martes, 31 de agosto de 2021
LA VIDA INTERIOR: Quiero vivir de Fe
lunes, 30 de agosto de 2021
EL ODIO PERFECTO, por San Agustín de Hipona
¿Y no odio a Tus enemigos?
Los odio con un odio perfecto
como si fueran mis enemigos...
¿Qué significa "Con un odio perfecto"?. En ellos yo odiaba las culpas por ellos, pero amaba a la criatura tuya. Así se odia con odio perfecto: no odiando a la persona por sus vicios y no amando los vicios de cara a la persona. Y ahora observa cómo continúa "Me han vuelto enemigos". Enemigos no sólo de Dios, sino de sus enemigos personales. Lo declara expresamente.
¿Cómo, entonces, pondrá en práctica respecto a ellas las palabras arriba decía "Acaso no he odiado a quienes te odiaban?" y juntas las del Señor que manda "Amad a vuestros enemigos?". ¿Cómo cumplirá el suyo deber, si no recurriendo a ese odio perfecto, por el cual en los malos se odia el hecho de que son malos y se ama su condición de hombres?.
Hay un ejemplo que data de los tiempos del Viejo Testamento cuando a ese pueblo carnal se le aplicaban sanciones y penas exteriores: se trata de un hombre, que por inteligencia [del Misterio] perteneció al Nuevo Testamento, digo de Moisés, Siervo de Dios. ¿Cómo podía él odiar a los que cayeron en pecado, si al mismo tiempo rezaba por ellos? y ¿cómo no los odiaba si los sentenciaba a muerte?. Los odiaba con odio perfecto. Y por la perfección de su odio, aún odiando las faltas que castigaba, amaba al hombre por el que rezaba."
domingo, 29 de agosto de 2021
LAS LETANÍAS DE LA HUMILDAD, del Cardenal Rafael Merry del Val
El Cardenal Rafael Merry del Val fue criticado en vida y de diversos modos, principalmente durante el Pontificado de San Pío X, del que fue Secretario de Estado. La calumnia, que no respeta ni a los grandes, extendió la opinión que que junto al Papa Pío X, él era el intransigente, "el retrógrado español", el enemigo de la libertad y del progreso.
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Se tendía entonces también a ensalzar al Papa para menoscabar la figura del Cardenal, del que el humilde Pontífice, según esta opinión mezquina, sería esclavo. Todo ello carecía de fundamento y era completamente falso: el Papa Pío X no sólo era un Santo, era también profundo conocedor del gobierno de la Iglesia (que había recorrido en todos sus grados) y estaba además dotado de grande y sólida cultura, especialmente en Sagrada Escritura. Bien sabido es lo que dijo San Pío X cuando alguien propuso la oportunidad de substituir a Merry del Val. Pío X repuso: «Antes de separarme de Merry del Val es mejor separar mi cuerpo de mi cabeza»
En cuanto a la intransigencia del Cardenal Merry del Val, cuando ésta se refiere a los errores, está claro que no fue un defecto, sino una virtud: junto con San Pío X fue un firme defensor de la integridad Católica frente a los ataques y nuevas doctrinas de los modernistas.
Los pocos dignatarios que tuvieron la dicha de asistir a la muerte del Papa San Pío X, recuerdan aún, cómo cuando el Pontífice había perdido ya el uso de la palabra, pero con la mente despejada todavía, tomó entre sus manos la de su fiel Secretario, estrechándolo y mirándolo largo rato, como dándole cita allá arriba, le encomendó que mantuviera intacta la llama de Cristo, de la Iglesia, de la Verdad.
Si la humildad del Cardenal Merry del Val era grande, no menos lo era su caridad. Asistía a las familias pobres del barrio romano de Trastevere adonde llevaba ayudas sin decir quién era, ayudas materiales y espirituales. Daba todo lo que tenía; todo su patrimonio. Dio sin cesar a los pobres y cuando murió dejó lo que le quedaba a las Misiones, como para llevar a término la que había sido su primera y alta aspiración, la conversión de los infieles, si León XIII no lo hubiera destinado a la Academia y San Pío X a la Secretaría de Estado.
Merry del Val fue guía, espiritual para muchas personas, incluso extranjeras, fue incomparable confesor, creó un círculo muy floreciente entre los obreros de los barrios populares de Roma y siempre se distinguió por la nobleza de su alma y su por su profundad piedad, que se reflejaba de continuo en su carácter bondadoso y mortificado a la vez.
sábado, 28 de agosto de 2021
"SE CONSAGRARÁN A ELLA COMO ESCLAVOS DE AMOR..."
Sí, Dios quiere que Su Madre Santísima sea ahora más conocida, amada y honrada que nunca, lo que sucederá, sin duda, , si los predestinados, con la gracia y luz del Espíritu Santo, entran y penetran en la práctica interior y perfecta de la devoción que voy a manifestarles enseguida.
Entonces verán claramente, en cuanto lo permite la Fe, a esta hermosa Estrella del Mar, y, guiados por Ella, llegarán a puerto seguro a pesar de las tempestades y de los piratas.
Entonces conocerán las grandezas de esta Soberana y se consagrarán enteramente a Su Servicio como súbditos y Esclavos de Amor.
Entonces saborearán Sus dulzuras y bondades maternales, y la amarán con ternura como hijos de predilección.
Entonces experimentarán las misericordias que en Ella rebosa y la necesidad que tienen de Su Socorro, recurrirán en todo a Ella, como a su querida Abogada y Mediadora ante Jesucristo.
Entonces sabrán que María es el medio más seguro, fácil, corto y perfecto para llegar a Jesucristo, y se consagrarán a Ella en cuerpo y alma, y sin reserva alguna para pertenecer del mismo modo a Jesucristo.
