos de Córdoba, Sevilla y Cádiz, dejando detrás de su paso una estela de caridad y milagros que aún pervive en las tradiciones lugareñas de no pocos de esos pueblos.

                    En 1441, fue enviado como misionero a las Islas Canarias, al convento de Arrecife (isla de Lanzarote), donde trabajó de portero. En su función de portero del convento, tuvo ocasión de ejercer la caridad con gran generosidad, a veces considerada excesiva por sus hermanos de comunidad. A la muerte del primer Guardián y Vicario de la Misión de Canarias, todos los ojos recayeron en Fray Diego, que fue elegido sucesor y tuvo que trasladarse allí. Los dirigentes de la Orden se habían saltado la norma legal de no conferir ningún cargo de gobierno a un hermano lego. Embarcó para la isla de Gran Canaria, pero una tormenta le obligó a retroceder a Fuerteventura, donde, al poco tiempo, recibió la orden de regresar a la península ibérica, yendo a Sanlúcar de Barrameda. A San Diego de Alcalá se le atribuye junto a su compañero del convento, Juan de Santorcaz, el hallazgo de la imagen de la Virgen de la Peña (Patrona de la isla de Fuerteventura).

                    Fue de peregrino a Roma por el Jubileo de 1450, decretado por el Papa Nicolás V y la canonización de San Bernardino de Siena. En ese tiempo una epidemia azotó la ciudad romana y San Diego ayudó como enfermero por tres meses. Muchos sanaron milagrosamente.

                    Cierto día, un niño sufrió graves quemaduras por quedarse dormido dentro de un horno que luego fue encendido. Tras la intercesión de San Diego, el niño apareció sin quemaduras. El Santo solía atribuir los milagros a la Madre de Dios.

                    De vuelta a España fue portero y jardinero en el Convento de Santa María de Jesús en Alcalá de Henares; desde ese mismo Convento e
ntró en la inmortalidad bienaventurada el 13 de Noviembre de 1463. Sería elevado a la gloria de los altares en Julio de 1588, bajo el Pontificado del Papa Sixto V, culminando el proceso introducido por Pío IV en tiempos de Felipe II.

                    Se dice que al morir, expedía una milagrosa fragancia. Sus restos fueron visitados por varios Cardenales y miembros de la realeza, como el Monarca Felipe II que llevó el cuerpo de San Diego al palacio real, obteniendo así la curación del Príncipe Carlos que se había accidentado. 

                    La ciudad estadounidense de San Diego -la octava más grande de Estados Unidos y que se sitúa al sur de California- debe su nombre a la Misión que allí estableció Fray Junípero Serra en 1769, que la fundó con el nombre del humilde lego franciscano.

CURACIÓN DEL PRÍNCIPE DON CARLOS DE AUSTRIA
POR MEDIO DE LAS RELIQUIAS DE SAN DIEGO DE ALCALÁ



El Príncipe Don Carlos de Austria, que sanó por mediación de San Diego de Alcalá


                 El Príncipe Carlos, hijo de Felipe II y su primera esposa, María de Portugal, corriendo detrás de la hija del Alcaide, Mariana Garcetas, de quien, según se decía, solicitaba favores de amor que ella le negaba, bajando por una angosta y oscura escalera de caracol del Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares, se le fue el pie y se cayó, dándose con la cabeza en una puerta que estaba cerrada, con gran detrimento de su salud.

                 El cirujano Don Dionisio Daza Chacón, con la asistencia del médico de Cámara, Don Cristóbal de Vega, y del médico personal del Príncipe Carlos, Don Santiago Diego Olivares, le hicieron la primera cura, ya que vieron que, aunque estaba inconsciente, sólo tenía una herida de poca extensión en la parte posterior izquierda de la cabeza.

                 Al amanecer del día siguiente llegaron el Protomédico General, Don Juan Gutiérrez, y los cirujanos reales Portugués y Pedro de Torres. A los diez días de la caída le surgieron vejigas inflamatorias de la piel llenas de pus, y se le hincharon los párpados, la cabeza, los brazos y el pecho.

                 Doce días después de la caída llegaron a Alcalá de Henares el propio Monarca Felipe II con el Doctor Mena y el anatomista Andrés Basilio.

                 Al no encontrar cura alguna, el Confesor del Rey, Fray Bernardo de Fresneda, y el del Príncipe, el Padre Maestro Mancio, determinaron sacar a Fray Diego de San Nicolás, futuro San Diego de Alcalá, del arca sepulcral donde yacía en el Convento de Franciscanos de Santa María de Jesús y suplicarle que intercediera para que se realizase el milagro de la curación del Príncipe.

