miércoles, 2 de noviembre de 2022

CONMEMORACIÓN DE LOS FIELES DIFUNTOS, nuestras Hermanas las Benditas Ánimas del Purgatorio

   


               Hoy es un día de maternal y amorosa solicitud de la Santa Iglesia Católica por sus Difuntos. También el pensamiento de un día consagrado al recuerdo de los muertos es muy antiguo; ya San Isidoro de Sevilla , hacia el año 600 escribiendo su regla monástica, señalaba un día concreto, el que sigue a Pentecostés, para ofrecer Misas y sacrificios por todos los hermanos desaparecidos. Cuando los Cluniacenses entraron en España a finales del siglo X, encontraron en estas tierras hispánicas la hermosa tradición de rezar por los Fieles Difuntos, y así, el Abad de Cluny, San Odilón, que murió en 1048, la extendió a todos los monasterios de la Orden Benedictina y de ahí a todas las iglesias de Occidente.

                Entremos nosotros en el espíritu de nuestra Madre la Santa Iglesia y recordemos este día a nuestros Difuntos con un amor afectivo y efectivo; Ellos sufren ahora en el lugar de la purificación, tienen que expiar por medio del dolor la pena de sus pecados. La Iglesia conoce la necesidad, el desamparo y la impotencia en que se encuentran y llena de compasión por estas pobres Almas, quiere que nosotros nos asociemos cordialmente a esta compasión suya.

               Pero esta compasión ha de ser como decimos, efectiva; podemos ayudar a nuestras Hermanas del Purgatorio con la oración, con la limosna, con el ofrecimiento de nuestras obras y sobre todo, con el Santo Sacrificio de la Misa. Por esta razón, la Iglesia ha dispuesto que cada sacerdote pueda celebrar hoy hasta tres Misas, a las que cualquier seglar se puede asociar, presente o no en donde se celebren estas Misas, a fin de que esa unión espiritual sea como un verdadero torrente de gracias y consuelos en el Bendito Purgatorio.

                 Esta unión con nuestras Hermanas las Almas del Purgatorio se basa en una Verdad de Fe, en un Dogma que todo Católico está obligado a creer: el Dogma de la Comunión de los Santos; vemos continuamente esa trabazón misteriosa que existe entre la Iglesia Triunfante (El Cielo), la Militante (Visible en la tierra) y la Iglesia Purgante, y nos sentimos envueltos en la red de ese doble deber de Caridad y de Justicia, que fluye naturalmente de nuestra misma incorporación al Cuerpo Místico mediante el Santo Bautismo.




                No olvidemos pues, en este Mes del Purgatorio, a todas aquellas personas que un día pasaron por nuestra vida y que ya partieron...¿cuántos estarán aún penando en el Purgatorio por sus culpas que no expiaron? Ten la caridad de hacer memoria de aquellas buenas personas, de tus familiares, amigos, conocidos... ¡cuántos habrán muerto sin total arrepentimiento, sin pagar sus culpas!. De ti depende su descanso eterno o que su castigo cese y vayan pronto a la Presencia de Dios, donde ten por seguro tendrán un recuerdo hacia ti. 





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