jueves, 7 de febrero de 2019
A LOS CATÓLICOS TIBIOS Y PAPÓLATRAS
Los católicos integristas, aquellos que subsistimos en las catacumbas, que no acudimos a los templos que han ocupado los modernistas de guitarras y liberales opusinos, que vivimos en la tranquilidad de permanecer fieles a la Fe de siempre, hemos venido advirtiendo de la deriva de la Roma apóstata desde hace años. Tal vez la última declaración conjunta de Francisco y Gran Imán de Azhar, termine de abrir los ojos de aquellas pobres almas que andan confundidas...
Nunca ha sido nuestra intención escandalizar, sino exponer los errores gravísimos que se suceden en la iglesia "católica" oficial, la que dirige -aparentemente- Jorge Mario Bergoglio, pero que lejos de lo que muchos creen, no se originan cuando éste accede al Trono de San Pedro; Francisco es heredero de un "Concilio" que significó un antes y un después, que creó una nueva Misa, un nuevo Catecismo y en general, una nueva religión que se alejaba -y se aleja aún cada día- de los fundamentos de la Verdadera Fe Católica.
Así fueron cómplices y artífices de este desastre los sucesores del masón Juan XXIII: Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI (el primero fue autor de la nueva misa y el segundo el que aplicó la doctrina liberal del Concilio Vaticano II; entre otras, eliminó la excomunión a los masones y propició los encuentros inter religiosos, como el de Asís en 1988, donde se profanó la Basílica por los rituales paganos que se celebraron en su interior).
Los católicos que amamos la Integridad del Dogma, nos honramos de ser llamados integristas, pues abrazamos la pureza de la Doctrina aún en contra de nuestro sentir personal, en contra de la "verdad" democrática y de la corrección política... siguiendo la máxima evangélica salida de los labios de Nuestro Señor "... si alguno quiere seguirme, niéguese a sí mismo... que tome su cruz y me siga".
Decir que la Iglesia se equivoca -como dicen los católicos tibios- es blasfemar, pues la Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo y Él no cabe pecado alguno ni imperfección. El Papa, puede equivocarse, pero NUNCA podrá enseñar el error. Si lo hace, tendremos que admitir que NO es Papa, pues un hereje, queda fuera de la Iglesia Católica en el momento mismo de caer en herejía; no es necesaria una condena ni una declaración. La herejía, la apostasía, son pecados contra el Espíritu Santo, que nos apartan de la Comunión con Cristo y nos impiden la felicidad eterna en el Paraíso a menos que antes de morir nos retractemos de corazón.
Los que amamos profundamente la institución divina del Papado, en conciencia, no podemos reconocer como Papas válidos ni legítimos, a los que han ocupado la Sede de San Pedro después de la muerte del Venerable Pío XII. Por tanto permanecemos fieles a la Doctrina Católica tal y como fue enseñada y vivida hasta entonces y nos adherimos, con el mayor apego posible, a los Obispos y sacerdotes que no han doblado la rodilla ante el nuevo Baal del Concilio, sino que han permanecido íntegros en la Fe Católica pese al ostracismo en que se ven sumidos.
La Santa Iglesia Católica es indefectible, perfecta y siempre asistida por el Espíritu Santo; en estos tiempos en que la Jerarquía ha apostatado, en que Pedro ha vuelto a negar a Jesús y los Apóstoles se han escondido, la Santa Iglesia sigue viva en cada bautizado que crea y practique la genuina Fe Católica, aunque para ello tenga que hacerlo en las catacumbas de su propia casa.
A los que deseamos seguir en la Religión de siempre, debemos empezar a amar la soledad del Calvario, porque a Cristo Nuestro Señor, le han vuelto a crucificar; de nuevo Jesús se ve solo con Su Madre y el Discípulo amado, que, como aquél Viernes Santo, le acompañan y consuelan mientras la soldadesca y el populacho judío se mofan de la escena.
¡Ánimo! El Cielo nos espera, pero para ello, debemos superar la prueba en medio de la Apostasía. El Martirio de los primeros cristianos fue cruento, mediante la persecución sangrienta... el Martirio de los últimos fieles, será incruento, por la difamación, la calumnia, el ridículo... que nada de ello nos importe si con padecer hemos de ser recompensados con el premio eterno.
EL AMOR DE FRANCISCO POR LOS INFIELES
"El islam es una religión de paz, compatible con el respeto a los derechos humanos y la coexistencia pacífica" "Papa Francisco", 23 de Diciembre de 2014
"La Declaración que he firmado con el Gran Imán aplica el Concilio" "Papa" Francisco, 6 de Febrero de 2019
"En nombre de Dios, para salvaguardar la paz, necesitamos entrar juntos en una misma arca, para navegar los mares tormentosos del mundo: el arca de la fraternidad" ..."todas las personas que llevan en el corazón la fe en Dios y fe en la fraternidad humana a unirse y a trabajar juntos". (De la Declaración con el Imán de Azhar, Febrero de 2019)
LOS PAPAS DEL "CONCILIO" Y LOS MUSULMANES
“La Iglesia mira también con aprecio a los musulmanes que adoran al único Dios, viviente y subsistente, misericordioso y todo poderoso, Creador del cielo y de la tierra, que habló a los hombres, a cuyos ocultos designios procuran someterse con toda el alma como se sometió a Dios Abraham, a quien la fe islámica mira con complacencia. Veneran a Jesús como profeta, aunque no lo reconocen como Dios; honran a María, su Madre virginal, y a veces también la invocan devotamente. Esperan, además, el día del juicio, cuando Dios remunerará a todos los hombres resucitados. Por ello, aprecian además el día del juicio, cuando Dios remunerará a todos los hombres resucitados. Por tanto, aprecian la vida moral, y honran a Dios sobre todo con la oración, las limosnas y el ayuno“.
Nostra Aetate, apartado 3 "Papa" Pablo VI ( "Santo") Octubre de 1965.
"Como cristianos y musulmanes, compartimos la fe en «el Dios único y misericordioso que juzgará a los hombres al fin del mundo». Aunque entendemos de modo diferente a este Dios único, coincidimos en nuestro esfuerzo por conocer y cumplir su voluntad. Esta aspiración religiosa constituye de por sí un vínculo espiritual entre cristianos y musulmanes, vínculo que puede representar una sólida y amplia base de colaboración en muchos campos. Esto es importante en cualquier lugar donde convivan cristianos y musulmanes, y de manera especial en Nigeria, en la que cristianos y musulmanes están presentes en tan gran número.
"Papa" Juan Pablo II, ("Santo")Discurso durante el encuentro con los líderes musulmanes en Nigeria, Marzo de 1998.
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