                 Llevaron el cuerpo del Santo fraile en procesión desde el Convento hasta el Palacio Arzobispal.

                 Ya en los aposentos del Príncipe Carlos, sacaron el cuerpo incorrupto de su arca y lo colocaron en unas andas. Estaba amortajado con un lienzo cosido. Descosieron la mortaja por la parte de la frente y ojo izquierdo hasta la sien y colocaron el cuerpo de Fray Diego sobre las rodillas del príncipe Carlos, para que él le tocase el cráneo con la mano.

                 Después de unos rezos, colocaron otra vez el cuerpo incorrupto de Fray Diego de San Nicolás con mucho cuidado en su arca. Con gran solemnidad arrancó la procesión de vuelta hacia el Convento de Franciscanos de Santa María de Jesús para depositar allí de nuevo el cuerpo del hermano lego.

                 La mejoría del Príncipe Don Carlos fue inmediata y a los pocos días le desapareció la fiebre.

                 Cuando se pudo levantar, el Príncipe se pesó, llegando a tres arrobas y una libra, con «calzones, jubón y ropilla». En gratitud, el Príncipe entregó al Convento franciscano tres arrobas (1) de oro y tres de plata.

                 

NOTA

          1) La arroba es una medida de masa que equivale a 11,5 kilogramos.




VENGO POR TODOS MIS HIJOS, en el LX Aniversario de la última Aparición de Nuestra Señora en Garabandal

 


               Relato de la última Aparición de Nuestra Santa Madre en Garabandal, el 13 de Noviembre de 1965, con la que fue favorecida Conchita González, que contaba entonces 16 años de edad y que había sido la principal vidente de la Virgen en las Manifestaciones que se desarrollaron en la pequeña aldea de la Provincia de Santander, desde Junio de 1961 hasta Noviembre de 1965.


"El Sábado ve a Los Pinos y allí me verás 
y me traes muchos objetos religiosos y Yo 
todos los besaré, para que tú los repartas 
y Mi Hijo por mediación de ellos haga prodigios" 


               "El Sábado, día 13 de Noviembre, tenía anunciado por la Virgen, en una locución que recibí en la Iglesia, que la vería en Los Pinos: especial Aparición para besar objetos religiosos y repartirlos después, ya que tienen gran importancia. Yo estaba con grandes deseos de que llegase ese día, para volver a ver a quien ha sembrado en mí la felicidad de Dios: a la Virgen con el Niño Jesús en Sus brazos. Estaba lloviendo, pero a mí no me importó. Subí a Los Pinos y llevaba conmigo muchos Rosarios que hacía poco me los habían regalado para repartirlos, y yo, como me había dicho la Virgen en la locución, los llevé para que los besara.  

               Subiendo sola a Los Pinos iba diciéndome, como muy arrepentida de mis defectos, que yo no caería más en ellos, porque me daba apuro presentarme delante de la Madre de Dios sin quitarlos. Cuando llegué a Los Pinos empecé a sacar los Rosarios que llevaba y estándolos sacando, oí una voz muy dulce, la de la Virgen, que se distingue entre todas, y me llamaba por mi nombre. Yo le he contestado: "¿qué . . .?" Y en ese momento la he visto, con el Niño Jesús en brazos. Venía vestida como siempre y muy sonriente. Yo le he dicho: —"Ya he venido a traerte los Rosarios para que los beses". Y Ella me ha dicho: —"Ya lo veo".



Conchita González, la principal vidente de Garabandal
durante un éxtasis en Los Pinos, en la zona alta del pueblo.
Allí vería por última vez a Nuestra Santa Madre...


               Después me ha dicho: —"¿Te acuerdas de lo que te dije el día de tu Santo, de que sufrirías mucho en la Tierra?... Pues te lo vuelvo a decir. Ten confianza en Nosotros y lo ofrecerás con gusto a Nuestros Corazones, por el bien de tus hermanos, porque así estarás más unida a Nosotros". 

               Yo le he dicho: —"Qué indigna soy, oh Madre nuestra, de tantas Gracias recibidas por Vos y todavía venir hoy a mí para sobrellevar la pequeña cruz que ahora tengo". Ella me ha dicho: —"Conchita, no sólo vengo por ti, sino que vengo por todos Mis hijos, con el deseo de acercarlos a Nuestros Corazones". Y me ha pedido: —"Dame, para que pueda besar todo lo que traes". Y se lo he dado todo. 

               Llevaba conmigo una Cruz y la ha besado y después me ha dicho: —"Pásala por las manos del Niño Jesús". Y yo lo he hecho y Él no ha dicho nada. Yo le he dicho: —"Esta Cruz la llevaré conmigo al convento", pero no me ha dicho nada. 