CENTENARIO DE LA MADRE MARÍA ÁNGELES SORAZU
Madre María Ángeles Sorazu
Florencia Sorazu y Aizpurúa, en religión Madre María de los Ángeles, nació en Zumaya, provincia de Guipúzcoa (España), el 22 de Febrero de 1873. A los once años se inscribió en las Hijas de María. Más tarde aflojó un poco en su vida de piedad, pero pronto se rehízo y emprendió decidida el camino de la perfección apenas cumplidos los dieciséis años. Deseó ingresar en el Convento de Capuchinas de Caspe, pero, fracasado este proyecto, entró en 1891 en el Monasterio de Concepcionistas Franciscanas de Valladolid, a los dieciocho años de edad.
Fue elegida tres veces Abadesa de la Comunidad (en 1898, 1900 y 1903), pero no fue confirmada la elección por la Autoridad competente por no haber cumplido todavía los treinta años de edad. Por fin, en 1904, ya con la edad reglamentaria, fue elegida otra vez por unanimidad, y, aprobada la elección por la Autoridad, desempeñó el cargo de Abadesa hasta su muerte, ocurrida el 28 de Agosto de 1921, a los cuarenta y ocho años de edad y treinta de vida religiosa.
Por mandato de sus Directores Espirituales, la Madre Sorazu escribió varias obras de gran valor doctrinal, sobre todo desde el punto de vista místico. La más importante es la titulada La Vida Espiritual, escrita por mandato del que entonces era su Confesor, el dominico Padre Alfonso Vega. Empezó a escribirla el 3 de Mayo de 1918 y la terminó en Noviembre del mismo año. Es en gran parte autobiográfica, y su contenido es de tal elevación y grandeza, que ha merecido los elogios más entusiastas de los estudiosos de la espiritualidad. He aquí algunos de esos elogios:
«La experiencia espiritual de la Madre Sorazu es la más importante que conocemos desde Santa Teresa de Jesús a nuestros días. Experiencia muy personal y muy rica, que nos descubre altísimas vivencias, hasta ella no registradas, de la unión transformante... La vivencia del Misterio de la Trinidad, del Misterio del Hombre-Dios y del Misterio de la Madre Divina, son las notas salientes que caracterizan la literatura espiritual soraziana. Lo más nuevo e interesante en ella es su testimonio sobre la participación de los Misterios de Cristo, sobre la convivencia mariana y sobre la Dirección Espiritual» (Padre Manuel Llamera, O. P., en Teología Espiritual 7 (1959) 166).
«Por su amplitud y altura, no menos que por su originalidad y aciertos en el estilo y exposición, es la experiencia y doctrina de la Madre Sorazu una de las más insignes que registra en sus documentos la Historia de la Iglesia. Completa a Santa Teresa y a San Juan de la Cruz, y no hay exageración atrevida en anunciar que, al lado de ambos Santos, formará la Madre Sorazu la terna de los grandes Místicos descriptivos españoles» (E. Hernández, SJ, en el prólogo a la obra del P. Villasante, La Sierva de Dios M. Ángeles Sorazu).
«Nos hallamos en presencia de una figura de primer orden en el campo de la mística experimental, de una figura cuya grandeza e importancia irá siendo reconocida cada vez más a medida que vaya siendo conocida y estudiada por los estudiosos de la Mística» (L. Villasante, O. F. M., La Sierva de Dios Madre Ángeles Sorazu. Estudio místico. Vol. I, Oñate-Bilbao 1950, p. 422).
«La Madre Sorazu es, sin disputa, el caso más interesante de escritora mística de España en el tiempo actual y una de las primeras de todos los tiempos» (Baldomero Jiménez Duque, en Revista Española de Teología 12 (1952) 299).
El contenido de la obra es semejante al de Las Moradas de Santa Teresa, o a La Escala de la Venerable María de Ágreda, pero se desarrolla de modo muy diverso. Describe el proceso de santificación del alma desde los comienzos de su vida espiritual hasta las cumbres de la unión transformativa, deteniéndose ampliamente en la vida del todo deífica que viven las almas transformadas y añadiendo datos y vivencias que pueden ponerse al lado de las sublimes descripciones de los dos reformadores del Carmelo.
La Madre Sorazu escribió también muchas cosas bellísimas sobre la Santísima Virgen, que fueron recogidas por el Padre Nazario Pérez, SJ, con el título Opúsculos Marianos (Valladolid 1929), lo mismo que la Autobiografía (incompleta) de la Madre (Valladolid 1929). Sus principales comentarios bíblicos se publicaron bajo el título Exposición de varios pasajes de la Sagrada Escritura (Salamanca 1926).
El Padre Melchor de Pobladura, capuchino, publicó en tres volúmenes la correspondencia epistolar de la Madre Sorazu con su Director el Padre Mariano de Vega, con el título Itinerario Místico de la Madre Ángeles Sorazu, que complementa en gran parte su autobiografía. El primer tomo trata de La noche oscura del espíritu (Madrid 1942); el segundo, de La vida del alma en Dios y la vida de Dios en el alma (Madrid 1952), y el tercero, de la Participación en los misterios de Cristo (Madrid 1958).
El Padre Luis Villasante, franciscano, escribió un notable estudio sobre la personalidad y la obra de la madre Sorazu bajo el título La sierva de Dios M. Ángeles Sorazu, concepcionista franciscana. Estudio místico de su vida, en dos volúmenes (Oñate-Bilbao 1950). El mismo autor publicó con posterioridad otro libro titulado M. Ángeles Sorazu. Un mensaje para tiempos difíciles (Oñate, Ed. Franciscana Aránzazu, 1981).
Los grandes Maestros de la Vida Espiritual.
Madrid, BAC, 1990