miércoles, 14 de agosto de 2019
EL AYUNO DE LA ANUNCIACIÓN
Es una doctrina tradicional de la espiritualidad cristiana que el arrepentimiento, el alejarse del pecado y volverse a Dios, incluye alguna forma de penitencia, sin la cual al cristiano le es difícil permanecer en el camino angosto y ser salvado (Jer. 18,11,25,5; Ez. 18,30,33,11-15; Jl. 2,12; Mt. 3,2; Mt. 4,17; He. 2,38). Cristo mismo dijo a sus discípulos que ayunaran una vez que Él partiera (Lc. 5,35). La ley general de la penitencia, por lo tanto, es parte de la ley de Dios para el hombre.
La Iglesia ha especificado días obligatorios de ayuno y abstinencia de carne, para asegurarse que los católicos realicen de alguna manera penitencia, como lo requiere la ley divina, y a la vez hacerles más fácil el cumplir con esta obligación.
El ayuno obliga a los que han cumplido 21 años. Están dispensados: los que hacen trabajos pesados, los faltos de salud, los pobres que viven de limosna y los que han cumplido 60 años.
La ley de abstinencia debe ser observada por todos desde la edad de siete años. Los días de abstinencia no se pueden comer ningún tipo de carnes (vaca, cerdo, aves), ni alimentos derivados de las mismas; por ejemplo, sopas, fiambres, etc.
No hay obligación de hacer ayuno y abstinencia si caen en días de fiestas de guardar, aún si es viernes (esto fuera del tiempo de cuaresma).
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