               Después de besarlos me ha dicho: —"Mi Hijo, por medio de este beso que Yo he dado aquí, hará prodigios. Repártelos a los demás"... —"Claro, yo así lo haré". Después de esto me ha pedido le diga las peticiones para los demás, que me habían encomendado.




                —"Será la última vez que Me veas aquí, pero estaré siempre contigo y con todos Mis hijos". Después añadió: —"Conchita, ¿por qué no vas a menudo a visitar a Mi Hijo al Santísimo?, ¿por qué te dejas llevar por la pereza, no yendo a visitarle cuando os está esperando de día y de noche?

                Como ya he escrito estaba lloviendo mucho y la Virgen y el Niño Jesús no se mojaban nada. Yo, cuando los estaba viendo no me daba cuenta de que llovía, pero cuando dejé de verlos estaba mojada. Yo le he dicho: —"¡Ay qué feliz soy cuando os veo! ¿Por qué no me llevas contigo ahora?" Y me ha contestado: —"Acuérdate de lo que te dije el día de tu Santo... al presentarte delante de Dios tienes que mostrarle tus manos llenas de obras hechas por ti en favor de tus hermanos y para Gloria de Dios". Se ha pasado ese feliz rato que he pasado con mi Mamá del Cielo y mi mejor Amiga.


Tomado del "Diario de Conchita"



miércoles, 12 de noviembre de 2025

NUESTRO PADRE Y SEÑOR SAN JOSÉ, FORTALEZA, DEFENSA Y PAZ DE LA SAGRADA FAMILIA

 

                    "José, de sangre real, unido en matrimonio a la más grande y Santa de las mujeres, considerado el Padre del Hijo de Dios, pasó su vida trabajando, y ganó con la fatiga del artesano el necesario sostén para su Familia". 


Papa León XIII, Encíclica "Quamquam Pluries"



                Hoy Miércoles, siguiendo LA SEMANA DEL BUEN CRISTIANO, consagremos nuestras oraciones, buenas obras y sacrificios en honor de Nuestro Padre y Señor San José. La Santa Iglesia busca en San José el mismo apoyo, la fortaleza, la defensa y la paz que supo proporcionar a la Sagrada Familia de Nazaret, que fue como el germen en que ya se encontraba contenida toda la Iglesia.   

               El Patrocinio de San José se extiende a la Iglesia Universal: la Triunfante, en el Paraíso, donde piadosamente se cree que San José se encuentra en cuerpo y alma; también es Patrón de la Iglesia Militante -aquí en este mundo- como lo reconociera el Papa Pío IX en 1870; pero Dios, quiso también encargar a San José, el Patrocinio sobre las Benditas Ánimas del Purgatorio, especialmente sobre aquéllas que más devotas le fueron en vida mortal, y que ahora en la Cárcel del Purgatorio, son las más beneficiadas del Santo Patriarca. Ante semejante influencia ¿seguiremos dudando de la eficaz intercesión de San José. Acude a él con la confianza de un hijo hacia su padre, cuéntale qué te preocupa, cómo puedes salir de ese atolladero... 

               San José es realmente Padre y Señor, que protege y acompaña en su camino terreno a quienes le veneran, como protegió y acompañó a Nuestro Señor mientras crecía y se hacía hombre, hasta su entrada en el Cielo, de igual manera que veló por su Santísima Esposa, a quien se entregó como virginal esposo y fidelísimo ayudante en la educación del Divino Niño. No dudes entonces, si andas en compañía de Jesús y de María, ten la seguridad que junto a Ellos, encontrarás siempre a San José; gánate su amor, su compañía y su protección frente a los ataques de los enemigos del alma.

               

PRÁCTICAS 
para ser devoto y propagador de San José

          - Desde por la mañana ofrece a San José todas tus acciones; encomiéndate a él para que te asista en el trabajo diario y que con su aliento te sostenga cuando flaqueen las fuerzas. Imítale en su pureza virginal, en su constancia, en su incondicional obediencia a Dios y serás un santo de altar.

          - No dejes de rezarle el Ave Josefino hoy y todos los días; eleva el alma buscando el auxilio de San José, que tantas veces ayudó, alimentó y defendió a Jesús y a María.

          - Recita y propaga las siguientes oraciones compuestas en honor de San José (accede a ellas tocando sobre el título)

                    EL AVEJOSEFINO 

                    BENDITA SEA TU HUMILDAD

                    SÚPLICA CONFIADA A NUESTRO PADRE Y SEÑOR SAN JOSÉ