San José mereció ser constituido sobre la Sagrada Familia porque fue fiel en el servicio de Dios.
Sirvió San José a Jesús y a María, con el entendimiento, con el corazón, con las fuerzas y trabajos corporales: fue fidelísimo Siervo de Dios.
San José trabajaba por Jesús y por María, como quien no se pertenecía a sí, sino a ellos, de los cuales se juzgaba verdadero esclavo. ¡Qué humildad y qué fidelidad!
FRUTO: Acuérdate de la palabra de Cristo: es imposible servir a Dios y al mundo conjuntamente.
JACULATORIA: San José, siervo fiel, alcanza la fidelidad en el servicio divino.
ORACIÓN: Oh Dios, que por inefable providencia te dignaste escoger a San José por esposo de tu Madre Santísima; concédenos, te pedimos, que merezcamos tener por intercesor en el cielo, aquel que veneramos en la tierra como protector. Vos que vivís y reináis por todos los siglos de los siglos. Amén.
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