RESIDE EN MI CORAZÓN

 

               Al recordar muchas cosas, que debía hacer, yo pensaba: debo sin embargo, ocuparme de mi Bien Amado.

               Voz de Jesús: Tu Bien Amado se ocupa tanto de ti. Cuando tienes la atención puesta en otros asuntos, aquí está. Cuando sufres porque tu Fe se oscurece, aquí está. Cuando ya no le sientes, aquí está. Y cuando te crees desamparada y olvidada, está en ti viviendo, vigilando, amando. Sabiendo esto ¿cómo podría tu delicadez no ocuparse de Él? Él, de quien no tienes más que una vaga idea. 

               Repítele: Yo sé que nada sé de Ti.

               Pero tengo Fe y confianza y me doy amorosamente y sin reservas a la vida y a la muerte, porque estás aún más presente, eres aún más amante y eres aún más mío.

              Sobre todo lo pensarás. Ahondarás en el sentido de las palabras penetrando en Mis Llagas. Haz de Ellas tu habitual mansión, especialmente en la Llaga de Mi Corazón. Él no te negará nada. Cuando se habita bajo el mismo techo nos complace tener una misma vida.

               Reside en Mi Corazón. ¿Quieres intentarlo? Puesto que te invito, ¿qué te lo puede impedir? ¿Es la timidez, la indiferencia, el temor? Solo debes, pues, hacer el primer esfuerzo. Sabes que Yo siempre te ayudo. Inténtalo.

               Una vez franqueado en umbral, advertirás que estás más a gusto que en tu propia morada. Gustarás de la dulzura de la vida secreta y de las silenciosas y penetrantes intimidades. Y para Mí, ¡qué alegría!...

               ¿Puedo darte ya las gracias? ¿Estás dispuesta?

3 de Agosto de 1944

De los escritos de la mística Gabrielle Bossis "Él y yo", 

con el imprimatur en 1957 de Monseñor Jacques Le Cordier, 

Obispo auxiliar de París; también del Obispo de Nantes, 

Monseñor Villepellet y además del entonces Obispo Auxiliar 

y Vicario General de la Arquidiócesis de México, 

Monseñor Francisco Orozco