LA PASIÓN
El segundo significado de la palabra "Jesús" es "Jesús muriendo en la Cruz". San Pablo nos dice que Nuestro Señor mereció este Santísimo Nombre por sus sufrimientos y muerte.
Entonces, cuando decimos "Jesús" deberíamos de ofrecer también la Pasión y Muerte de Nuestro Señor al Eterno Padre por su excelsa gloria y por nuestras propias intenciones.
Nuestro Señor se hace hombre por cada uno de nosotros, como si fuéramos el único hombre sobre la tierra. Así que el murió no por todos los hombres en general, pero por cada uno en particular. Cuando Él estaba colgando de la Cruz me vio a mi y te vio a ti, querido lector, ofreció todas las angustias de su horrible agonía, cada gota de su Preciosa Sangre, todas sus humillaciones, todos los insultos y atrocidades, Él las ofreció por mi, por ti, ¡por cada uno de nosotros! Él nos dio todos estos méritos infinitos como si fueran nuestros. Podemos ofrecer cientos y cientos de veces al día al Eterno Padre--por nosotros mismos y por el mundo.
Hacemos esto, cada vez que decimos "Jesús". Al mismo tiempo, demos gracias a Dios por todo lo que ha sufrido por nosotros.
Llama la atención que muchos cristianos sepan tan poco del Santo Nombre y de todos sus significados. Como resultado, están perdiendo sus preciosas gracias todos los días y están perdiendo los más grandes premios en el Cielo. ¡Triste, deplorable ignorancia!
COMPARTIR TODAS LAS SANTAS MISAS
La tercera intención que debemos tener al decir "Jesús" es ofrecer todas las Misas que se han dicho en todo el mundo por la Gloria de Dios, por nuestras propias necesidades y por el mundo en si. Al rededor de 500,000 Misas son celebradas diariamente, y nosotros podemos y deberíamos compartir en todas.
La Misa nos trajo Jesús. El, de nuevo, se hace hombre. Se renueva la Encamación en cada Misa tan realmente como cuando se hizo hombre en el vientre de su Madre. También se sacrifica en el altar tan real y verdaderamente como lo hizo en el Calvario aunque de una manera mística, sin sangrar. La Misa se dice no solamente para los que asisten a ella en la iglesia, sino para todos que desean oírlo y ofrecerlo con el sacerdote.
Todo lo que tenemos que hacer es decir con reverencia "Jesús, Jesús" con la intención de ofrecer estas Misas y participar en ellas. Haciendo esto, compartimos en todas ellas.
Es una gracia maravillosa asistir y ofrecer una Misa, pero ¿no sería mejor ofirecer y Compartir en 500,000 Misas todos los días?
Entonces cada vez que decimos "Jesús" sea esta nuestra intención:
1 . Ofrecer a Dios todo el infinito amor y méritos de la Encamación.
2. Ofrecer a Dios la Pasión y Muerte de Jesucristo.
3 . Ofrecer a Dios todas las 500,000 Misas celebradas en el mundo por su gloria y nuestras propias intenciones.
Todo lo que tenemos que hacer es decir la palabra "Jesús", pero sabiendo lo que hacemos.
Santa Matilde estaba acostumbrada a ofrecer la Pasión de Jesús en unión con todas las Misas del mundo por las ánimas del Purgatorio.
Nuestro Señor le mostró una vez el Purgatorio abierto y miles de la almas subían al cielo como resultado de su pequeña oración.
Cuando decimos "Jesús" podemos ofrecer la Pasión y las Misas del mundo no solamente por nosotros sino también por las ánimas del Purgatorio o por la intención que queremos.
Siempre habrá que ofrecerlas por el mundo entero y por nuestro propio país en particular.
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